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La Habana, Cuba.- El canciller de Cuba, Felipe Pérez Roque, defendió ayer la reciente aplicación de la pena de muerte a tres personas en la isla como una medida disuasoria de una eventual ola de secuestros de naves aéreas y marítimas.
En rueda de prensa, el funcionario dijo que con esos actos se podrían crear condiciones para una crisis migratoria como la que involucró a más de 30 mil “balseros” en 1994 y propiciar una eventual intervención de Estados Unidos.
El gobierno cubano anunció el pasado 11 de abril el fusilamiento de Lorenzo Enrique Copeyo, Bárbaro Leobal Sevilla y Jorge Luiz Martínez, tres de las 11 personas que el 2 de abril secuestraron una lancha con unos 50 rehenes con la intención de huir a Estados Unidos.
Pérez Roque remitió a los periodistas a declaraciones del secretario estadunidense de Defensa, Ronald Rumsfeld, luego que le preguntaron si cree en una posible guerra entre Estados Unidos y Cuba.
“No hay un riesgo inminente. Rumsfeld dijo por ahora no”, apuntó el jefe de la diplomacia cubana.
Sostuvo que Cuba obtuvo una “resonante victoria moral” en Ginebra, Suiza, donde la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ONU) aprobó la víspera una resolución no condenatoria sobre la isla, por 24 votos a favor, 20 en contra y nueve abstenciones.
La resolución, presentada por Costa Rica, Perú y Uruguay, pidió el envío a La Habana de la jurista francesa Christine Chanet, representante del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU.
Opinó que Washington, pese a sus “presiones y chantajes” sobre varios países, “no logró su objetivo” de una condena explícita a la isla por las altas sentencias impuestas a unos 75 disidentes y el fusilamiento de tres secuestradores de una lancha de pasajeros.
Para el titular de Asuntos Exteriores, al no condenar esos hechos, la Comisión de Derechos Humanos “dio un espaldarazo” a la aplicación de las leyes en Cuba “como legítimas acciones de defensa”.
Pérez Roque indicó que Cuba no tiene una posición doctrinaria a favor de la pena de muerte, que -dijo- aplica con renuencia, pero se ha visto obligada a usarla porque es un país asediado “sujeto a agresiones desde el exterior”.
Por otra parte, el canciller cubano reveló que Cuba estudia el posible retiro, por segunda vez, de su candidatura al Acuerdo de Cotonou entre la Unión Europea (UE) y los países de África, Caribe y el Pacífico (ACP), el mecanismo de cooperación del bloque europeo.
Tras acusar a la UE de haber mantenido “una actitud bochornosa” al apoyar la resolución sobre Cuba en Ginebra, dijo que La Habana seguirá tratando de mantener relaciones con ese bloque económico.
El canciller cubano señaló que declarar persona non grata al jefe de la Oficina de Intereses de Washington en La Habana, James Cason, es una medida que se reserva su gobierno, así como enjuiciar a otros líderes de la disidencia interna.