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Jaque mate/¿El propósito?

Sergio Sarmiento

“Ten cuidado

con lo que quieres,

no sea que lo logres”.

Dicho estadounidense

¿Cuál es el propósito de la confrontación con Iraq? ¿Desarmar a Iraq o derrocar a Saddam Hussein? Parecería que estos objetivos son intercambiables, pero no es así.

Si el real objetivo de la confrontación es desarmar a Iraq, obligar a ese país a deshacerse de todas sus “armas de destrucción masiva”, y además demostrar al mundo más allá de toda duda que este desarme ha tenido lugar, la guerra no parece el mejor camino. Es evidente que si el régimen iraquí es derrotado de manera contundente, como es lógico que ocurra con un ataque de Estados Unidos y sus aliados, las potencias ocupantes podrán destruir cualquier tipo de arma dentro del territorio iraquí. Pero si Iraq posee armas de destrucción masiva, no hay duda de que las usaría si es objeto de un ataque como el que se ha venido planeando en su contra.

El objetivo fundamental del desarme, que sería impedir a Hussein la utilización de estas armas, simplemente no se cumpliría. Si el objetivo real de la confrontación con Iraq es destruir las armas de destrucción masiva, y por supuesto impedir su uso, el camino de continuar las inspecciones de las Naciones Unidas de manera detallada y exhaustiva sería el único razonable. No hay duda de que Saddam ha estado tratando de engañar a los inspectores y al mundo.

Por eso no declaró que tenía los misiles que finalmente fueron encontrados en su territorio por los inspectores. Por eso mismo omitió señalar que tenía cultivos de carbunco (ántrax) y preparaciones del agente neurotóxico VX que después “recordó”, bajo presión, estaban almacenados por ahí. Pero aun así, la intensificación del trabajo de los inspectores podría asegurar que al cabo de varios meses se descubrieran todas las armas, precursores, cultivos y preparaciones que Saddam pudiera estar escondiendo sin correr el riesgo de que éstos se utilizaran como respuesta desesperada a un ataque. Si lo que se quiere, en cambio, es derrocar a Saddam Hussein, entonces no hay otro sendero que el ataque.

El dictador iraquí se ha mantenido en el gobierno durante más de 30 años a pesar de todo el daño que su presencia le ha hecho al pueblo iraquí. En una reciente entrevista con Dan Rather, el conductor del principal noticiario de la cadena de televisión estadounidense CBS, Saddam declaró que preferiría morir a dejar el poder. Y hay buenas razones para pensar que en esto sí es sincero. Son tan grandes los crímenes cometidos por Saddam en contra de su propia población, especialmente la chiita y la kurda, así como de los pueblos de Irán y Kuwait, que lo más probable es que exilio, que lo despojaría de la protección que hoy le otorga el Estado iraquí, se convierta en una sentencia de muerte. Las inspecciones y la destrucción de las armas de destrucción masiva no harán que Saddam deje el poder. Estoy convencido de que hubo un momento en el cual el derrocamiento de Saddam estaba plenamente justificado.

Al finalizar la primera guerra del golfo Pérsico, en 1991, era lógico terminar la tarea iniciada por la invasión iraquí de Kuwait y derrocar y detener al gobernante que la había ordenado. Pero los aliados convencieron a Washington de que el mandato de las Naciones Unidas era expulsar a las tropas iraquíes de Kuwait y no derrocar al régimen iraquí. Quizá George Bush padre, entonces presidente de Estados Unidos, no se habría dejado convencer, excepto por el hecho de que sus asesores le decían que un Iraq sin Saddam se hundiría en el caos y permitiría un fortalecimiento del régimen islámico de Irán, que en ese entonces Estados Unidos veía como un enemigo más peligroso. Pero cualesquiera que hayan sido las razones, no hay duda de que los aliados se equivocaron.

Al dejar a Saddam en el poder, obligaron a que por 12 años se mantuviera una política de sanciones comerciales a Iraq que ha tenido consecuencias devastadoras en la población, y especialmente en los niños, y dejaron las condiciones que ahora están llevando a una nueva guerra. Las resoluciones de las Naciones Unidas, incluso la 1441 del año pasado, solamente consideran como objetivo el desarme de Iraq. Por eso Francia y otros países insisten en darles a los inspectores el tiempo suficiente para cumplir con su tarea. Pero claramente Estados Unidos tiene otro objetivo en mente, que es el derrocamiento de Saddam. Quizá éste sea un objetivo justificado por mil y una razones, pero no es el mandato del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Edomex

Una vez asentado el polvo, queda claro que el PRI quedó en primer lugar, el PRD logró el mayor avance y el PAN fue el gran perdedor en las elecciones del estado de México. El PAN debe ser el principal preocupado en lograr que la situación no se repita en los comicios del seis de julio.

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