Por María Cecilia Aguilar
El Siglo de Torreón
MATAMOROS, COAH.- El ejido El Olivo se suma a las comunidades rurales que no tienen la infraestructura básica que permita la introducción del drenaje. Sus habitantes señalan a esta carencia como el motivo que provoca la multiplicación de moscas, ya que el agua de las fosas sépticas tiende a escurrirse por las calles del poblado.
El Olivo forma parte de varios asentamiento humanos localizados a un costado de la carretera periférica. Precisamente se encuentra al lado izquierdo de esta vía, a unos cuantos kilómetros del ejido San Miguel.
Una carretera en pésimo estado físico conduce al lugar. De la vía al poblado son aproximadamente tres kilómetros los que hay que caminar para llegar ahí. Distancia que diariamente deambulan los lugareños que no tienen automóvil propio, para tomar el autobús que los llevará, ya sea a Torreón o en su defecto, a Matamoros.
Un paisaje color arena da la bienvenida al visitante. Matorrales por doquier se pueden apreciar en esta comunidad. En su mayoría, su vegetación se compone de nopales, pinabetes y mezquites, “es por este tremendo clima lagunero”, justifica Liliana Olivares Cardiel, de 24 años, oriunda de esta comunidad, al tiempo que con un abanico de palma ventila su cara.
Sobre la reproducción de moscas en el poblado, según Olivares Cardiel, “es porque nos vemos en la necesidad de tirar también el agua donde lavamos los trastes, la ropa y la del trapeador, que en veces se une al agua negra que sale de las fosas... eso y el calor son los culpables”, manifiesta al tiempo que espanta con su mano unos insectos que obstinados, se depositaban en su cabeza.
El Olivo fue señalado por sus habitantes como un lugar tranquilo. Héctor Juárez Crispín es oriundo de Torreón, pero al contraer nupcias con Liliana, decidió cambiar su residencia al ejido, “pues estaba harto de los pleitos y desmanes que se viven en la ciudad, aquí hasta ahorita no hemos visto casos de drogadicción o pandillerismo”, aclara.
Con esa versión coincide Francisco Aguilar Vargas, entrenador de un equipo de beisbol llamado “Los Cachorros”, quien en ese momento preparaba las bases donde un grupo de peloteritos, -ataviados cual debe ser- se disponían a jugar un partido.
“Esta comunidad es muy tranquila, aquí hay muchos niños y hasta ahorita nos hemos librado de los problemas que en la ciudad se presentan, por eso la idea de fomentar en ellos el amor al deporte”, asegura el instructor.
Con el bat en una de sus manos, se aproxima curioso Ángel de Jesús Astorga González de 10 años de edad, quien “por burro”, dicen entre risas varios de sus compañeros, cursa de nueva cuenta el cuarto de primaria en la escuela Lázaro Cárdenas del Río.
Al llegar ante la representante de El Siglo de Torreón, expone las siguientes palabras: “yo quiero decirle a nuestro Presidente que fueron puras mentiras lo que nos dijo cuando vino, pos’ prometió que nos iba a poner una barda en la cancha y que zacatito y...”, calla porque lo interrumpe uno de su compañeros para decirle, “mira, ahí está tu pastito” y todos ríen cuando al voltear descubren que se trata de un montón de hiedra seca crecida en ese amplio espacio que es utilizado para actividades deportivas.
Muchas necesidades...
El ejido El Olivo es uno de los tantos poblados del municipio de Matamoros, que necesita apoyo por parte de las autoridades municipales. Sus habitantes señalan los siguientes puntos dignos de tomarse en cuenta:
*La falta de drenaje, de luz “pero hemos gestionado con el Municipio y para un mes aproximadamente, luego de un año y medio, se extenderá la red eléctrica a una parte de la población que carece de este servicio”, explica el Comisario Ejidal.
*De acuerdo a la información proporcionada por Liliana Olivares Cardiel, las aguas que se escurren y que se juntan con las que tiran las amas de casa cuando hacen el quehacer diario, originaron que hace dos meses, se presentaran brotes de hepatitis, “un niño de enfrente de mi casa aún está enfermo, pese a que sí vino gente de Salubridad”.
*Las lluvias han dejado estragos en las casas habitación de varias familias, ya que los techos por ser de vigas se han colgado provocando el daño a sus muebles.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón