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TEHERÁN, IRÁN.- Las manifestaciones contra el gobierno clerical de Irán parecían extinguirse ayer, al llegar a su séptimo día, cuando policías uniformados lograron contener a militantes islámicos que en las noches anteriores atacaron con garrotes y cadenas a los manifestantes.
Centenares de automóviles volvieron a congestionar el tráfico alrededor de la Universidad de Teherán, foco de las protestas y los conductores hicieron sonar las bocinas en apoyo a los estudiantes, pero hubo menos manifestantes que en las jornadas previas y menos tensión en el ambiente.
La policía montó un cordón alrededor de la universidad en el centro de la ciudad y bloqueó algunas calles para impedir que radicales islámicos en motocicletas ingresaran en el recinto.
Mientras los grupos islámicos juran lealtad al líder supremo, el Ayatolá Khamenei, la policía responde tanto a Khamenei como al gobierno del presidente Mohammad Jatami.
A medida que la calma retornaba a Teherán, se reportaron protestas en por lo menos otras siete ciudades provinciales.
Irán culpa a Estados Unidos de alentar las protestas y dijo el lunes que había enviado una protesta oficial a Washington por lo que llamó "injerencia descarada" en sus asuntos internos.
Pero el secretario norteamericano de Estado, Colin Powell, instó a los iraníes a manifestar en reclamo de sus derechos y negó que Estados Unidos estuviera interfiriendo con los asuntos internos del país islámico.
"Nuestra política es la de estimular a la gente para que se manifieste expresando sus puntos de vista", dijo Powell a los reporteros durante un viaje a Phnom Penh, capital de Camboya.
"Nosotros no estamos dentro de Irán fomentándolas (las protestas) pero si la gente quiere manifestar pacíficamente y manifestar por su derecho a una vida mejor, nos parece que es lo apropiado", agregó.
Irán acusó a Washington de interferir en sus asuntos internos y el lunes dijo que había enviado una nota formal de protesta después que el presidente George W. Bush calificó las protestas como un paso "positivo" hacia la libertad.
Pero Powell negó rotundamente la acusación de interferencia.
"Irán, como es usual, sólo está tratando de desviar sus problemas hacia otros", dijo.
Afirmó que los manifestantes "no están contentos con el liderazgo (...) y eso se está manifestando en las calles. No sé si es un punto de inflexión, pero ciertamente valida lo que hemos estado diciendo de que hay insatisfacción entre el pueblo iraní".