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Juan Pablo II, a 25 años

CIUDAD DEL VATICANO.- Sacerdotes y presidentes, peregrinos y políticos, llegaron a Roma ayer desde todas las esquinas del mundo para agasajar al Papa Juan Pablo II, mientras el Pontífice se prepara para celebrar el 25 aniversario de su histórico Papado.

El Papa de 83 años, quien padece la enfermedad de Parkinson y ya no puede caminar, pareció estar notoriamente mejor en su audiencia en la Plaza de San Pedro un día antes de la celebración.

Juan Pablo II habló en una voz mucho más clara que en recientes ocasiones y reconoció claramente a los cardenales que lo saludaron al final de la audiencia para miles de personas.

“Me gustaría expresar mi gratitud por los buenos deseos y las plegarias que ha hecho la gente por el 25 aniversario de mi Pontificado”, dijo en italiano.

El Papa invitó a todos a unirse a él en la misa nocturna de hoy en la Plaza de San Pedro, alrededor de la misma hora en que apareció por primera vez ante el mundo como Sumo Pontífice el 16 de octubre de 1978, minutos después de haber sido seleccionado como el primer Papa no italiano en 455 años.

Entre los cardenales estaba Bernard Law, el ex arzobispo de Boston que renunció después de un escándalo por abuso infantil de sacerdotes que comenzó en su diócesis y se extendió por Estados Unidos el año pasado.

El presidente polaco Aleksander Kwasniewski y el ex presidente Lech Walesa, el líder del sindicato Solidaridad cuyo trabajo condujo a la caída del Muro de Berlín en 1989, también viajaban a Roma.

Monjas, niños, trabajadores e incluso astronautas estadounidenses también descendieron al Vaticano para la ocasión.

Convención de cardenales

Los cardenales iniciaron ayer por la noche su convención de cuatro días. El principal dirigente doctrinal del Vaticano, el cardenal Joseph Ratzinger, dijo que el Papa había guiado a la Iglesia Católica a través de algunos de los más “confusos y peligrosos tiempos” de su historia.

A medida que se acercaban las celebraciones del aniversario del Papado, los principales asistentes del Pontífice han tratado de asegurar a los mil millones de fieles que Juan Pablo II aún está al frente del timón de la Iglesia Católica.

“Su mente está clara. El sabe lo que quiere y está en posesión de la iglesia, de la iglesia universal y de Roma”, dijo en entrevista ayer para la Televisión el cardenal Pío Laghi, un asistente cercano del Papa.

Laghi, a quien Juan Pablo II envió a Washington en marzo pasado en un vano intento por persuadir al presidente estadounidense George W. Bush para que no atacara a Iraq, también descartó la posibilidad de que el Papa pueda renunciar en vez de gobernar hasta su muerte, como lo ha hecho la mayoría. “No, eso está absolutamente descartado”, dijo Laghi.

El último Papa que renunció por voluntad propia fue Celestino V, quien abdicó en 1294. Gregorio XII abdicó de forma renuente en 1415 cuando había más de un Papa reinando al mismo tiempo.

Por su parte, el cardenal de la ciudad estadounidense de Los Ángeles, Roger Mahoney, dijo en una conferencia de prensa que el Papa es un hombre “cuya fortaleza interior y espíritu están atrapados en un cuerpo que está débil.

“Ahora, obviamente, algunos días está mejor que otros. El equilibrio de los medicamentos por sí mismo puede causar este descontrol... Pero por lo que yo puedo ver, ciertamente mantiene el control” sobre la Iglesia, expresó Mahoney.

“¿El Papa dirige ahora todos los aspectos de la Iglesia como solía hacerlo antes? ¡Por supuesto que no!, y no creo que nadie espere que lo haga”, añadió.

Uno de los aspectos más destacados de las actividades del aniversario del Pontificado de Juan Pablo II será la beatificación el domingo de la Madre Teresa de Calcuta.

Las festividades alcanzarán su punto culminante el 21 de octubre, cuando el Papa eleva a 31 prelados al Colegio de Cardenales, el grupo elitista que elegirá a su sucesor después de que muera.

