EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Un día que vagaba por las calles de Polanco en la Ciudad de México, David Correa llegó al Centro Cultural Arte Contemporáneo de Televisa –que ya no existe- y a partir de ese momento decidió ser pintor.
Ahora, luego de transcurridos varios años, el artista originario del DF se perfila para convertirse en uno de los pilares de la plástica mexicana, y los laguneros tendrán la oportunidad de conocer su trabajo una vez que se inaugure mañana la exposición que lleva por nombre David Correa. Será a las 20:30 horas, en la Galería de Arte Amart, con domicilio en la calzada Colón, número 471 norte, planta alta.
El pintor nació en 1965, y proviene de una familia sencilla y prolífica como hay tantas en los barrios marginales de la gran orbe y donde bajo los techos de lámina de cartón también se vive y se tejen sueños.
Tal es el caso de él, a quien pusieron por nombre David, ya que nació el día dedicado a su santo y que para evadirse de su realidad, cuando era niño jugaba a que el Bosque de Chapultepec era el jardín de su casa. Ese mismo espacio fue testigo impasible de sus andanzas solitarias y de su hambre siempre insatisfecha.
A temprana edad tuvo que dejar de lado el ingenio y la imaginación para crear sus propios juegos y dedicarse a trabajar como cerillo en un supermercado para contribuir al gasto del hogar. Ya en la adolescencia y cansado de las privaciones y desaveniencias familiares, decidió que la calle ofrecía muchos atractivos, además de que ahí no existían normas ni reglas.
Cuando decidió ser pintor, descubrió que en esta profesión se tiene el poder pleno para inventar universos propios y desde entonces ha enfocado toda su energía y creatividad mediante una disciplina de al menos diez horas diarias para lograrlo y es a través de la pintura que David Correa ha podido exorcisar temores y carencias otrora infantiles, inventando mundos en donde todo es posible y en donde los colores son los protagonistas centrales de su obra.
Su trayectoria
David Correa ha participado en múltiples exposiciones en diferentes países como España, Italia, Estados Unidos, Belice, Argentina y Japón, entre otros. En el 2000 se hizo acreedor al premio Italia por el Arte en la Vitrina de Arte Contemporáneo, en Florencia, Italia, y en marzo de este año fue invitado a exponer su obra y a impartir un taller de dibujo en Hamada Children’s Museum of Art, de Hamada, Japón, en donde fue aceptado y reconocido como un auténtico sensei.
Pese a sus logros, David Correa conserva una de sus mayores virtudes: la sencillez.
Su obra permanecerá expuesta hasta el 16 de noviembre de 2003. Los horarios de la galería son de lunes a sábado de 11:00 a 14:00 horas, por la tarde previa cita.
Obra impregnada de ternura
La vida de David Correa ha pasado por distintas facetas, caminos que tenían un mismo destino: la pintura. Su constancia y compromiso con su trabajo lo han mantenido en un mundo complicado, en el que cada vez gana más espacio, a pesar de ser un artista independiente.
Su vida cambia a partir de que conoce al maestro Gilberto Aceves Navarro, quien le da la oportunidad de trabajar en su taller.
David ha tenido cinco años de intensa actividad, montando casi cien exposiciones a lo largo de la República Mexicana y en Estados Unidos; poco a poco, los frutos de tanto buscar por la calle, de vivirla y de padecerla se van dando.
De personalidad introvertida, el artista prefiere mantenerse al margen de los grupos, concentrándose en cuerpo y alma a lo suyo que es pintar, convencido de que el mejor reconocimiento es el que da la gente.
El arte de plasmar en un lienzo o en papel imágenes, colores, cuerpos, es una vocación que se disfruta. David Correa busca sobre todo ser honesto con su obra y por ende con quien tiene acceso a ella.
Su pintura esta impregnada de ternura, de color y de elementos como aquellos maravillosos caballos de balancín que nos remiten de inmediato a la infancia.
Comentario de Héctor González Jordán.