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Jaque mate/Veracruz

Sergio Sarmiento

“Dio una buena pelea

y enfrentó todas las

dificultades excepto

la de la popularidad”.

Oscar Wilde

De todas las elecciones para gobiernos estatales que tendrán lugar el año próximo la más interesante es la de Veracruz. Los veracruzanos son, para empezar, un pueblo que se toma la política muy en serio. Hablar de política en sus cafés y centros de reunión es exponerse a entrar a debates inacabables, muchas veces amargos y con frecuencia divertidos. Las disputas de ideas se vuelven ahí rencores y pasiones permanentes. Veracruz es, por otra parte, la tercera entidad más poblada del país. Sus más de 7 millones de habitantes son inferiores solamente a los del estado de México y el Distrito Federal. Veracruz es un premio político que ningún partido puede despreciar. Al contrario de otros estados que tienen una unidad geográfica, cultural o humana, sin embargo, Veracruz es un estado inusitado que se extiende a lo largo de más de 600 kilómetros de norte a sur, en una estrecha banda que abraza la costa del golfo de México.

Las diferencias entre el Veracruz del río Pánuco, en la frontera con Tamaulipas y el Veracruz del río Coatzacoalcos, en los límites de Tabasco, son realmente abismales.

Veracruz tiene formalmente siete regiones, pero cada una de ellas podría ser un estado por derecho propio. Un amplio número de aspirantes han empezado ya a surgir con el sueño de reemplazar a Miguel Alemán en la casa de gobierno de Xalapa a partir del próximo año. El número es particularmente nutrido en las filas del PRI. Encabeza la lista, porque así aparece en las encuestas de opinión, el senador Fidel Herrera.

Pero no muy atrás se encuentra Miguel Ángel Yunes, ex secretario de Gobierno con Patricio Chirinos y recién electo diputado federal. Tomás Ruiz, subsecretario de Ingresos en el régimen priista de Ernesto Zedillo y director de Banobras en el gobierno panista de Vicente Fox, acaba de ser también electo diputado federal e igualmente quiere llegar a la casa de gobierno.

Y hay otros aspirantes más entre los priistas, incluido el perenne aspirante Gustavo Carvajal. En el PAN también se han dibujado ya los contendientes. El que parece llevar la delantera es Gerardo Buganza, de Córdoba, quien actualmente ocupa un escaño en el Senado de la República. También busca la nominación Juan Bueno Torio, director de Pemex Refinación. Un tercer aspirante es Francisco Ávila Camberos, ex coordinador general de puertos y marina mercante y recién electo diputado federal.

En el PRD la situación es más confusa: no parece haber ningún candidato interno que pueda ofrecer posibilidades de triunfo. Pero después de la experiencia de hace seis años, cuando Cuauhtémoc Cárdenas vetó la nominación del ex procurador Ignacio Morales Lechuga y empujó así al PRD a la irrelevancia en el estado, hay un deseo enorme por parte de los perredistas de encontrar a un candidato realmente fuerte aun cuando no sea miembro de su partido.

El interés del PRD se ha enfocado a Dante Delgado, quien fue gobernador sustituto y más tarde encarcelado y que ahora ha tenido un retorno triunfal a la política con su partido Convergencia por la Democracia el cual tiene su mayor fuerza precisamente en Veracruz. Falta mucho tiempo todavía para la elección de julio del 2004, pero la campaña ya ha empezado.

Tomás Ruiz, quien debe superar el problema de falta de arraigo, ha tapizado el estado con su fotografía en un intento por superar el mayor reconocimiento de Herrera y de Yunes. Ruiz cuenta, al parecer, con el apoyo del gobernador Alemán, pero Yunes tiene el respaldo del presidente nacional del PRI, Roberto Madrazo.

Buganza está en campaña abierta todos los fines de semana, mientras que Bueno dice públicamente que no por mucho madrugar amanece más temprano. Al final la batalla será muy dura y dejará heridas serias. No podía esperarse menos de un pueblo tan politizado como el veracruzano. Esperemos, sin embargo, que la campaña no termine siendo una más de ésas que sólo dejan conflictos.

Si algo nos enseña la experiencia de nuestro país en los últimos años es que a la gente común y corriente no le importa tanto quién gana una elección como el que la votación se lleve a cabo de manera tranquila y permita después gobernar al ganador. Son los conflictos electorales los que le han dado un mal nombre a la política en México.

Faltistas

Hace ya tres semanas que se inició la actual legislatura y todavía no se han formado las comisiones de la Cámara de Diputados. Fuera de la sesión en la que se votó el juicio de procedencia en contra del senador Ricardo Aldana, las plenarias tienen ya tasas de ausentismo extraordinariamente altas. Los nuevos legisladores son exactamente iguales a los de antes.

Correo electrónico: sergiosarmiento@todito.com

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