EL PAÍS
JERUSALÉN.-El Gobierno israelí y Hamas se han declarado la guerra abierta. El jueves pocas horas después de que Ariel Sharon ordenara a sus tropas “aplastar” con todos los medios a los fundamentalistas, dos helicópteros de combate efectuaban una nueva operación de castigo contra Gaza provocando seis muertos, entre ellos un alto responsable del ejército secreto de los fundamentalistas. Por su parte la dirección del movimiento integrista ha llamado a la movilización general de todas sus milicias y han recomendado a los extranjeros salir de Israel, si quieren salvar su vida.
El grupo militante palestino Hamas juró ayer realizar más ataques dentro de Israel, tras un atentado con bomba contra un autobús en Jerusalén, y advirtió a todos los extranjeros que salgan del estado judío para garantizar su seguridad.
Hamas se ha atribuido la responsabilidad del atentado del miércoles cerca del mayor mercado al aire libre de Jerusalén, que dejó 16 muertos, al que definió como venganza por el intento israelí de asesinar a uno de los líderes de la facción islámica.
“El ataque en Jerusalén es el inicio de una nueva serie de ataques de venganza... contra todo sionista que ocupe nuestra tierra”, dijo Hamas en un comunicado.
“Llamamos a los ciudadanos extranjeros a salir inmediatamente de la entidad sionista para preservar sus vidas”, agregó.
El tercer ataque de helicópteros israelíes en poco menos de veinticuatro horas se llevó a termino ayer a primera hora de la tarde, en el barrio del Jeque Raduan, uno de los baluartes mas importantes de Hamás en Gaza, provocando la muerte de uno de los jefes de la milicia secreta fundamentalista Yasser Taha. En el ataque murieron además dos miembros de su familia; su esposa y su hija Afnane, de tres años. El coche en el que viajaban, un turismo todoterreno, quedó absolutamente calcinado.
El artillero de uno de los helicópteros de combate falló sin embargo el último disparo. El misil se desvió algunos metros del blanco e impactó entre un grupo de fieles de una mezquita cercana, justo en el momento en el que se encontraban orando. El error costó la vida de tres ciudadanos más y provocó al menos una treintena de heridos, según aseguró el director del hospital municipal Shifa.
Este ataque se llevaba a término pocas horas después de que el Gobierno israelí de Ariel Sharon enviara a todas las unidades militares una circular en la que se ordena “aplastar totalmente” a Hamás, utilizando “todos los medios” y “no respetando ninguna inmunidad”, como las que mantenía hasta ahora a salvo al jefe espiritual de la organización el jeque Ahmed Yasin, un anciano sexagenario, que permanece invalido en una silla de ruedas.
Sharon, responsable personal de la orden, había asegurado en la reunión ministerial, con tono irónico y displicente, que Israel se veía obligado a asumir la destrucción de Hamás, ya que el primer ministro palestino Abu Mazen “es un polluelo sin plumas” y que “nosotros tenemos que ayudarle a combatir el terror hasta que le crezcan las plumas”.