Lo que los políticos dicen... y lo que no deberían decir.
Usted –si acaso tiene la paciencia de leer esta columna cada sábado- sabe que el necio periodista que la escribe no es amigo de Vicente Fox, ni de Roberto Madrazo, ni de Rosario Robles, ni de Jorge Emilio González... ni de ningún otro político en especial. Pero tampoco es amigo de estar aventándole basura a la democracia en general, sin pensar en las consecuencias que eso siempre reporta. Así es que ha llegado la hora de dejar unas cuantas cosas en claro.
Esta semana no seremos nosotros los que hagamos la clasificación entre moderado, radical y detractor, tal y como hace la oficina de Comunicación Social de la Presidencia de la nación. A ver dónde nos ponen ellos. A ver dónde nos pone usted.
No es verdad que en este país haya “libertad hasta calumniar”, como dijo el Presidente. ¡Y qué bueno que así sea, porque mejor ni pensar en el caos que eso traería! Ni es verdad que el conflicto de Chiapas se arregla “en 15 minutos”, tal y como aseguró el Presidente en una de sus piruetas verbales, que tanto lo caracteriza. Y no existe ningún escritor argentino con el nombre de “José Luis Borgues”. Se llamaba Jorge Luis Borges. ¡¡Y era BORGES, por Dios!!
Dicen que es cierto también aquello de que en las reuniones de Gabinete Fox sólo quiere escuchar las cosas buenas de boca de sus secretarios y que no quiere, ni por error, conocer el informe de los problemas (que los hay y muchos, por cierto, señor Presidente).
Y nadie puede discutir que el electorado le dio tremenda bofetada el último seis de julio, cuando más de la mitad de la gente no quiso ir a votar y del porcentaje restante, la mayoría le dio la espalda al PAN (y podemos entender que también al Presidente) con sus votos.
La desocupación ha crecido, Pemex aparece en los medios de comunicación como una cueva oscura y... como si todo eso fuera poco, su mejor amigo –Lino Korrodi- abrió otra vez la boca y dijo lo suficiente como para levantar ampollas en el ya bastante ardido panorama político nacional. “Sí, yo sabía que había empresas financiando la campaña de Fox. (Pero) no íbamos a estar fijándonos en irregularidades o no. Además, viniendo de un sistema de 72 años, ¿a qué le puedes llamar irregularidad? Estoy plenamente consciente... y no me arrepiento de nada”, dijo Korrodi. Ahí está el Instituto Federal Electoral a punto de multar a la Alianza por el Cambio.
Todo se alborota en Los Pinos y si en lo que va de su gestión han mandado a hacer cientos de sondeos de imagen, esta semana el Presidente tendrá ganas hasta de salir personalmente a preguntarle a la gente qué opina de él.
Si acaso es verdad que el Presidente toma antidepresivos, ha de estar metiéndose dosis doble por estos días.
Todo eso es verdad. Pero ahora resulta que se ha desatado una caza de brujas porque a Fox se le ocurrió decir que ha comenzado la pelea por la sucesión presidencial del 2006. Políticos y periodistas lo critican.
He aquí las aclaraciones. ¡Es verdad que ha comenzado la batalla política por el 2006! ¿Por qué no queremos ver la realidad.. si siempre ha sido igual?
Pero una cosa más debe quedar en claro. Los caminos de la democracia son lentos, exigen procesos complicados y necesitan de la participación de la gente. Por eso no ir a votar es la peor de todas las ideas. Quienes votaron a Fox en el 2000 parecen estar esperando que el mago-presidente saque su varita mágica y haga “¡el cambio!”. Este país cambió. Y es mérito del pueblo que así haya sido. Pero también es una responsabilidad popular que “el cambio” en su conjunto sea posible. Fox es un Presidente inexperto. Todos los presidentes mexicanos lo son en tanto la reelección no es posible en este país. Y mientras continúe la alternancia partidaria en el gobierno, así seguirá siendo. Pero no está mal que así sea. ¡La participación!, querido lector, lectora... esa es la herramienta. Démosle tiempo a este México que acaba de nacer a la democracia.
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