“Hay derrotas que tienen más dignidad que la victoria”.
Jorge Luis Borges (no confundir con
José Luis Borgues)
Es mejor aceptar las cosas como son y no seguir tratando de lograr lo imposible. Debemos entender que no tendremos una Reforma Fiscal para el año que viene, por lo menos no una que merezca ese nombre. Que se legisle simplemente un presupuesto con las reglas que ya existen. No tiene caso cambiarlas para tener un sistema que no mejore sustancialmente el actual. Que cada quién asuma su responsabilidad política. Y que cada quién se quede con su golpe.
Es una tontería que el presidente Fox, los altos funcionarios de su Gobierno y el PAN sigan luchando por una Reforma que ya no merece ni cercanamente ese nombre. La razón de ser de la Reforma era simplificar nuestro laberíntico sistema fiscal y volver más competitiva nuestra economía con el fin de generar más inversión y más empleos. No se trataba nada más de aumentar los impuestos y la recaudación de un Gobierno que sigue gastando mal por la legislación heredada de otros tiempos.
Una alianza entre el PRI, el PRD, el Partido del Trabajo y Convergencia echó para atrás esa Reforma. Para reemplazarla se han inventado distintos esquemas que buscan crear nuevos impuestos, disminuir otros, modificar algunos más, castigar a algunos grupos y premiar a quienes están cercanos al poder. En otras palabras, la propuesta de quienes han derrotado la Reforma Fiscal es tener un sistema todavía más complejo y enemigo de la inversión y la creación de empleos del que tenemos actualmente.
¿De qué sirve cambiar nuevamente las leyes fiscales, como se ha hecho tantas veces en los últimos años y promulgar una miscelánea llena de parches y tratos especiales? Para eso, mejor quedarnos con lo que tenemos. Más vale bueno conocido que bueno... ¿con quién hablo?
El presidente Fox, sin embargo, parece decidido a apoyar casi cualquier modificación de la legislación, por muy absurda que sea, simplemente si promete una mayor recaudación. Rechaza la propuesta del PRI de Emilio Chuayffet, que es virtualmente igual a la del PRD, porque sus ingresos son meras ficciones; pero promueve la del PAN, surgida de los acuerdos de su partido con el grupo priista de Elba Esther Gordillo, que está tan llena de complejidades y hoyos negros como la legislación vigente.
El presidente Vicente Fox presentó una buena propuesta original, la cual bajaba el IVA del 15 al 10 por ciento y el Impuesto Sobre la Renta de las empresas del 34 al 30 por ciento y los aplicaba universalmente sin excepciones (olvidaremos por el momento que la iniciativa también incluía un ineficiente impuesto adicional al consumo del 2 por ciento para los estados). Pero esta iniciativa fue transformada en un complejo monstruo en la Comisión de Hacienda.
Yo me doy cuenta de que en un Congreso en el que ningún partido tiene mayoría es necesario hacer acuerdos con la oposición. Pero si bien en un momento dado puede ser necesario votar por una iniciativa que no sea la mejor posible, el Gobierno tiene la obligación de seguir manteniendo el objetivo claro. Y en este caso el objetivo, que era la creación de un sistema fiscal más simple y competitivo, se ha perdido de vista.
Lo que ya se está discutiendo en el Congreso es absurdo. Reemplazar el IVA universal de 10 por ciento por uno de 13 con un 2 por ciento adicional y otro de 8 en las fronteras también con un 2 por ciento adicional y uno de seis para los productos que no pagan ni el 13 ni el 8 sin el 2 por ciento adicional y exento en todo caso en la venta final es una burla o simplemente una señal de que nuestros políticos no entienden cómo funciona la economía. Ante ese monstruo la actitud sensata es votar que no. La exigencia de los mexicanos no es que el Gobierno cobre más impuestos para después gastarlo en sus formas notoriamente ineficientes. Lo que demandan los mexicanos es una economía más eficiente y competitiva, que genere empleos aquí para que nuestros compatriotas no tengan que irlos a buscar en Estados Unidos o en España. Pero si bien la iniciativa original del presidente Fox era, por la simplificación, un paso en la dirección correcta, ninguna de las propuestas que ahora se están discutiendo se acerca al objetivo. Para eso mejor quedarnos como estamos. Que se le diga con honestidad al pueblo de México que la Reforma ha fracasado. Y cada quién su golpe. Que cada partido explique porqué votó como lo hizo y que los ciudadanos tomen sus decisiones en el 2006.
Solsticio
Apenas llega a tiempo. La noche del solsticio de invierno es la más corta del año. A partir de mañana los días empezarán a alargarse y las noches a acortarse. Y el frío nos irá dejando poco a poco.
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