TORREÓN, COAH.- La profesora Irma Rangel y Horacio “El Ejote” Piña, quedaron inmortalizados ayer en la Calzada de los Deportistas Ilustres de la Unidad Deportiva Torreón, al develarse sus respectivos bustos en emotiva ceremonia que logró reunir a una buena cantidad de amigos y familiares de los galardonados, así como autoridades civiles y deportivas.
La ceremonia fue encabezada por el alcalde torreonense Guillermo Anaya Llamas; Víctor Martínez, representante de la primera autoridad de Coahuila; Felipe Medina Cervantes, alcalde de Matamoros; Noemí González Robles, delegada del Inedec en La Laguna; Margarita Lascuráin Ochoa, titular de la Dirección General de Desarrollo Social y Humano; Jorge Gallegos Sánchez, titular del Departamento Municipal del Deporte.
Estuvieron también Juan Manuel Pérez, jefe del Departamento de Promoción Deportiva de Matamoros; Omar Gutiérrez presidente del Patronato de la Unidad Deportiva Torreón, así como los galardonados, profesora Irma Rangel Delgado y Horacio Piña García.
Los honores a la Bandera Nacional y entonación del Himno Nacional Mexicano, estuvieron a cargo de la escolta y banda de guerra del 33 Batallón de Infantería.
El ingeniero Omar Gutiérrez, presidente del Patronato de la Unidad Deportiva Torreón, dio la bienvenida a los presentes y resaltó la labor de los galardonados, de quienes dijo, su esfuerzo y dedicación al deporte ha sido fundamental para ser inmortalizados al lado de otros como Rodolfo Ayup, Matías Román, Guillermo Garibay, José “Zacatillo” Guerrero, Ricardo Acosta, Cenobio Ruiz y Conchita Villanueva.
Resaltó que en el 2004 la Unidad Deportiva Torreón cumplirá 35 años de existencia, y como parte de las actividades del festejo se honrará a más deportistas laguneros.
Posteriormente se procedió a la presentación de la profesora Irma Rangel Delgado y Horacio Piña García, así como de los familiares que los acompañaron, para proceder a la develación de los bustos.
Primero, el alcalde torreonense develó el busto de la profesora Rangel Delgado, quien mostró su agradecimiento a quienes hicieron posible estar en la Calzada de los Deportistas Ilustres. “Me siento muy contenta por este reconocimiento, es el premio al esfuerzo y al trabajo continuo, es una de las cosas más bonitas que me han podido pasar. Ahora tengo el compromiso de trabajar más duro para sacar a elementos que quieran y entreguen sin reserva su vida al deporte, sin esperar nada a cambio”.
Enseguida se efectuó la develación de Horacio Piña, ex beisbolista profesional que mostró su agradecimiento a las autoridades civiles y deportivas; resaltó además la importancia que tiene el que los reconocimientos se hagan en vida de los deportistas, por el gran significado y satisfacción que representa.
“Me siento feliz con este homenaje y agradezco a todos los que intervinieron para que fuera nombrado huésped distinguido de esta calzada. Gracias a Dios se presenta este homenaje en vida, para disfrutarlo con toda mi familia, la que en todo momento me ha apoyado”.
En su intervención, la primera autoridad torreonense resaltó el significado que tiene el hecho de que se hayan develado los bustos de dos destacados deportistas laguneros, los cuales son un orgullo para la comunidad regional.
La profesora Irma Rangel Delgado nació en Torreón, Coahuila, el cuatro de enero de 1951, y en su vida como jugadora se destacó por ser una gran exponente del voleibol, lo cual la llevó a ser designada por años consecutivos como Mejor Jugadora Nacional, participó en varios campeonatos nacionales donde representó a La Laguna.
En el ámbito internacional fue seleccionada olímpica, además de defender los colores de México en Juegos Panamericano y Centroamericanos, así como en el Campeonato Mundial, efectuado en Sofía, Bulgaria.
Por su parte, Horacio “El Ejote” Piña es oriundo del ejido Maravillas de Matamoros, Coahuila, donde nació el 12 de marzo de 1945. Como deportista tuvo grandes satisfacciones en el beisbol de la Liga Mexicana y Ligas Mayores, donde en 1973, con los Atléticos de Oakland, se convirtió en el primer mexicano que se coronó en el beisbol de Grandes Ligas.
En 1978, mientras jugaba con los Rieleros de Aguascalientes de la Liga Mexicana, lanzó juego perfecto de nueve entradas ante los Diablos Rojos del México, la máxima hazaña a la que puede aspirar un pitcher.
En el juego perfecto, Piña realizó 84 lanzamientos, 59 de los cuales fueron strike y 25 bolas.
Esa temporada ganó 21 juegos y perdió cuatro, con un promedio de carreras limpias admitidas de 1.96.