BAGDAD (AP) .- Miles de manifestantes marcharon el miércoles por las calles de Bagdad jurando lealtad al régimen de Saddam Hussein, mientras el gobierno intentaba asegurarse el apoyo interno en medio de las amenazas de guerra.
El desfile de 90 minutos por una de las principales avenidas de Bagdad ocurrió al mismo tiempo que los inspectores de la ONU regresaron al complejo militar de Al-Taji para supervisar la destrucción de otros nueve cohetes Al Samoud 2, según el Ministerio iraquí de Información. Irak ha neutralizado desde el primero de marzo 28 cohetes, de unos 100 que al parecer tiene el país árabe con un alcance superior al permitido por la ONU.
Entre vítores al mandatario, miles de policías, bomberos y funcionarios de la defensa civil se incorporaron a la marcha y a 60 "aspirantes al martirio" que juraron lanzar ataques suicidas contra las fuerzas norteamericanas si invaden Irak. Saddam dijo repetidamente en las últimas semanas que los invasores extranjeros se toparán con el "suicidio" a las puertas de la capital iraquí.
El ministro del Interior Mahmoud Diab al-Ahmed indicó a los periodistas que los voluntarios eligieron el martirio "en beneficio de la gloria y la dignidad nacional y para humillar a los invasores".
Ante la acumulación de fuerzas militares en la región, Irak cumplió el plazo del primero de marzo para comenzar a destruir los cohetes prohibidos después que el inspector jefe de la ONU Hans Blix dijera que superan los 150 kilómetros de alcance que permite el organismo mundial tras la derrota iraquí en la Guerra del Golfo Pérsico de 1991. Irak tampoco puede poseer armas nucleares, químicas ni bacteriológicas.
Por otra parte, Irak desenterró el miércoles más bombas con ojivas de ántrax, aflatoxina y botulismo. Hasta ahora, Irak ha desenterrado por lo menos ocho bombas intactas, así como muchos fragmentos de proyectiles, y los inspectores analizan su contenido.
Irak afirma que en 1991 neutralizó, enterró y detonó unilateralmente en ese lugar 157 bombas de aviación R-400, con ojivas de agentes biológicos.
Estados Unidos considera la destrucción de esos cohetes un gesto engañoso iraquí y sigue enviando combatientes a la región. Además de los 230.000 soldados norteamericanos emplazados ya en el Oriente Medio, el Pentágono anunció el martes que 60.000 más fueron despachados a la zona en los últimos días. Llegarán en unas pocas semanas, indicó un funcionario a condición de guardar el anonimato.
Se espera que el Consejo de Seguridad de la ONU votará la próxima semana una enmienda que autorizará la guerra contra Irak, aunque debido a la creciente oposición internacional, la Casa Blanca dio a entender el martes que podría renunciar a esa resolución en caso de que su rechazo sea evidente.
Una de las alternativas que estudia seriamente la Casa Blanca sería el ultimátum final que daría Bush a Saddam, con un plazo muy corto, en una alocución la próxima semana.
Blix y el director de la Agencia Internacional de Energía Atómica Mohamed ElBaradei informarán al Consejo de Seguridad el viernes.