SAN PEDRO, COAH.- Susana, de 22 años, se casó a los 17 con un drogadicto a la heroína. Procreó dos hijos y como tenía una vida de constantes pleitos y golpes, terminó por caer también en el vicio de su esposo.
Ahora Susana está en un centro de rehabilitación, donde ya había ingresado anteriormente otra vez y al año recayó, pero dice estar segura que al salir ya no regresará con su esposo, pues éste no quiere dejar el vicio.
Susana es del barrio San Luis, uno de los sectores habitacionales donde se distribuye más ?chiva?, sustancia diseñada a base de heroína y donde se ha enviciado a un gran número de jovencitos de ambos sexos, sin que las autoridades de la Procuraduría General de la República hayan hecho nada efectivo todavía para erradicar ese problema social.
Susana explica que la heroína puede ser inyectada o inhalada, ella la inhalaba a través del tubo de una pluma o bolígrafo, la cual se libera previamente del repuesto y la tapa, luego se coloca cerca de la ?chiva?, pequeña bola que se deposita en papel aluminio o una cuchara calentada con un encendedor para aspirar el humo.
Cuando ya se envició, dice la joven, compraba varias veces al día la droga y le pedía dinero a su madre, quien se lo daba con la finalidad que no robara o se prostituyera. Como era mucha la necesidad de drogarse y no podía estarle pidiendo a su mamá a cada rato, comenzó a robar en las tiendas y se convirtió en fardera, con tal suerte que nunca la descubrieron.
Susana, quien estudió Enfermería, comenta que ahora ya está bien, no siente malestar físico ni necesidad de drogarse, su hijo de cuatro años y su pequeña de tres, están con su mamá. Ella espera volver dentro de un mes y medio con ellos pero ya no con su pareja. ?El problema es que mi mamá vive enfrente donde vivía con mi esposo y yo creo que tendré que irme a otra parte para no caer de nuevo?.
La historia de Mario
El caso de Mario es un poco diferente, él tiene 20 años de edad, cinco de los cuales se ha dedicado al vicio, pero dice que comenzó a sentirse mal en el aspecto físico y emocional, todo el cuerpo le dolía y se decidió a dejar la droga para comenzar otra vida diferente.
La primera vez que se drogó, recuerda Mario, fue con cocaína, pero luego probó con la heroína. Era estudiante de secundaria cuando lo invitó un amigo de su misma edad, le picó la curiosidad y desde entonces se hizo adicto.
En varias ocasiones intentó dejar atrás la droga, pero le llegaban fuertes las ganas y de nueva cuenta caía y caía, además las amistades influían para seguirlo haciendo, pero ya tiene nueve meses con terapia y se siente más confiado en seguir adelante.
Grupos de rehabilitación
En esta ciudad existen varios grupos dedicados a la rehabilitación de los drogadictos y aunque no a todos los que ingresan les da resultado, sí sucede con la gran mayoría, los que en verdad quieren dejar atrás el mundo en el cual se sumieron y se apartaron de la realidad por varios años.
Casi todos los internos llegan por voluntad propia, pero también hay quienes son llevados por sus familiares y por lo general, son éstos quienes prefieren fugarse al no soportar la abstinencia de la droga.
Uno de los encargados del ?Ave Fénix?, el centro con mayor número de personas en recuperación, comenta que la Procuraduría General de la República no ha cumplido con su función, al menos en este municipio, donde el problema de tráfico de heroína es muy grave y sin freno alguno.
Como es del conocimiento general, en esta ciudad han muerto varios jóvenes de ambos sexos, por sobredosis y existen cientos más que a muy corta edad se aficionan por las drogas, pues para muchos de ellos ya es normal ver a los muchachos drogados.
El director del Ave Fénix comentó finalmente que en Torreón la situación también es muy seria, pues hay demasiada proliferación de cocaína por todas partes y hasta el momento las autoridades no le han dado la importancia que requiere.