09 junio 2003
NEVE EREZ, Cisjordania, (Reuters).- Israel comenzó a demoler asentamientos de colonos judíos en territorios palestinos, como un primer paso para implementar un plan de paz para el Medio Oriente acordado la semana pasada en una cumbre entre Israel, Estados Unidos y los Palestina.
Pero mientras que la decisión llevó al primer ministro israelí, Ariel Sharon, a una confrontación con los colonos judíos, la demolición de campamentos vacíos en solitarias colinas al iniciarse la operación fue ridiculizada por los palestinos.
"Esta es una medida teatral e insignificante", dijo Nabil Abu Rdainah, un alto asesor del presidente palestino, Yasser Arafat.
La "hoja de ruta a la paz", ratificada en una cumbre del 4 de junio en la ciudad jordana de Aqaba, con la presencia de Sharon, del primer ministro palestino Mahmoud Abbas y el presidente estadounidense George W. Bush, obliga a desmantelar los asentamientos judíos erigidos desde que el líder israelí tomó posesión del gobierno en el 2001.
El grupo Israel Paz Ahora afirma que desde el 2001 se levantaron unos 60 asentamientos y sostienen que los 15 que se incluyen en la lista presentada por el Ministerio de Defensa para ser demolidos están deshabitados. El ministerio se abstuvo de hacer comentarios.
Horas antes de que los equipos de demolición del ejército entraran a Neve Erez y Amona North, ambos cerca de la ciudad cisjordana de Ramallah, Abbas dio sus propios pasos para cumplir los términos del plan de paz, haciendo una nueva apelación a los militantes para que suspendan los ataques contra israelíes.
Desarmar a los militantes radicales es uno de los pasos para ganar confianza contemplados en el plan de paz, que también prevé un congelamiento en la construcción de los 145 asentamientos autorizados por el gobierno israelí en Cisjordania y Gaza, así como la creación de un Estado palestino en el 2005.
El grupo islámico Hamas rechazó el llamado de Abbas para que suspenda lo que el movimiento llama resistencia contra Israel en 32 meses de levantamiento en reclamo de un estado independiente, pero dijo que consideraría renovar el diálogo con el primer ministro palestino que se interrumpió tras la cumbre de Aqaba.
Al denunciar a Hamas y otros grupos de militantes como extremistas que quieren "destruir la paz", Bush dijo a los periodistas en Washington que está preparado para creer en el proceso.
En la Franja de Gaza, soldados israelíes dispararon contra dos palestinos que trataron de infiltrarse al campamento judío de Netzarim, dijeron fuentes militares. Fuentes palestinas de seguridad dijeron que fueron asesinados, pero el ejército israelí no confirmó sus muertes.
En Neve Erez, un tractor del ejército destruyó dos caravanas en el campamento deshabitado. Los soldados derribaron una torre de agua en Amona North pero no tocaron las casas móviles donde viven unos 100 colonos, ubicadas a unos 200 metros de distancia.
Los residentes del asentamiento de Amona North corearon como consigna, "Nunca nos iremos de esta tierra" y llevaron comida a los soldados en un acto donde no hubo ningún tipo de violencia.
Benzi Lieberman, líder del Consejo Yesha que representa a 220.000 colonos en Cisjordania y la Franja de Gaza, dijo que sus miembros no lucharán contra los soldados sino que sacaran a cientos de miles en marchas de protesta en los asentamientos y ciudades israelíes.
La comunidad internacional dice que todos los asentamientos judíos, incluyendo los 145 establecidos por el gobierno de Israel en territorios palestinos ocupados desde la guerra de 1967, son ilegales. Pero Israel refuta ese concepto.
Abbas denunció el lunes los nuevos ataques perpetrados por grupos extremistas que amenazan el plan de paz, propuesto por Estados Unidos, las Naciones Unidas, la Unión Europea y Rusia, y se comprometió a continuar con sus esfuerzos para convencerles de que acepten el alto al fuego.
"La posición del gobierno es denunciar ambos ataques", dijo Abbas en una rueda de prensa en la ciudad cisjordana de Ramallah, tras los ataques del domingo en los que murieron cinco soldados israelíes y cinco palestinos armados.
Al referirse a los esfuerzos para convencer a los militantes de que pongan fin a los ataques contra los israelíes, dijo que no obligaría a nadie a mantener conversaciones, pero añadió: "Para nosotros no hay alternativa al diálogo".