Hoy comentaremos tres noticias aparecidas en los diarios durante los primeros días de la semana pasada. Estas declaraciones y hechos, revelan, por un lado, que el gobierno federal miente en cuanto a las bondades de la Reforma Eléctrica; muestra igualmente las tretas que están dispuestos a implementar con tal de entregar a las empresas extranjeras y al gran capital nacional el sector petroquímico; mientras que por otro lado, revelan el gran avance de la acumulación de capital y su concentración en unas cuantas manos; revelando, así, uno de los múltiples aspectos ocultos de la Reforma Fiscal.
La primera de ellas, se refiere a las extensas declaraciones del director de Pemex, el señor Raúl Muñoz Leos, en el sentido de que la autonomía financiera resulta vital para esta empresa. Estamos totalmente de acuerdo en que Pemex requiere de la autonomía financiera y administrativa, pero diferimos en los argumentos que el señor Muñoz Leos vierte para justificarla. En efecto, nos dice que la autonomía es necesaria para que Pemex siga siendo ?una empresa competitiva a escala mundial y siga representando un mejor apoyo para el país?. Cualquiera sabe que el mercado mundial de petróleo está fuertemente cartelizado, es decir, existe una organización de productores lo suficientemente fuerte como para pensar imponer cuotas de producción y precios. Es igualmente fácil advertir que el mercado mundial petrolero no se caracteriza precisamente por la abundancia, y mucho menos después de la fallida aventura iraquí. ¿Acaso no es por eso, señor Muñoz Leos, que el gobierno se ha aprestado a cumplir con el deseo estadounidense de aumentar la producción de petróleo para venderla a ese país? Resulta curioso que en tales circunstancias de mercado se nos quiera vender la idea de la competitividad. En el plano interno resulta aún más absurdo pues Pemex constituye un monopolio. Sin embargo, no tarda mucho en decirnos la verdadera esencia de la cuestión. La segunda parte de su propuesta consiste en excluir a la empresa de la Ley de Obras Públicas. Esto, estimados lectores sólo significa la posibilidad de manejar a la empresa sin tener que cumplir con las licitaciones públicas y manejar las adjudicaciones de obras y servicios como si fuera una empresa privada. Basta tan solo un poco de inteligencia para ver que, ante el fracaso de las últimas licitaciones para adjudicar servicios múltiples, fracaso que se debe a que estos contratos violan casi una decena de leyes mexicanas, lo que pretende ahora es que la empresa pueda adjudicarlos sin necesidad de cumplir con esta Ley.
Las intenciones quedan entonces al descubierto. Se desea eludir la Ley y para ello debe dejar de manejarse como empresa pública y la verdadera propuesta es esta exclusión de la Ley de Obras Públicas; de ahí se sigue que para ello requiere de autonomía, que es claro que para el señor Muñoz significa dejar de considerarla una empresa pública y manejarla como si fuera una empresa privada, colocada al fin, al servicio directo y total del gran capital nacional y extranjero.
Otra noticia que ha venido a confirmar lo que hemos señalado anteriormente, en el sentido de que la energía eléctrica ya es generada en buena parte por empresas extranjeras, a través de los contratos de servicios múltiples adjudicados en la última década, y que ésta energía no ha sido producida a menores costos, como nos prometen que será, si se autoriza (¿?????) la inversión extranjera en este sector. Ahora disponemos de datos precisos que indican, que la CFE ha tenido que pagar hasta un 75 por ciento más cara la energía eléctrica que producen empresas como Intergen, Iberdrola, Electricidad de France, Unión FENOSA, entre otras. Asimismo se nos revela que en los últimos nueve años, la generación privada de electricidad asciende ya al 25 por ciento de la oferta total. La causa de ello: los elevados costos del gas natural necesario para producirla y la incertidumbre legal. O sea que se ha violado la Constitución y las empresas y el gobierno lo saben, por ello, ante el riesgo político de que un cambio en el gobierno las saque del ?negocio? venden cara la electricidad que producen, representando así una verdadera transferencia de recursos a los bolsillos de estas empresas, que ni siquiera están dispuestas a correr un riesgo, o más bien, que lo corren, pero exigiendo un alto pago por hacerlo.
La conclusión que por lógica se obtiene de aquí es que si el gobierno invirtiese en la producción de gas natural y dejara de firmar estos onerosos contratos con empresas extranjeras, entonces sí se podría reducir el costo de la energía en beneficio del consumidor. Claro está que aún queda por resolver la cuestión del subsidio, cuestión que hasta ahora ha sido resuelta siempre por el gobierno en el sentido de disminuirlo, por lo que aún bajando el costo de producción no entendemos cómo terminaríamos los consumidores pagando menos.
¿Qué no hay recursos para invertir en la generación de gas natural? ¿Por qué si los hay para invertir en aumentar la producción de crudo en un 17 por ciento nada más y nada menos? Finalmente, contamos con datos que demuestran que los recursos manejados en la Bolsa de Valores, mercado que representa por excelencia, el proceso de acumulación de capital en el capitalismo moderno. Vemos que unas cuantas Casas de Bolsa manejan recursos por 1.6 billones de pesos, cifra equivalente a todo el presupuesto federal para el próximo año. Y para que no quede duda de su enorme concentración, estos recursos están en manos de tan sólo un 0.5 por ciento de la Población económicamente activa del país. Este año, quienes tienen ahí invertidos sus capitales, los han visto duplicarse y han obtenido los beneficios más jugosos de cualquier mercado del país. Y sabe qué, estimado lector, este tipo de personas, que tienen todo el derecho si se quiere de gozar de estos beneficios, gozan de trato fiscal preferente, sobre todo si son extranjeros. Otro de los regímenes de exención que la propuesta reforma fiscal no plantea modificar. Dinero lleva a dinero, reza un dicho popular. Dios salve al gobierno de pretender afectarlo.
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