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Jaque Mate/Las políticas

Sergio Sarmiento

“Tu preocupación será tu esposo

y él regirá sobre ti.”

Génesis

La mayoría de los mexicanos no están conscientes de que por ley los partidos deben incorporar a un 30 por ciento de mujeres en sus listas de candidatos al Congreso. Sin embargo, hay un sorprendente respaldo a esta medida, aun entre la gente que no sabía de ella. Los mexicanos están dispuestos en su mayoría a votar por mujeres, a pesar de que sigue habiendo una minoría recalcitrante que afirma que no votaría por una mujer. La gente, sin embargo, recuerda a muy pocas mujeres políticas.

Estas conclusiones surgen de un sondeo telefónico elaborado por el departamento de encuestas de TV Azteca entre el siete y el ocho de mayo. Sólo el 38 por ciento de una muestra significativa de mexicanos manifestaron conocer la regla que obliga a los partidos políticos a postular a 30 por ciento de mujeres entre sus candidatos al Congreso. Y, sin embargo, el 85 por ciento de los encuestados se manifestaron categóricamente a favor de la medida. Las objeciones éticas y prácticas al sistema de cuotas no parecen haber hecho mella en la población. Sólo un ocho por ciento de la gente rechaza las cuotas.

El rechazo automático a las mujeres en política parece haber ya desaparecido del sentir popular. Un 80 por ciento de los encuestados afirma que sí votaría por una mujer a diputada. Un diez por ciento añade que la decisión dependería de la candidata y un uno por ciento adicional del partido que la postulara. El porcentaje que dice que no votaría por una mujer es, por lo menos en esta encuesta urbana y telefónica, de sólo seis por ciento. La cifra es pequeña, aun cuando puede constituir el margen de triunfo en una elección cerrada.

En lo que los publicistas llaman el top of mind, esto es, la capacidad de la gente de recordar el nombre de una persona o producto sin necesidad de ayuda, la presidenta nacional del PRD, Rosario Robles, se coloca claramente enfrente de todas las demás mujeres de la política nacional. El diez por ciento de los encuestados la recuerda a ella, mientras que en un distante segundo lugar se encuentra Beatriz Paredes con el tres por ciento. Elba Esther Gordillo y Marta Sahagún de Fox registran un dos por ciento cada una, mientras que con uno por ciento se encuentran mujeres como María Rojo, Amalia García y Dolores Padierna.

Claramente la inversión de fondos públicos hecha por Rosario Robles para promoverse cuando era jefa de gobierno de la ciudad de México le ha pagado buenos rendimientos.

Cuando se pregunta la opinión de la gente sobre un grupo reconocido de mujeres en la política, el fiel de la balanza se inclina fuertemente a favor de Marta Fox, quien registra una aprobación del 70 por ciento contra un rechazo del 18 por ciento y una cifra muy pequeña, cinco por ciento, de desconocimiento. En el caso de Marta. también, la constante exposición a los medios de comunicación ha pagado dividendos. Rosario Robles se ubica en segundo lugar con una aprobación del 52 por ciento, una desaprobación del 20 por ciento y un 17 por ciento de desconocimiento. Beatriz Paredes tiene la aprobación del 47 por ciento y el rechazo del 18 por ciento, aunque el 25 por ciento de los entrevistados dice no conocerla.

La maestra Elba Esther Gordillo, secretaria general del PRI, es claramente una mujer controvertida. El 31 por ciento de la gente la aprueba y el 27 por ciento la desaprueba, mientras que el 32 por ciento dice no conocerla. Amalia García, quien fuera presidenta nacional del PRD, tiene una aprobación del 29 por ciento contra un rechazo del 12 por ciento, pero un grado de desconocimiento del 49 por ciento. Margarita Zavala, quizá la candidata más reconocida en las listas del PAN al Congreso, recibe una aprobación de apenas 15 por ciento y un rechazo del ocho por ciento, porque que el 70 por ciento de los encuestados no la conoce.

Son varias las lecciones de este ejercicio. Quizá la más importante es que entre las mujeres de la política, como entre los hombres, figurar en los medios es una creciente necesidad. Si bien puede objetarse éticamente la decisión de aprovechar los fondos de comunicación social o la cercanía a una figura relevante para promover la imagen propia, los resultados positivos hacen que esta práctica se vuelva inevitable para las políticas.

La otra lección es que los partidos deben realizar más esfuerzos para promover a sus mujeres. Si bien los mexicanos no tienen ya grandes problemas para votar por una mujer, pocas veces logran acordarse siquiera de una por la cual les gustaría votar.

Cuotas

Las cuotas para mujeres han servido al final únicamente para que predominen la mujeres como candidatas suplentes en distritos imposibles de ganar o en el fondo de las listas plurinominales.

Correo electrónico: sergiosarmiento@todito.com

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