EL PAÍS
Jerusalén.- La Marina israelí interceptó ayer una barca de pesca procedente de Líbano en la que dos supuestos activistas de Hizbolá transportaban detonadores para el lanzamiento de proyectiles y la activación de bombas. Según la oficina del portavoz militar, la barca fue abordada a la altura de la ciudad de Haifa cuando se dirigía a Egipto, desde donde presuntamente intentarían introducir los artefactos a través de la frontera con la franja de Gaza. El ministro de Exteriores, Silvan Shalom, responsabilizó al entorno del presidente palestino, Yasser Arafat, aunque no dio nombres concretos ni ofreció pruebas convincentes.
Fuentes militares informaron de que además de 25 detonadores y temporizadores para el lanzamiento de cohetes de largo alcance, y sistemas de activación de bombas por control remoto, la barca contenía 36 CD-Rom con instrucciones para la preparación de cinturones explosivos. Los servicios de inteligencia identificaron a uno de sus ocho tripulantes como Hamed Abu Amra, un supuesto experto en explosivos de Hizbolá, que luego desmintió la información a través del canal de televisión Al Manar. Aparentemente, un segundo miembro del movimiento fundamentalista chiíta libanés también formaba parte de la tripulación.
Según el portavoz militar, su destino iba a ser un puerto de la parte oriental de la costa mediterránea egipcia, desde donde el cargamento sería trasladado a la frontera con la franja de Gaza. Una vez allí, especulan los militares, se intentaría introducir -junto al propio Abu Amra- en la localidad palestina de Rafá a través de uno de los pocos túneles que pueden quedar todavía operativos para el contrabando de armas. Las sucesivas incursiones en la zona y demoliciones de inmuebles hacen que el Ejército israelí haya creado una franja de seguridad de un centenar de metros de ancho que les permite perforar el suelo y descubrir los túneles con facilidad.
El titular de Asuntos Exteriores, Silvan Shalom, afirmó que ‘no hay duda que aquellos que están involucrados en este caso son gente muy próxima a Yasser Arafat’, en unas declaraciones hechas ante el Canal Uno de la televisión pública. De esta forma, Shalom intentó probar la complicidad del presidente palestino, citando los dos precedentes registrados a lo largo de la Intifada, pero sin ofrecer -al menos de momento- evidencias que permitan demostrar su hipótesis.