03 de diciembre de 2003
Columbus (EU), (EFE).- Las autoridades investigan doce tiroteos en el área de Columbus (Ohio) -incluso uno contra una escuela vacía y otro contra una mujer de edad avanzada- como posible obra de un francotirador que ha imbuido de miedo a la población.
La policía cree que los incidentes, ocurridos en un tramo de ocho kilómetros en la autopista interestatal I-270, podrían estar vinculados.
El escurridizo asesino se cobró el 25 de noviembre la vida de Gail Knisley, de 62 años, en una ola de violencia que comenzó en mayo en la autopista que circunvala la ciudad de Columbus.
Knisley, un residente de un suburbio, tenía miedo de conducir sola en la ciudad y logró que su amiga la acompañase ese día a una visita médica y a realizar sus compras navideñas.
La sexagenaria iba de pasajera cuando murió de un solo balazo que perforó el costado del automóvil. No se han registrado más heridos ni víctimas mortales.
El subjefe de policía del condado Franklin, Steve Martin, confirmó que cuatro de los disparos -tres contra vehículos en marcha y uno el 11 de noviembre contra la escuela primaria Hamilton Central-, procedieron de la misma arma.
Aunque las pruebas balísticas no han vinculado de forma contundente el resto de los ataques intermitentes en la autopista interestatal 270, "los investigadores están casi seguros de que esos tiroteos están vinculados", agregó.
La policía ha tenido mucho cuidado en no utilizar la palabra "francotirador" para caracterizar estos actos, consciente de que traen a la memoria el terror que vivió durante tres semanas de octubre de 2002 el área de Washington.
Los tiroteos en Washington, Maryland y Virginia -por los que un jurado ha recomendado la pena de muerte contra John Allen Mohamed y también se procesa por separado a Lee Boyd Malvo- dejaron diez muertos y tres heridos.
Ahora, al parecer, otro posible francotirador tiene a los vecinos de Columbus con los nervios de punta.
La escuela primaria, ubicada en una carretera rural, se encuentra bajo vigilancia policial y las autoridades escolares han decidido suspender, al menos por esta semana, las actividades al aire libre.
Temerosos de ser la próxima víctima, los maestros, al igual que buena parte de los conductores que utilizan la autopista, han empezado a utilizar rutas alternativas para llegar a sus trabajos.
Muchos padres vacilan entre el temor y la determinación a no dejarse amedrentar pero, en el fondo, no quieren que se repita la pesadilla que vivieron los vecinos del área de Washington, donde ir de compras, a la escuela o la gasolinera causaba verdadero pánico.
Algunos conductores entrevistados en varios canales de televisión han dicho que han extremado las medidas de precaución, incluso programando el número de emergencias en su teléfono celular, también al alcance de la mano.
Las autoridades policiales han pedido la colaboración del público y ya han recibido más de 500 llamadas de la población con supuestas pistas, pero hasta ahora no hay un retrato hablado ni un perfil psicológico del misterioso criminal.
Los negocios se han sumado a la labor de la policía, al establecer una recompensa de 10.000 dólares por la captura y arresto del responsable. Al igual que en el caso del francotirador del área de Washington, la policía ha pedido al responsable de estos tiroteos que se comunique con las autoridades.
Por ahora la estrategia de la policía consiste en reservarse los detalles -no han identificado el arma utilizada en los tiroteos- porque, según explicó, no quiere desalentar la entrega de nuevas pistas para resolver el caso ni alertar al asesino.
"No queremos que la gente deje de llamarnos porque divulgamos ciertos tipos de información" y estudiamos todas las posibilidades, dijo Martin.
Las investigaciones se complican dado que la temporada de caza de venados ha atraído a decenas de cazadores a una zona boscosa de la carretera interestatal I-270, llena ahora de casquillos de bala.