EFE
SITGES, ESPAÑA.- El Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges fue escenario ayer de la presentación de Kill Bill: La Venganza, Vol. 1 aunque finalmente sin la anunciada presencia de su director, Quentin Tarantino.
Con este filme, que ya se ha presentado en EU y que ha sido considerado "el más sangriento" de los realizados por el director de Tiempos Violentos, Tarantino reaparece tras un largo silencio de seis años.
Es una cinta de venganzas sangrientas con aire de cómic que tiene a Uma Thurman como asesina protagonista, al lado de David Carradine en el papel del desalmado Bill, que mueve los hilos de un escuadrón de mujeres homicidas.
El grupo se llama Divas (Escuadrón Asesino de las Víboras Mortales) y está formado por asesinas, todas ellas con apodo de serpiente, entre las que figuran Daryl Hannah y Lucy Lu (Chicago y Los Ángeles de Charlie) en el otro extremo del mundo, Japón.
La verdadera protagonista de la película es la espada de samurai que empuñan las asesinas para matarse entre ellas en escenarios de estética muy cuidada, sobre todo los de la última mitad del filme, en Japón, con Thurman con túnica blanca, al estilo del legendario Bruce Lee.
Impresionante la lucha en una discoteca de Tokio en la que mueren todos los malos, con alguna pincelada de humor de la "guerrera rubia" que manda "a casa con tu mamá" a un niño de la banda de "los locos" y la pelea final a sablazos entre Uma Thurman y Lucy Lu, jefa de la mafia nipona.
El filme es eminentemente visual y rinde tributo a la estética oriental y a las artes marciales, aunque también a la filosofía zen, con una Thurman que se escapa del hospital en donde ha permanecido cinco años en coma dándole órdenes a los dedos del pie para que se muevan y acaben con la parálisis que la impide completar la huida.
Estética de cómic de nuevo con los traslados aéreos de la protagonista de punta a punta del globo y una secuencia de "manga" que relata cómo y por qué se convirtió en asesina Lucy Lu desde bien joven.
Tarantino presenta un cine de artes marciales a su estilo, con humor y sangre que sale de los miembros desgajados como en las historietas de cómic, protagonizado por mujeres de bandera y que se inicia con la frase "la venganza es un plato que hay que servir frío".
Hoy también se presentó en el Festival de Sitges (Barcelona, noreste) la española Una de Zombies, de Miguel Ángel Lamata y con un Santiago Segura que hace tres papeles y es el productor de un Baño de Sangre con Final Feliz.
Los actores Miguel Ángel Aparicio y Miguel Ángel Aijón recrean los personajes de El Caspas y El Aijón que, sin tener idea ni talento, se empeñan en dirigir una película.