MIAMI, EU.- Con los Marlins de Florida al borde de la eliminación en la serie de campeonato de la Liga Nacional, el capellán del equipo, Chris Lane, encabezó un servicio religioso para los jugadores antes del juego de ayer contra los Cachorros de Chicago.
"Hubo más énfasis en motivación que lo usual", dijo Lane. "Y había más gente presente".
Varias horas más tarde, el boricua Mike Lowell respondió las oraciones de los Marlins con un jonrón de dos carreras, que fue todo el apoyo que necesitó el abridor Josh Beckett. Iván Rodríguez y Jeff Conine también jonronearon para Florida, que se llevó el triunfo 4-0. El resultado demoró al menos por dos días el regreso de Chicago a la Serie Mundial, luego de una ausencia de 58 años.
Florida aún está debajo 3-2 y deberá superar los formidables escollos que representan Mark Prior y Kerry Wood en el Wrigley Field para superar a los Cachorros. Carl Pavano, que tuvo un récord de 12-13 en la campaña regular y ha estado en el bullpen en los playoffs, abrirá el sexto juego.
"Tenemos una tarea difícil los próximos dos juegos", dijo Lowell. "Vamos a ver si podemos anotar más carreras que ellos".
Al menos los Marlins evitaron una barrida en los tres juegos en el Pro Player Stadium, jugando nuevamente de la forma en que lo hicieron cuando consiguieron el mejor récord de las mayores en los últimos cuatro meses de la temporada.
Lowell fue una parte vital de ese éxito, encabezando a Florida con 32 jonrones y 105 empujadas. Pero el estelar antesalista se perdió casi todo septiembre a causa de una fractura en la mano izquierda, y cuando regresó al equipo encontró imposible de sacar de la alineación a su reemplazo, el novato Miguel Cabrera.
El manager Jack McKeon metió a Lowell nuevamente en la alineación el sábado, colocando a Cabrera al jardín izquierdo, algo que pudiera extenderse a la campaña próxima.
Aunque no estuvo muy bien en sábado, Lowell llegó ayer al parque y vio que McKeon le había colocado de nuevo en el orden de bateo. "Me alegra que Jack haya mostrado fe en mí".