La “fumata bianca”

Aquel 16 de octubre en que, después de 450 años, un cardenal no italiano llegaba al trono de Pedro, era lunes. La fumata bianca, salida de la chimenea de la Capilla Sixtina, tras dos días de humo negro, anunciaba que la Iglesia tenía un nuevo Papa para suceder a Juan Pablo I, muerto misteriosamente 33 días después de su elección.

El humo blanco llegó a las seis y 17 minutos de la tarde. Estaba atardeciendo en una Roma dorada por el sol de otoño. El tan esperado humo blanco, procedente de las papeletas de las votaciones, llegó exactamente una hora después de que el joven cardenal de Cracovia, el polaco Karol Wojtyla, de 58 años, hubiera salido elegido como nuevo sucesor de Pedro en la cátedra de Roma, al parecer con 99 votos de los 111 cardenales reunidos en el cónclave en el que casi no participó al haber llegado en el último segundo, cuando ya se estaban cerrando sus puertas.

Aquella tarde, los periodistas que, mezclados con los fieles y curiosos, esperaban desde la mañana del domingo casi permanentemente en la plaza de San Pedro el resultado de la votación con los ojos puestos en la chimenea papal, se quedaron sorprendidos cuando el ahora fallecido cardenal Pericle Felice, pronunció la famosa frase “Habemus papam” y dijo el nombre de Karol Wojtyla. Todos esperaban el nombre de un italiano. La posibilidad de que fuera elegido un Papa “extranjero”, era algo impensable para los romanos.

Cuando pronunció el nombre de Wojtyla, los periodistas creyeron que había sido elegido un Papa africano. Y desde aquel momento fue todo una carrera para saber de quien se trataba.

Aquella misma tarde, cuando el nuevo Papa salió al balcón central, para dar la bendición Urbi et orbi, rompió todos los protocolos y dirigió las primeras palabras a los presentes, como un actor consumado. En italiano. Con errores, pero al subrayar que debían corregirle cuando se equivocara recibió un estruendoso aplauso.

Cayó la noche. El Papa Wojtyla pidió a los cardenales que lo habían elegido que se quedaran a cenar y él mismo fue sirviendo champán y hasta les cantó en polaco.

En sus dos primeros discursos, Juan Pablo II, que había escogido su nombre por fidelidad a sus dos antecesores, Pablo VI y Juan Pablo I, dejó claras dos cosas: que quería ser fiel al Concilio y a la colegialidad de los obispos. Pero anunciando su deseo de seguir la línea del Concilio, añadió que todo eso había que hacerlo “obedeciendo las enseñanzas del Papa” y “respetando la liturgia y la disciplina”. Y seguirá haciéndolo mientras le queden voz y fuerzas. Es un Papa tenaz, que fue en estos 25 años siempre fiel a sus principios.

Lo que dijeron

Juan Pablo II ha sido un actor fundamental en los momentos cumbre de la historia a lo largo de estos 25 años.

PESO

“Hoy podemos decir que todo lo que ha ocurrido en Europa Oriental no habría sucedido sin la presencia de este Papa. Hoy, que en la historia de Europa ha habido un viraje profundísimo, Juan Pablo II ha jugado -y juega en ello- un papel decisivo”.

MIJAIL GORBACHOV, EX PRESIDENTE DE LA UNIÓN SOVIÉTICA

ENTREGADO

“Nuestro pueblo lo ama porque se siente amado por él, lo comprende porque se siente comprendido por él. En nuestros países, no hay sufrimiento que los hombres estén dispuestos a hacer para ver su figura, para escuchar sus enseñanzas, para recibir consuelo y para manifestarle su amor”.

VIOLETA BARRIOS VDA. DE CHAMORRO, EX PRESIDENTA DE NICARAGUA

CONFIANZA

“En el Pontífice yo he encontrado al hombre de la confianza, al hombre cuya certeza de la existencia de la gracia divina se transmite enseguida a los demás. Toda su figura, sus gestos, el modo mismo con que se inclina, expresan confianza. Esta confianza se trasluce incluso en la manera de moverse, como si abrazara, caminando, a toda la tierra”.

