Bagdad, Iraq.- Armados con fusiles, los habitantes de Bagdad trataban de dominar a los saqueadores y bloqueaban las calles para intentar frenar los robos y la anarquía que reina.
Miles de iraquíes, entre ellas familias completas con hijos pequeños, se dedicaban al saqueo y se llevaban todo lo que encontraban, desde automóviles hasta refrigeradoras.
Las fuerzas estadounidenses intentaban restablecer el orden, después de tres días de saqueos y anarquía que tienen lugar desde el abrupto colapso del régimen de Hussein.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, dijo que las tropas terrestres en Iraq tienen "la obligación de colaborar en la seguridad, y las fuerzas están haciendo eso. Están patrullando en varias ciudades donde hemos visto saqueos. Están deteniéndolo".
Autoridades militares estadounidenses indicaron que han comenzado a enviar más unidades entrenadas en seguridad a Iraq. Fuentes dijeron que el Pentágono ha aprobado un plan para pedir a otras naciones que envíen al país fuerzas de policía y seguridad, pero no unidades de combate militar.
En un paso previo a la declaración formal de victoria, el comandante de las fuerzas estadounidenses, general Tommy Franks, dijo a su tropa que “el régimen de Saddam ha terminado”. En la Casa Blanca, el vocero Ari Fleicher precisó: “El régimen ha caído”.
Se desconoce el paradero del líder iraquí, así como el de sus hijos y el de otros dirigentes del régimen. Los rumores sobre la muerte de Saddam Hussein siguen cobrando fuerza. La CIA ha interceptado conversaciones telefónicas entre funcionarios iraquíes que hablan sobre el fallecimiento del dictador.
No obstante, el presidente George W. Bush mantiene la cautela y asegura que lo único cierto sobre Saddam Hussein es que no está en el poder.
Mientras tanto, Mosul, la tercera ciudad del país, cayó sin derramamiento de sangre. Fuerzas especiales estadounidenses y sus aliados kurdos llegaron en camiones y camionetas, pero no quedaban efectivos iraquíes en el lugar.
Los saqueos y festejos se extendieron rápidamente. Algunos vecinos tomaban fajos de billetes del Banco Central; otros disparaban a los automóviles y otros robaban incluso ambulancias de hospitales.