TORREÓN, COAH.- Controlar los escurrimientos extraordinarios del río Aguanaval para proteger a la población y a la vez, aprovecharlos para la consolidación de las superficies de riego y recarga del acuífero, es la finalidad de la construcción de las presas, según dio a conocer la Comisión Nacional del Agua (CNA).
Durante la exposición del proyecto, Miguel Ángel Jurado Márquez, gerente regional de la CNA, destacó que la capacidad del cauce en la parte baja es limitada y aun considerando algunas mejoras en los bordos de protección, se estima que los caudales mayores a 300 metros cúbicos por segundo (m3/s) ocasionan daños por inundación.
De acuerdo al proyecto elaborado para la presa, la situación actual del Aguanaval es de frecuentes inundaciones en centros de población y áreas productivas en la cuenca baja y el aprovechamiento incierto del agua es ocasionado por derivaciones rústicas, bajas eficiencias, además que está condicionado a los escurrimientos de aguas broncas.
Al hacer un recuento histórico de las avenidas, el documento destaca que en 1973 se registró un caudal máximo de 1,059 m3/s, en tanto que en 1996 fue de 874 m3/s y para 2000 llegó a 595 m3/s, provocando además daños millonarios en casas habitación y la agricultura.
La planicie inundable, en la que desfogan los escurrimientos del río Aguanaval, carece de un cauce natural, por lo que en forma natural el agua tiende a expanderse en toda esa área. A través del tiempo se han realizado diversas acciones con el fin de crear un cauce artificial, provocando con ello un incremento en el riesgo de inundaciones en las áreas productivas y de asentamientos humanos.
La construcción de bordos y su sobre elevación para dar capacidad cada vez que se incrementa el nivel de azolves, ha generado un cauce por encima del terreno natural y la capa de sedimentos acumulados en la parte baja, que en promedio se incrementa año con año hasta 40 centímetros, origina un desnivel significativo entre el lecho del río con respecto al terreno natural.
Entre las acciones más necesarias en el Aguanaval destaca la construcción de las presas “El Tigre” y “Cañón de la Cabeza”, para controlar avenidas, consolidar el riego en zonas de alta marginalidad y recargar el acuífero, así como rectificaciones, encauzamiento y protecciones marginales del cauce para evitar inundaciones y daños a centros de población y áreas productivas.
Tras mencionar que el aporte principal para la recarga del acuífero proviene de los cauces de los ríos, destaca que el agua en la parte baja se evapora rápidamente y es afectada en su composición por disolución de sales, de ahí la importancia de retardar el escurrimiento para incrementar la recarga, por lo cual se propone una política de operación de las presas que favorezca esta condición.