GÓMEZ PALACIO, DGO.- Esta historia comienza con una invasión. Hace 28 años, alrededor de 500 familias llegaron de diversos lugares de la Comarca Lagunera para apoderarse de antiguos predios del ejido Santa Rosa. Hoy, ese lugar es conocido como la colonia Rubén Jaramillo, la cual se ha destacado en los últimos años por ser una de las más violentas en Gómez Palacio, de acuerdo a los informes de la Dirección de Seguridad Pública Municipal. Los habitantes confirman esta situación.
Los pobladores llegaron el 28 de abril de 1975 para establecerse con la idea de poder obligar a sus dueños a que les vendieran barato esas tierras, ya que la mayoría vivía en casas de renta o andaba de un lado para otro huyendo de la miseria.
“Se hizo una invitación a todas las comunidades, principalmente a los que estábamos viviendo de renta en la colonia Santa Rosa, al lado de la Jabonera, de otros ejidos, de todas partes”, comenta Juan Flores, quien junto con su esposa María Bernal, fue uno de los fundadores de la “nueva colonia”.
De acuerdo a lo que declaran, no había líderes “que dijeran qué se iba a hacer y qué no, más bien la gente corrió la voz y así es como nos invitaron a nosotros y como no había decretos de expropiaciones, tuvimos que invadir”.
Durante los primeros días después del arribo masivo, los Flores Bernal no tuvieron más que hules sostenidos por palos como techo y hogar. “Ahí pasábamos mucho calor, pero nos aguantábamos”.
Juan Flores trabajaba en las ladrilleras y ganaba muy poco dinero. Para subsistir tuvieron que organizarse entre todos. “En las tiendas de los alrededores no querían ni vendernos nada, que porque decían que éramos comunistas y que este movimiento era de... ¿dónde? de Cuba creo decían”.
“Los primeros cinco años de vida de la colonia fueron de trabajo en colectivo”.
“Las decisiones se tomaban entre todos y todos teníamos que trabajar”, confiesa María.
No había agua potable, ni luz, ni drenaje... ni casas. Se empezó de cero. Poco a poco empezaron a llegar los apoyos desde el Gobierno Federal a través de los programas de asistencia. “Vinieron de Coret cuando estaba en la Presidencia... no recuerdo... ése que decía ‘Arriba y Adelante’... De la Madrid, creo”.
Una vez decretada la expropiación en el sexenio 82-86, según el testimonio de este matrimonio, la dinámica de la agrupación en aquellos años era recibir los materiales desde la Ciudad de México y entre todos construir y urbanizar.
Pero lo problemas empezaron a llegar cuando gente nueva se instaló en la colonia. Cuenta Flores que, a partir de ese momento, algunos empezaron a comprar y vender lotes, a acaparar la ayuda y ya se veían muchos jóvenes con problemas de droga y alcohol”.
En la Rubén Jaramillo viven alrededor de 3 mil personas y hoy por hoy, es una de las más conflictivas del municipio.
Los servicios públicos están en su mayoría cubiertos y las calles pavimentadas, gracias al esfuerzo de los fundadores. “Nuestro principal problema actualmente es la inseguridad”, dicen los Flores Bernal.
De acuerdo a lo que establecen, hace cinco años se vivieron los tiempos más duros, cuando los pleitos entre las pandillas eran cosa de todos los días. “Empezaron con piedras, luego fierros y hasta pistolas se han llegado a sacar”.
Aunque la situación ha mejorado un poco, no deja de ser preocupante. La principal exigencia de los habitantes de la Rubén Jaramillo, es que la tranquilidad vuelva a reinar por sus angostas calles.
Las cifras
De acuerdo a la información que proporciona la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Gómez Palacio, a través de Yadira Verdín, encargada del manejo del índice delictivo, durante el mes de marzo se llevaron a cabo en la colonia Rubén Jaramillo, 32 detenciones por faltas administrativas y 3 por delitos del fuero común.
Los principales problemas de inseguridad que ahí se tienen son los que se refieren al pandillerismo, la drogadicción, los “escándalos” y maltratos entre familiares y vecinos.
La empleada de la dependencia señala que actualmente se encuentra en proceso un programa de detección y registro de pandillas, con lo que se espera que pueda reducirse la delincuencia en ésa y otras colonias.