MÉXICO, DF.- Después del deceso de Selena el 31 de marzo de 1995, miles de jovencitas en el mundo latino soñaron por varios años alcanzar las virtudes de la diva tejana, y un sinnúmero de cantantes anhelaron reproducir sus tesituras vocales. Pero el fenómeno no volvió a repetirse, porque la cantante de Los Dinos es insuperable.
Hasta este octavo aniversario luctuoso de Selena, asoma la voz promisoria de Jennifer Peña, quien comienza a escalar la cima de la consagración, sin pretender suplantar el lugar que ocupó la Reina del Tex-Mex.
"Cuando yo estaba creciendo -prácticamente desde los cinco años- cantaba en inglés, porque no me gustaba la música en español. Mis padres siempre escuchaban música tejana y la música de Selena; tenían sus discos, entonces a los 10 años escuché una canción de ella y me gustó muchísimo, estaba en el carro de mi papá y también cuando mi mamá manejaba escuché ese tema y cada vez me gustó más", recuerda quien recreó vocalmente a Selena cuando era niña en la película.
"Yo interpretaba las canciones de ella en esos tiempos, aunque no sabía lo que estaba diciendo, pero me gustó la melodía de la cumbia y su ritmo y siempre la cantaba. Un día pregunté a mi mamá ¿quién es?, ¿quién está cantando? y me dijo: ‘se llama Selena’.
Anteriormente cuando yo cantaba en inglés, todos me dijeron ‘Jennifer, tienes que tratar de cantar en español’ y yo dije ‘¡no, no!, yo no hablo español ¿por qué voy a cantar en español?’", continúa rememorando, y agrega sobre sus primeras influencias que provienen directamente de Selena.
"Jennifer, es tu cultura, son tus raíces y tienes que aprender español. A los 10 años escuché la canción y me quedé preguntando ¿quién es? Mi mamá me dijo ‘se llama Selena, también es de aquí de Corpus Christi ¿y sabes qué? ella tampoco habla perfectamente español’, y yo dije ‘pues me gusta esa canción’.
‘¡Debes de tratar Jennifer!’ me insistió mi madre, ‘es una canción bonita’ -se llama No Debes Jugar- y también me gustó Como la Flor, y un día dije ‘okey, voy a tratar, quiero que me lleves a un lugar donde pueda grabar estas canciones en español’".
Los covers de Selena abrieron las puertas a la joven tejanita frente al soberbio Abraham Quintanilla, quien tradujo su talento como uno más de sus calculables negocios. A partir de la invitación al tributo a la cantante de Bidi-bidi-bom-bom, en el Astrodome de Houston (después de su muerte), obtuvo con su padre un contrato que se extendió durante cuatro discos compactos.
A sus 18 años, Jennifer Peña, sin la tutela representada por Q Productions, con su reciente álbum libre que la ha lanzado a la nominación al Grammy (y a ocupar durante semanas las listas de Billboard), reconoce la presencia infalible de Selena en su carrera musical. Muy cercana a la armonización vocal, al estilo de la techno-cumbia y a su electrizante sensualidad.
"Al principio era muy difícil para mí hacer saber a los medios de comunicación y a la gente que yo tenía mi propio estilo; cuando un productor trabaja con dos o tres cantantes, esos artistas siempre van a tener un estilo parecido", reconoce.
Sin embargo, la tejanita ha impuesto sus propias variaciones originales, alcanzando un pop distintivo en español que la ubica como una de las más célebres artistas latinas en Estados Unidos, en la actualidad.
"Desde aquel día que traté de cantar en español -y después de grabar mis discos en español-, todo se ha dado con la música en este idioma que Selena me inspiró a cantar".
Al igual que la vocalista de "I could fall in love", su terreno firme en México es la ciudad de Monterrey, y todavía no es escuchada en un escenario mexicano en vivo.
"Me encantaría presentarme en concierto para la gente de México. Yo sé que es importante para un artista presentarse en vivo, mi show y la música suena diferente en el escenario, tiene una vibra diferente y ojalá que muy pronto pueda regresar a México para presentarme en vivo".