Gómez Palacio

Insuficiente rehabilitación del mercado en Gómez

Arturo González González

EL SIGLO DE TORREÓN

GÓMEZ PALACIO, DGO.- El mercado municipal “José Ramón Valdez”, cumplió su medio centenario el año pasado. Uno antes, cuando Carlos Herrera Araluce aún se encontraba en la alcaldía, el edificio fue sometido a obras de remozamiento con una inversión de poco más de seis millones de pesos. No obstante, el aspecto que hoy ofrece a los “marchantes” —citadinos y foráneos— no es el óptimo todavía.

Ubicado entre las avenidas Victoria y Allende y las calles Escobedo y Ocampo del centro de Gómez Palacio, a este mercado asiste gente en su mayoría de bajos recursos, tanto de las colonias populares como de algunos ejidos, que anda buscando desde yerbas para limpias, estampitas de santos, pociones, lociones y todo lo referente a conjuros y magias hasta joyas, relojes y ropa, pasando por alimentos como carne, pescado, chicharrones, embutidos, verduras y especias.

En una visita realizada por este reportero la mañana de ayer, se pudo apreciar la gran cantidad de detalles que necesitan ser reparados.

Desde el exterior es posible observar algunas columnas, paredes y cortinas de metal, rayadas con pintura de aerosol de diversos colores: azul, rojo, verde. Las banquetas que circundan el edificio presentan desgaste y poca limpieza.

En el interior, casi todas las paredes se encuentran sucias, sobre todo en su parte más baja. Unas partes de los muros están escarapeladas, quedando al descubierto los ladrillos. Incluso, hay uno que no tiene ningún tipo de acabado. A pesar de que algunos locatarios intentan mantener limpia su porción de piso, éste, en su mayoría, presenta manchas obscuras ocasionadas por el continuo ir y venir de transeúntes y compradores, aunado a los derrames de algunos líquidos. En el recorrido por los pasillos no se aprecia ningún bote de basura, pero sí algo de desperdicios tirados por el suelo. Además, en algunas partes, los mosaicos están rotos o levantados, sobre todo, cerca de los registros del drenaje, los cuales por cierto, muy pocos tienen tapaderas en sus coladeras. Tal es el caso de la sección del mercado conocida como Cocina Económica. Ahí se venden platillos caseros mexicanos como chiles rellenos, asado de puerco, enchiladas, tortas, entre otros. En una de las columnas que sostienen el techo de lámina se encuentra un pendón propagandístico con la imagen de la actual Alcaldesa, cubierto al parecer de residuos de comida y cochambre. Una mujer que trabaja como cocinera en el lugar informa que los tanques de gas que antes estaban peligrosamente cerca de las estufas, con la remodelación se quitaron y se instalaron tanques estacionarios en el techo. “Ahora sí estamos dentro de la Ley”, comenta.

Aunque la mayoría de la instalación eléctrica está protegida por tubos pegados al techo, no faltan algunos cables sueltos en rincones o inmediatamente afuera de los locales.

Hay pasillos en los que se hace difícil pasar, ya que aunado a su propia angostura, los locatarios exceden sus espacios correspondientes para poner sus artículos. Cosa común en casi todos los mercados.

El baño de hombres no presenta mal aspecto en general, salvo algunas partes del techo y las paredes cuya pintura ha comenzado a caerse. La presión del agua es poca. Hay tres tambos como de un metro de altura llenos de este líquido junto a los mingitorios. En la puerta de entrada, una señora ofrece un pedazo de papel y pide un peso.

“Mejor que antes, pero le falta”

Por uno de los pasillos del mercado está el negocio de ropa y otros artículos y accesorios, en donde trabaja Vicenta Reyes Burciaga, quien califica de “más o menos” el estado físico del edificio. “Sí mejoró con la remodelación, pero en los exteriores; porque para arreglar dentro de los locales cada uno de los dueños tuvo que pagar, cobraban según la superficie”. Reyes Burciaga comenta además que las ventas en los últimos meses “han sido muy bajas... quién sabe si será por la guerra”.

Otra mujer, ésta de edad ya avanzada y que vende productos hechos a base de polietileno, también habla de que a raíz de la remodelación “sí hubo mejorías, pero faltaron los interiores... mire nomás cómo tengo ahí, es porque están arreglando al otro lado, pero nos está afectando aquí”; y señala un muro verde con numerosas grietas y ladrillos expuestos. En relación a las ventas, dice que “la situación está crítica para nosotros, ya lleva como seis meses así”. Reconoce que el mal aspecto puede ocasionar que cada vez menos personas asistan a consumir al mercado.

Cerca de las diez de la mañana, en el pasillo central, se instalan sillas y una especie de altar. Una señora informa a este reportero: “es que va a haber misa, al ratito, todo los domingos viene el padre”.

Más tarde, los rezos y cánticos religiosos se hacen escuchar.

Cerca de uno de los extremos, José Sáenz Pardo tiene su local comercial. Según dice, él fue dirigente de la Unión de Comerciantes y Locatarios del Mercado. Al cuestionársele sobre su percepción acerca de las condiciones en las que se encuentra este edificio, Sáenz Pardo responde que antes de la remodelación “estaba bien feo, ahora está mejor pero le faltan algunos detalles”. Por ejemplo, confiesa que él no estuvo de acuerdo con lo que hicieron en la banqueta de afuera “ese piso que pusieron, no sirve, ya se está desgastando”.

Junto a José Sáenz, está Julio Trigo, quien cuenta ya con 75 años de edad y tiene una perfumería en un local que da a la calle. “También falta agua potable, hay de cisterna, pero ésa no es para tomar”, dice. Ambos confirman lo que las anteriores locatarias señalaron: “las ventas siguen bajas”. ¿La causa? Según Julio Trigo, el cierre de las maquiladoras. “Antes salían las muchachas los viernes y sábados de su trabajo y se venían para acá y aquí consumían; ahora eso no sucede”.

Antes de despedirse, Sáenz Pardo comenta: “¿ya le dijeron? va a venir ‘Don Carlos’ (Herrera),va a comenzar su campaña como candidato a diputado aquí en el mercado, con nosotros, él también es locatario”.

A pesar de la fuerte inversión hecha por el Municipio, durante la administración pasada, con apoyo del Gobierno del Estado, la cual ascendió a 6 millones 332 mil 860 pesos, de acuerdo a la manta que se encuentra cerca de uno de los accesos, el Mercado Municipal de Gómez Palacio sigue presentando deficiencias que deben irse resolviendo para el beneficio de los clientes y los propios locatarios.

Rodeado de vicio

Muy cerca del mercado José Ramón Valdez, prácticamente en sus alrededores, la venta y consumo de bebidas embriagantes es fuerte. Llama la atención que en un espacio de no más de cuatro cuadras, se encuentren por lo menos ocho expendios o cantinas. Incluso se da el caso de que hasta tres lugares de éstos estén juntos, como se puede apreciar en la esquina de la calle Ocampo y Allende, en donde, uno en seguida de otro se puede observar al Bar “Mar Rojo”, un expendio “Modelorama” y la cantina “Los Albañiles”.

Las necesidades

Algunos de los detalles que deben corregirse en el mercado “José Ramón Valdez” de Gómez Palacio:

- Banquetas en mal estado.

- Pisos y paredes sucias.

- Muros y techos escarapelados.

- Falta de agua potable.

- Coladeras de registros sin tapa.

- Mosaicos levantados.

- Tapas de registros de drenaje rotas.

- Cables de instalaciones eléctricas sueltos.

- Vidrios sucios.

- Cortinas de metal y columnas externas pintarrajeadas.

FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón

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