28 julio 2003
MEXICO, D.F., (SUN-AEE).- Investigadores de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM encontraron diversas concentraciones de hidrocarburos en los ostiones que se comercializan en diversos mercados de la ciudad de México, los cuales, si se ingieren en grandes cantidades, pueden provocar cáncer.
Los especialistas Rolando García Gómez y Pável Castillo Urueta señalaron que la actividad ostrícola en México representa una importante fuente de ingresos para el sector pesquero nacional, por ser una de las diez principales tareas pesqueras del país, solo atrás de la captura del pescado de mar y de agua dulce, y del camarón.
Lamentablemente, reconocieron los universitarios en un comunicado publicado en la página electrónica de la UNAM, las pesquerías más importantes en la República se localizan en la zona de mayor actividad petrolera, esencialmente en el Golfo de México: Veracruz, Tamaulipas, Campeche y Tabasco, La contaminación en esos lugares no se ha podido evitar ante los constantes derrames de crudo, de los cuales muy pocos salen a la luz.
Además, la industria y el transporte marítimo constituyen otra fuente de contaminación, especialmente esta última, que lava sus motores y descarga los desechos al mar.
En el caso de los ostiones, poseen mucha grasa en su organismo y acumulan hidrocarburos con gran facilidad. Los "anillos de benceno" son poco degradables, lo cual provoca que el petróleo permanezca largo tiempo en el sistema de los bivalvos (de las dos conchas).
Los universitarios trabajan en el Programa de Ingeniería Química Ambiental y de Química Ambiental de la FQ con ejemplares de la laguna de Tamiahua, Veracruz, que se comercializan en los mercados públicos del valle de México.
En todos los casos, aseguraron, se han detectado al menos uno o dos de los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH, por sus siglas en inglés).
Entre los compuestos encontrados destacan el fenantreno, fluoranteno y benzoapireno, de los cuales este último es el más tóxico, debido a que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, (EPA en inglés) lo ha relacionado con problemas graves de cáncer y mutagénesis. Los dos restantes son considerados compuestos irritantes y posiblemente cancerígenos.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), basadas en documentos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en 1999 México produjo 14 mil 752 toneladas de ostiones