La estética cambia con las épocas y la cultura; pero las mujeres de la actualidad aspiran a encontrar un equilibrio entre mente y cuerpo
SUN-AEE
MÉXICO, DF.- Podría una mujer actual, vivir sin bañarse, maquillarse, o sin mirarse al espejo por considerar que está cometiendo un pecado como en la época medieval. O tal vez, abandonar su cuidado corporal para lucir un aspecto atormentado y enfermo, como lo exigía el romanticismo. O cuidar la blancura de su piel al grado de obsesionarse y ?querer apreciar el color de los líquidos que recorrían su garganta debido a la transparencia de esta?, tal como lo pensaba la mujer del barroco en el siglo XVIII.
En sentido inverso, en cuanto al cuidado del cuerpo, podría una dama aristócrata del siglo XVIII dejar a un lado sus apretados corsés que le provocaban desmayos, hipocondrías, anemias e incomodidad por una cirugía estética que acomodara sus formas permanentemente, como se hace en la actualidad, todo con el único fin de ser bella.
El recorrido por la historia de la belleza aporta elementos sorprendentes para nuestra época. El concepto de ?belleza? tal y como ahora lo conocemos comenzó a perfilarse hace casi 150 años, en 1860, con el avance de la industria cosmética que convierte al maquillaje en un símbolo y le quita el sentido grotesco que le acompañó durante muchos siglos.
Además, gracias a la propagación y difusión internacional, a principios del siglo XX, de la cirugía estética y del instituto de belleza, el buscado principio de la ?eterna? juventud por fin apareció.
La gracia del bisturí
La cirugía es un avance del siglo que acaba de concluir, nació en los hospitales militares y en 1919 se implantó en Francia, el país de las novedades cosméticas por excelencia, después de la Primera Guerra Mundial; esta innovación hizo posible el lifting , la supresión de las patas de gallo, del rictus de la boca, la eliminación de la papada, de las bolsas de los párpados, la cirugía de los senos, del vientre, de los tobillos, en fin gracias a la cirugía estética se puede remodelar la figura.
El instituto de belleza fue otra revolución del siglo pasado, el primero abrió sus puertas en París en 1895 y rápidamente se expandió hasta consolidarse como parte sustancial en el arreglo femenino.
Y ahora ¿a dónde?
Más que el maquillaje, a la mujer actual le preocupa recuperar el equilibrio corporal, lo cual se manifiesta en los artículos de revistas y de suplementos de los diarios, donde los temas principales son los hábitos alimenticios, la higiene y el ejercicio.
En los años 90, la industria cosmética sufre una nueva revolución porque aumenta el consumo de productos para el cuidado del cuerpo, más que para maquillarse. Como los antiguos griegos, las mujeres de hoy aspiran a una ?belleza natural?, basada en la armonía, fruto de prácticas sensuales, reconfortantes y suaves.
Sin embargo, el deseo de lucir hermosa inicia casi con la humanidad misma y se ha forjado una forma particular de concebir la belleza en casi todas las culturas del mundo.