Las invasiones a predios particulares, que en el pasado fueron toleradas por las autoridades, incluso proporcionándoles servicios como agua potable, drenaje, electricidad, etc., ahora se han convertido en un problema que frena o violenta el Plan Director de Desarrollo Urbano de la ciudad de Durango, por lo que es necesario que se apliquen medidas drásticas, ya sea para la reubicación, o exigir el respeto al uso de suelo.
Es Wilfrano Torres Sanmartín, director general del Instituto de la Vivienda del Estado de Durango, quien admite que el problema de las invasiones se generó por la complacencia de las autoridades, y ahora que representa “focos rojos” de conflicto para el desarrollo urbano ordenado de la ciudad, surge la necesidad de que se junten esfuerzos de las dependencias gubernamentales, para darle una solución a lo que se hizo en el pasado, y establecer un freno a la práctica de este tipo de irregularidades.
Dijo que aunque es un problema en el que involucra a dependencias de los tres niveles de gobierno, desde su punto de vista es el municipal que debe aplicar acciones terminantes para que se respete el uso de suelo, en congruencia con el Plan Rector de la Ciudad, tanto para corregir lo que ya está asentado, como para prevenir en lo futuro que sucedan este tipo de problemas.
Desde su óptica hay dos opciones para resolver las invasiones que se toleraron, y hasta auspiciaron en otros casos por pasadas autoridades: llevar a cabo la reubicación de las viviendas asentadas de manera irregular, a zonas contempladas por el Plan de Desarrollo Urbano. Pero que en caso de que no hay los recursos suficientes para ejecutar medidas de tal magnitud, que el gobierno municipal exija respeto al uso de suelo.
No es posible que se hayan asentado núcleos habitaciones en áreas destinadas para uso industrial y comercial, como es el caso del predio San Juan, ubicado allá por las inmediaciones de lo que será el distribuidor vial 5 de Mayo, obra que una vez que se termine, pudiera verse opacada en imagen por las viviendas construidas ahí cerca.
Wilfrano Torres señaló que la invasión que inició hace años en el predio San Juan, y que paulatinamente fue creciendo, es un ejemplo de la tolerancia que se dio a los asentamientos irregulares, y que ahora al desplegarse el desarrollo urbano, se topa con tales problemas y surge la necesidad de aplicar medidas contundentes.
Sin embargo, ante la carencia de recursos para llevar a cabo las reubicaciones masivas, lo que debe hacer el municipio es exigir respeto al uso de suelo, que en el caso del predio San Juan, es para la instalación de pequeñas y medianas industrias.