TORREÓN, COAH.- Los motociclistas repartidores de alimentos y servicios que a toda velocidad, día con día cruzan la ciudad para realizar su trabajo, representan un peligro de accidentes mortales para peatones y automovilistas en general.
Se pasan los altos de semáforos y preferencias viales y en su afán por mejorar sus tiempos de reparto, no reparan siquiera en el riesgo que representa para su vida.
Y en virtud de que la mayoría de ellos se desempeña al servicio de la industria restaurantera local, entre ellos, los negocios de venta de pizzas, loncherías, carne asada, taquerías y últimamente refaccionarias y cervecerías, la Canirac solicitará la intervención de las autoridades de Vialidad Municipal.
Según José Luis Flores Juárez, vicepresidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera, Canirac, el fin es que se realice alguna campaña de orientación hacia ellos, no de represión y mucho menos de infracción.
Han sido decenas ya de accidentes los que se han ocasionado de manera directa e indirecta por estos repartidores en motocicleta, uno de ellos reciente y muy lamentable, la muerte de un joven de 18 años de edad, al servicio de una empresa de pizzas que falleció luego de varios días de agonía víctima de derrame cerebral.
Flores Juárez indicó que si bien la mayoría de ellos utiliza casco, no es el apropiado, por lo tanto no les representa protección y además, cometen vez tras vez infracciones de tránsito.
Consideró que en este asunto, además de la intervención de las autoridades de Vialidad, se convocará a las empresas involucradas para que se esfuercen y mejoren los sistemas de seguridad y protección para sus empleados, pues en ello puede estar envuelta su vida y la de otros conductores.
Es indudable que la mayoría de estos jóvenes repartidores, son estudiantes con necesidades de trabajar y ayudarse financieramente, por ese mismo motivo se requiere apoyarlos con algún tipo de acciones tendientes a la concientización.
Por otra parte, Flores Juárez llamó la atención a la necesidad de que en las empresas que los contratan, desaparezcan las campañas promocionales en las que el reparto es en el mínimo de tiempo, pues de una manera indirecta los inducen a trabajar con exceso de velocidad.