TORREÓN, COAH.- Notarios públicos, fiscales, agentes ministeriales, procuradores, regidores, diputados, senadores, presidentes, gobernadores, docentes, actuarios, secretarios, jueces, magistrados entre otros, forman parte del abanico de posibilidades de desempeño de los licenciados en Derecho.
Una de las profesiones más antiguas y que siempre ha encontrado muchos practicantes es sin duda la de la abogacía.
En el marco de los festejos del Día del Abogado, Juan Puente Flores, presidente saliente del Colegio de Abogados de la Laguna, considera que la importancia de esta actividad profesional radica “en la defensa de los derechos de la gente, sobre todo, de los de menos nivel económico”.
No obstante, reconoce que existe una mala impresión del ciudadano hacia el que ejerce la profesión. “Se ha dicho siempre que somos muy rolleros y que hay mucha corrupción... no se puede negar que haya malos elementos como en todas las disciplinas humanas pero, no es la regla”.
Y Puente Flores se muestra esperanzado en las nuevas generaciones. “Actualmente, yo confío en que los que han decidido tomar esta carrera, lo hagan con el afán de ayudar”.
Por su parte, Fernando Rangel de León, opina que “el Derecho sigue siendo el mejor instrumento para asegurar el respeto a la persona, en su libertad, en su vida, en sus bienes y en sus relaciones con los demás”.
Respecto a la máxima de que la Ley se hizo para proteger al débil del poderoso, Rangel de León establece, “siempre y cuando se cometa un abuso y el débil tenga la razón... el Derecho no puede ser una lucha de clases, existe un principio que es la igualdad jurídica y hay que respetarlo”.
De la desvirtuación de estos valores por parte de algunos abogados, menciona: “hemos tenido muy mala fama: entre abogados te veas, leguleyos, tranzas y esto... pero nosotros hemos dado pie a ello, debemos de esforzarnos por dignificar nuestra profesión”.
Anteriormente, el campo de los juristas era un terreno de dominio masculino. Hoy, como en todas las áreas del conocimiento y desarrollo humano, la mujer ha irrumpido en forma considerable y creciente. Esto plantea un nuevo enfoque a la profesión.
María de Jesús Rubio Márquez, vicepresidenta saliente del Colegio de Abogados de la Laguna, concibe a la abogacía “como una profesión noble, muy humana”.
Respecto al papel del sexo femenino en esta disciplina, comenta: “yo siento que anteriormente no la practicaba la mujer porque se consideraba que esta profesión era peligrosa, pero ahora vemos que no es tanto y los hombres como las mujeres estamos igualmente capacitados para desempeñarla”.
Rubio Márquez señala que la participación femenina es importante, ya que “por ejemplo, en casos del ámbito familiar, una mujer le tiene más confianza a una abogada y se explaya mucho mejor”.
Sobre si ha sufrido o no discriminación, responde: “durante los 30 años que llevo ejerciendo, me he dado cuenta que no existe aquí, al contrario, hay mucho apoyo”.
María López Urbina, delegada de la PGR en Coahuila, establece que “de la gran lucha porque la mujer tenga esa igualdad con el hombre, el ejemplo nos lo da Sor Juana Inés de la Cruz”.
Reconoce que no ha sido fácil, “al principio el hombre no lo aceptaba, pero poco a poco hemos demostrado que tenemos la misma capacidad y hemos ido ganando terreno... no vamos en lucha con los hombres sino de la mano”.
Sobre la calidad en la ejecución de la carrera, la funcionaria manifiesta: “no se trata de que cada año salgan más licenciados en Derecho, sino mejores, porque la tarea de procurar justicia es muy difícil, más en estos tiempos y la ciudadanía exige mayor preparación”.
Por último, López Urbina exclama que lo principal que no debe olvidar un abogado, es que siempre debe actuar con justicia.