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Jaque mate/Mentiras

Sergio Sarmiento

“Nunca se miente tanto

como antes de las elecciones,

durante la guerra y después

de la cacería”.

Otto von Bismarck

Las encuestas de opinión sugieren que José Natividad González Parás finalmente logrará su sueño de ser gobernador del estado de Nuevo León. Las cosas pueden cambiar en las próximas semanas, por supuesto: ése siempre privilegio de los votantes cambiar de opinión. Pero la verdad es que es muy difícil que se produzca un vuelco tan importante en la intención del voto que cambie el resultado final en el poco tiempo que queda para la elección.

González Parás está siendo apoyado por su partido, el PRI, y por una colección adicional de distintos partidos políticos pequeños. Esto es importante porque está compitiendo en un estado que ha tenido un gobierno panista en los últimos seis años.

El principal rival de Nati, como los neoleoneses conocen tradicionalmente a este político, es Mauricio Fernández Garza del PAN. Se trata de un político que proviene de una familia muy rica y muy respetada en el estado. Sus esfuerzos por mantener el Palacio de Gobierno en manos del PAN han resultado, sin embargo, infructuosos.

En una reciente visita a Monterrey encontré que la mayoría de los regios con quienes pude conversar le atribuyeron el mal desempeño de Mauricio a dos posiciones fundamentales. El candidato del PAN, me dicen, sugirió en un momento que México debería considerar la posibilidad de descriminalizar las drogas leves, como la marihuana. Posteriormente dijo que la Universidad Autónoma de Nuevo León, una institución fundamentalmente gratuita como otras universidades públicas del país, debería cobrar colegiatura a aquellos que pudieran pagar.

Éstas son dos afirmaciones con las que sin duda coincidirían muchos políticos bien preparados en nuestro país. La descriminalización de drogas leves ha sido defendida por publicaciones tan serias como The Economist de Londres, que plantea que de este manera se reducirían muchos de los problemas vinculados actualmente al tráfico de drogas. La idea de que los estudiantes de clase media deben pagar colegiaturas en las universidades tampoco es nueva. La UNESCO, por ejemplo, ha sugerido que este pago de colegiaturas dejaría más recursos disponibles para mantener la gratuidad de la educación en los niveles básico y medio, que son aquéllos donde esto es importante para generar una mayor justicia social. Muchos países desarrollados, como Estados Unidos, Canadá, España y otros más, mantienen el pago de colegiaturas en las universidades, al mismo tiempo que ofrecen una educación gratuita de buena calidad en los niveles elemental y secundario.

Si es verdad que Mauricio ha sido incapaz de remontar la ventaja que desde el principio Nati tenía sobre él debido a estas declaraciones, estamos viendo un castigo de los ciudadanos a un candidato por expresar posiciones quizá controvertidas pero eminentemente razonables.

Los políticos de la vieja escuela me dicen que Mauricio ha cometido un error fundamental. En las campañas sólo se deben ofrecer promesas que o agraden a todos o que sean suficientemente vagas para no generar reacciones adversas. Es mejor la mentira que la controversia. Esto es lo que hizo Vicente Fox en su campaña del 2000. Él hablaba como trabajador con los sindicatos, como intelectual con los intelectuales y como banquero con los banqueros. Si José López Portillo realmente hubiese prometido nacionalizar la banca o Carlos Salinas de Gortari reprivatizarla, ninguno habría sido electo presidente de la República.

Quizá haya algo de razón en esta posición. Los políticos saben que la ambigüedad y la mentira son armas esenciales para garantizar el éxito en una campaña electoral. De hecho, vale la pena en este tema recordar una vieja anécdota, de los tiempos en que Miguel de la Madrid era presidente y el país se encontraba hundido en una profunda crisis económica. El mandatario había tratado de hablar con honestidad a los mexicanos en un momento en que no había luz al final del túnel. Sin embargo, en una presentación en Veracruz unos asistentes sacaron una manta en la que se leía: “Ya no queremos realidades: queremos promesas.” Quizá debiéramos tener más cuidado al criticar a los políticos por mentir o por hacernos promesas vagas o imposibles de cumplir. Tal vez seamos nosotros mismos, los ciudadanos, los responsables de ello: somos nosotros, al parecer, los que empujamos a los políticos a mentir.

Sombrero ajeno

No me sorprende que el IFE y la Presidencia de la República se peleen por el control de los anuncios de promoción del voto. Ambos quieren hacer caravana con sombrero ajeno. No se les debería olvidar que somos los contribuyentes quienes pagamos esos anuncios.

Correo electrónico: sergiosarmiento@todito.com

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