MIGUEL AUZA, ZACATECAS.- Los habitantes del municipio de Miguel Auza viven un momento de júbilo porque uno de sus hijos, monseñor Héctor González Martínez, fue designado por el Papa Juan Pablo II Arzobispo de Durango. Ahora esperan que se llegue el 26 de febrero para darle la bienvenida.
La noticia de esta designación se dio a conocer de manera oficial por el Vaticano, y a su vez aquí por el Administrador Apostólico, el 10 de febrero, y los habitantes de su pueblo natal, incluyendo a sus familiares más cercanos, conocieron esta noticia a través de EL SIGLO DE DURANGO el día siguiente.
“Para todos nosotros, la figura y persona del señor Héctor González Martínez es una personalidad, es un orgullo que no invade. Primero cuando fue obispo de Campeche, después que lo nombraron arzobispo de Oaxaca; ahora la alegría se desborda, es arzobispo de Durango, de donde se formó, donde todos lo conocemos”, asentó Marco Aurelio Talamantes Ruelas, habitante de Miguel Auza y amigo de la familia González Martínez.
En la sencilla casa ubicada por la calle Eduardo Sánchez número 31, mejor conocida como “La Alameda”, vive el menor de los hermanos del nuevo líder espiritual de los duranguenses, José Eladio González Martínez, quien esforzándose en encontrar las mejores palabras para expresar su sentimiento ante el nuevo encargo que tiene su consanguíneo, expresa dejando varias pausas entre cada frase: “Si hemos estado muy contentos y felices que Héctor haya llegado a ser sacerdote... y después obispo... ahora no tenemos palabras... La alegría al saber que fue nombrado arzobispo de Durango no la puede explicar”.
SU GENTE LO CONOCE Y LO AMA
El primer momento de una alegría extraordinaria que vivió el pueblo de Miguel Auza fue cuando el “padre Héctor” fue nombrado obispo de Campeche. No pasaron varios meses cuando por acuerdo de Cabildo, y con la aprobación unánime de la población, se determinó honrar al nuevo prelado de la Iglesia Católica poniéndole su nombre a una calle que está justo a un costado del templo San Miguel Arcángel.
El “señor Héctor”, como se le conoce coloquialmente ahora entre los suyos, tiene un lugar especial entre sus paisanos, no por el rango que hoy ostenta en la Iglesia Católica, sino por la sencillez de su persona y de su familia, especialmente de sus padres, que eran muy conocidos cuando vivía.
La familia González Martínez era humilde. Don José González Ramírez sostenía a su esposa María Engracia Martínez y sus 6 hijos trabajando en el campo, sembrando frijol y maíz. Marco Aurelio Talamates recuerda que la forma de ser coloquial de don José y la ardua labor para sobrellevar a sus hijos junto con su esposa, eran signos que los hacían ser muy aceptados por todos los pobladores de Miguel Auza.
Cuando monseñor González Martínez visita a los suyos los pobladores no pierden oportunidad de ir a verlo, escuchar sus consejos, estar atentos a su evangelización cuando oficia la Santa Misa en el templo que formó sus principios de fe, el de San Miguel Arcángel.
AUNQUE NACIÓ EN GÓMEZ, LA GENTE SABE QUE ES DE MIGUEL AUZA
El “señor Héctor” es originario de Miguel Auza, asegura la gente de ese lugar, diciendo esto con un visible orgullo, como una cosa que les pertenece. Es de ellos y nada se los arrebata.
La acta de nacimiento que posee su familia es clara al señalar que el lugar de nacimiento de monseñor González Martínez es en Gómez Palacio, Dgo., nacido vivo y presentado por su padre. La fecha de nacimiento fue el 28 de marzo de 1939, según consta en el libro número 1 del 25 de abril de 1939, foja 42, acta 486.
La explicación del porque el “señor Héctor” es de Miguel Auza es muy sencilla. En aquellos tiempos la gente originaria de este municipio de Zacatecas, que colinda con Durango, al momento de que las mujeres estaban listas para dar a luz, las trasladaban a La Laguna por las pocas facilidades médicas y hospitalarias que existían en el poblado.
Una vez que alumbraban, se trasladaban nuevamente a Miguel Auza a seguir su vida ahí, tomando el nacimiento en Torreón o Gómez Palacio como algo meramente circunstancial, ocasional, que en ellos nunca afectó su sentimiento de ser originarios de su querido municipio.
Sus primeros años de vida se desarrollaron en la armonía del bonito pueblo Miguel Auza, con el amor de sus padres campesinos y sus 5 hermanos. Aprendió y reafirmó su fe católica en el templo San Miguel Arcángel; estudió sus primeros 6 años entre 1946 y 1952 en el colegio que era conocido como “Sagrado Corazón”, y que ahora se llama “María Regina”.
Estando como párroco el señor canónigo Apolinar Ruiz, a quien se le atribuye ser el impulsor de la vocación a la vida consagrada de Héctor González, fue enviado al Seminario Conciliar de Durango, donde inició su preparación hasta llegar a su Ordenación como sacerdote el primero de diciembre de 1963, en la ciudad de Roma, de manos del arzobispo Mons. Antonio López Aviña.