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BOGOTÁ, COLOMBIA.- El presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, anunció ayer que los operativos de búsqueda de los siete turistas extranjeros secuestrados por rebeldes en el norte del país seguirán adelante con acato a la ley.
Durante un consejo de gobierno en la localidad de Girón, en el noreste del país, el mandatario dijo que las unidades militares que participan en la operación de rescate “seguirán adelante en medio del respeto” a la Constitución.
Uribe Vélez hizo sus declaraciones luego de un fallo de la Procuraduría de Colombia, que formuló cargos contra cuatro militares por el fallido rescate que llevó a la muerte en 2001 de la ex ministra de Cultura, Consuelo Araujo.
La ex funcionaria, quien había sido secuestrada entonces por las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), murió a manos de sus captores, cuando las tropas oficiales cercaron el sitio donde se encontraba.
La Procuraduría consideró que los oficiales incurrieron en posibles inconsistencias en la planeación y ejecución del rescate de Araujo y decidió abrir cargos en su contra para que respondan por su actuación.
Según el Ejército, el fallo, emitido el viernes, desestimula a las tropas que realizan operativos para ubicar a los siete turistas extranjeros en poder de rebeldes en una región boscosa de la Sierra Nevada de Santa Marta.
“El proceso va para adelante, ese proceso tiene una operación militar para rescatarlos y también está una tarea humanitaria de la Iglesia católica que adelanta con toda la bondad de su apostolado”, dijo Uribe Vélez.
Beni Daniel, Ortaz Ohayon, Ido Joseph Guy y Erez Altawil, de Israel; y Mark Henderson, de Reino Unido; Renhilt Weigel, de Alemania; y Asier Huegun Etxeberría, de España, visitaban una zona indígena cuando fueron secuestrados.
Un octavo extranjero, el británico Mathiew Scott escapó de sus captores, el mismo día del secuestro, cuando era conducido junto con los otros siete excursionistas a un corredor selvático de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Unos dos mil hombres del Ejército buscan en esa zona del norte de Colombia a los extranjeros, que fueron secuestrados el pasado 12 de septiembre por un comando del rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN).