30/abril/2003
SANTA FE, Argentina (AP) .- Copiosas lluvias que hicieron desbordar las aguas del río Salado, causaron la muerte de cuatro personas y obligaron a evacuar a unos 45.000 pobladores de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos, en el noreste de Argentina, confirmó el gobernador provincial Carlos Reutemann.
La provincia argentina más afectada es Santa Fe, en el centro norte del país, la cual se encuentra en estado de emergencia debido a la crecida del río Salado.
El comandante del segundo cuerpo de ejército, general Hernán Olmos, a cargo de las operaciones de rescate, confirmó que cuatro personas murieron ahogadas y que tres de ellas eran jóvenes y niños. Los evacuados superaban los 45.000 y seguían en aumento, alojados en 61 centros de emergencia.
Vehículos anfibios del ejército y lanchas de la prefectura naval, así como numerosas embarcaciones particulares, recorrían las zonas inundadas socorriendo a los pobladores, que en muchos casos se habían refugiado en los techos de sus anegadas viviendas.
Abundaban las escenas de dolor y desesperación de personas que perdieron todos sus bienes y que clamaban por mayor ayuda gubernamental. El gobernador peronista Carlos Reutemann, cuya popularidad fue siempre muy alta, fue sin embargo, abucheado e insultado en la tarde del martes, cuando llegó a una zona donde los vecinos intentaban frenar con bolsas de arena el avance de las aguas.
El suministro eléctrico fue cortado en las zonas inundadas y tampoco funcionaban gran parte de los teléfonos en esta ciudad.
El gobernador santafesino, Carlos Reutemann, advirtió este miércoles que la situación podría empeorar en las próximas horas porque el caudal del Salado podría subir unos centímetros más hasta desbordarse en forma incontrolable.
Reutemann aseguró que la crecida del Río Salado no registra antecedentes en la historia de la provincia, razón por la cual podría pasar mucho tiempo antes de que la situación se normalice.
Las autoridades habilitaron 61 centros para albergar a los damnificados y se está apelando a la solidaridad de todos los argentinos para que envíen víveres y cobijas a la zona de emergencia.
El presidente argentino Eduardo Duhalde se comunicó la víspera con Reutemann para asegurarle que la provincia recibirá toda la ayuda necesaria ya que, a juicio del mandatario, la situación constituye "una verdadera catástrofe nacional".
La ministra de Desarrollo Social, Nélida Doga, ordenó el envío a Santa Fe de 14 toneladas de alimentos, colchones, ropas y otros artículos, mientras que el gobernador de Córdoba, José de la Sota, mandó 70 toneladas de alimentos y un hospital móvil.
El ministro de Salud, Ginés González, viajó a Santa Fe para trabajar en la prevención de "cualquier riesgo epidémico" que pueda surgir en las zonas afectadas por el avance de las aguas, para lo cual enviaron medicamentos, sueros y vacunas.
La catástrofe natural se extendió en las últimas horas a las provincias de Santiago del Estero y Entre Ríos, donde centenares de productores agrarios tuvieron que ser evacuados y miles de ejemplares de ganado murieron producto del avance de las aguas.
El intendente de la localidad de Selva, Leonardo Cravero, dijo a radioemisoras que "la lluvia hizo un desastre en el campo, con la autoevacuación de agricultores que perdieron cosechas de soja y sufren la muerte de animales que no disponen de lugares secos".