LECH WALESA, EX PRESIDENTE DE POLONIA

ENSEÑANZA

“Juan Pablo II nos dice que la dignidad de la mujer se mide en relación con el amor. Esto es verdad no sólo en el matrimonio, sino en el conjunto de las relaciones interpersonales que de modo inverso estructuran la convivencia y la cooperación entre las personas”.

CORAZÓN AQUINO, EX PRESIDENTA DE FILIPINAS

Toda una vida

Karol Wojtyla nació el 18 de mayo de 1920 en la pequeña localidad de Wadowice, cerca de Cracovia, Polonia, en un humilde apartamento. Su padre fue suboficial del ejército polaco y su madre murió en 1929.

En 1938, Karol se mudó a Cracovia, donde ingresó a la Universidad Jagellonian. Los nazis la cerraron cuando invadieron Polonia en 1939 y para escapar a la muerte o a la deportación los estudiantes se mezclaron con la población civil, haciendo labores distintas.

Pero, Karol estudiaba en secreto para llegar a ser sacerdote y fue ordenado tras la Segunda Guerra Mundial, en 1946. Llegó a ser arzobispo de Cracovia en 1963 y fue nombrado cardenal en 1967, convirtiéndose en uno de los principales anticomunistas miembros de la Iglesia durante el periodo de posguerra.

Tras la muerte del Papa Juan Pablo I, Wojtyla llegó a ser el sucesor número 264 de San Pedro y, a la edad de 58 años, se convirtió en el Papa más joven por más de un siglo de la Historia de la Iglesia.

UN SORPRENDENTE SUPERVIVIENTE

Juan Pablo II es un extraordinario superviviente. Lo demuestra el hecho de ue celebre, con extraordinario boato, el 25 aniversario de su elección como omano Pontífice, pese a un historial clínico impresionante: el misterioso atentado que estuvo a punto de costarle la vida en 1981, la enfermedad de arkinson que sufre desde inicios de los noventa, varias intervenciones quirúrgicas, caídas y luxaciones, y una terrible artrosis que ha terminado por confinarle a una silla de ruedas.

* Sus 25 años de pontificado han estado llenos de actividad. Lo más llamativo han

sido sus desplazamientos. Ha realizado 102 viajes a 129 países.

* No menos sorprendente ha sido su producción escrita. La revista católica italiana Famiglia Cristiana ha calculado que en este periodo Wojtyla ha “producido” 15 mil textos, entre discursos y documentos, algo así como si hubiera redactado 22 veces la Biblia.

* Récords personales son también el número de beatos (1315 frente a los 1310 creados por todos sus antecesores juntos) y de nuevos santos (476 frente a los 300 heredados del pasado).

* Ha sido el primer Papa en pisar una sinagoga, en Roma, y una mezquita, en Damasco, en visitar el anglicano Reino Unido, y el que más se ha esforzado en restablecer los lazos con la Iglesia ortodoxa, un objetivo que le ha llevado a visitar Grecia en 2001.

* Juan Pablo II ha sido el primero en pedir perdón por el daño causado por los hijos de la Iglesia en dos mil años de Cristianismo, el primero en reconocer que la propia institución que dirige ha podido generar el antisemitismo tan extendido aún entre los católicos.

* En la más pura tradición católica ha condenado el aborto, con palabras todavía más apocalípticas que sus antecesores, el divorcio, las parejas de hecho, las relaciones homosexuales, la eutanasia, y ha defendido la familia tradicional como única fuente de estabilidad social. El balance de sus 25 años de “gobierno” de la Iglesia es, del mismo modo que su pontificado, sumamente contradictorio.

* Su sucesor encontrará una Iglesia en estado crítico, como la que recibió Wojtyla de su antecesor. Los males de esta vieja institución no se curan en un pontificado, ni siquiera en el de un Papa tan extraordinario como Juan Pablo II.

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