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Jugando a las mentirotas.../Hora Cero

Roberto Orozco Melo

¿Creyó usted, paciente lector, en la especie recién propalada por el INEG, sobre los supuestos logros del año 2002, en los cuales algunos mexicanos ricos vieron disminuidos sus ingresos en un 39.5 por ciento, en tanto que otros pobres lograron percibir un 10.6 por ciento mensual más en sus percepciones ?

Yo no lo creí; primero por que estoy muy viejo y segundo por mi ínsita solidaridad con los mexicanos que se las ven negras para obtener el salario mínimo de cada día, el cual deben convertir en recaudo de las cocinas de sus hogares.

Qué más quisiera uno que la fábula fuera realidad. Los números y las estadísticas son apantallantes , pero increíbles; la realidad económica se toca en hechos consuetudinarios cuando acompañamos a nuestras esposas en la compra semanal de la despensa y escuchamos su persistente rezongar ante el creciente costo de los insumos domésticos... O cuando pagamos , bimestre tras bimestre, la factura de la Comisión Federal de Electricidad , la telefónica de Telmex, la del agua en Agsal o en Simas y las de las empresas comercializadoras y distribuidoras de gas butano o natural ....O cuando cargamos gasolina en nuestro automóvil y constatamos en el medidor de la bomba, con impotencia, el incremento mensual de su costo por litro. O cuando cada fin de semana ponemos 200 pesos en nuestra bolsa para los gastos menores de familiares, y antes de empezar el domingo desaparecen sin que atinemos a explicar en qué...O finalmente cuando surge un imprevisto gasto escolar o de salud y no tenemos recursos a la mano para solventarlos.

Y si esto decimos los de pan de huevo, qué no dirán los de semita de agua. Por las calles donde ellos moran no pasa, ni de casualidad, la prosperidad que todavía es posible observar en las colonias urbanas habitadas por gentes de mayor fortuna, sin que lleguen a ser como las llamadas áreas residenciales ..Ahora que si vamos más “pá llasito” se nos va a destrozar el corazón con la tristeza: veremos a grandes sectores marginados en los que se hacinan chozas y los tenderetes de cartón que alojan a familias terriblemente pobres carentes de agua, drenaje, energía eléctrica y demás servicios públicos. Quienes habitan estos lugares difícilmente encuentran un empleo remunerado; salen cada día a ganarse la vida como Dios les da a entender, a darle un trapazo a un carro para quitarle el polvo, hacer un “mandado” para alguna “seño” o “señita” de la colonia aledaña, a cubrir algún desempeño como cargadores o en aplicarse al arreglo de algún jardincillo, etc. Una constante es posible observar en los rostros de estos disminuidos sociales: la expresión famélica y triste de la desesperanza.. ¿Sabrían ellos, de alguna manera, que son mayores sus ingresos? Pienso que no, porque ni a ingresos llegan.......

Difícilmente podemos aceptar la fantasía del INEGI, aunque sobre ella monte el presidente Fox en su empeño de hacer propaganda política a su gobierno y electoral al PAN y a sus candidatos , en tiempos de campaña.. Se necesita cara dura para intentar convencer al pueblo de que tiene el gobierno más justo de su historia, justamente cuando los índices económicos del sufrido consumo popular evidencian otra cara de la moneda en las referidas mentiras presidenciales; o cuando se demuestra que la cancelación del subsidio de la energía eléctrica, publicitado durante el mes de febrero, se convirtió en un costal de piedras sobre el lomo de la gente pobre y en los medidores de bajo consumo..

Leamos, ahora, la sublimación de las mentiras oficiales, epístola según San Vicente: “Con orgullo puedo informar que (hoy) se tiene el menor porcentaje de pobreza en los últimos diez años” Al externar tal audacia no usa cifra alguna que la sostenga, lo cual descalifica el discurso presidencial y destaca su oportunismo electorero con la evidente intención de embaucar a los mexicanos con supuestos improbables sobre la hipotética prosperidad de los pobres y la desgracia de los ricos. ¡Bravo! señor presidente; pero que se lo crean sus distinguidos antecesores de Extremadura.

Antier expresaron los diputados que la cuenta pública del año 2002 registró un importante sub-ejercicio en los programas para combatir la pobreza extrema: mil 650 millones de pesos dejó de gastar el gobierno del PAN en la población más necesitada del segmento depauperizado. Decir lo que dijo el INEGI y capitalizó Fox es la más evidente prueba de que el gobierno quiere que el PAN gane a toda costa la Cámara de Diputados; pero los electores, por fortuna, ya no se chupan el dedo con las estadísticas que manipulan los colaboradores del presidente Fox, ni con ningunas otras mentiras...

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