Por Cristal Barrientos Torres
EL SIGLO DE TORREÓN
Cd. Lerdo, Dgo.- Y al final les dieron con la puerta en la cara. Después de casi dos horas de escucharlos hablar, el gobernador Ángel Sergio Guerrero Mier y el alcalde Luis Fernando González Achem, tuvieron algo mejor que hacer: atender a un líder lerdense. Las señoras afuera sólo atinaron a gritar: ¿Para eso nos traían?
Antes que el alcalde Luis Fernando González Achem, llegara al Centro Cultural “Centauro del Norte” para rendir su segundo informe de gobierno, la gente ya lo esperaba. Las camisetas tricolores -verde, blanco y rojo- atiborraban el recinto y las calles aledañas.
Pocos minutos después de la seis de la tarde llegó el Alcalde. Caminó al lado del gobernador Ángel Sergio Guerrero Mier hasta el atrio. Los gritos de bienvenida no se hicieron esperar: “Arriba Achem, arriba Achem”. Y los aplausos acompañaban a las exclamaciones en todo momento.
En el recinto no se escuchó ni una sola queja ni un solo reclamo. En las pancartas se leían mensajes de agradecimiento. Y es que los integrantes del Frente Juvenil se organizaron bien. Las instrucciones fueron precisas: “Cuando les haga la señal echan las porras, pónganse abusados”, les decía uno de sus representantes.
Atentos a las indicaciones, los jóvenes trataban de estar lo más cerca posible al atrio. Justo a unos metros del Alcalde y el Gobernador. Ahí sus gritos se escuchaban fuerte. Durante su informe, Luis Fernando González Achem hizo las pausas necesarias para que los halagos a su gestión se oyeran en el recinto.
Después de media hora la gente comenzó a fastidiarse. En el Centro Cultural no cabía ni una sola persona más. Los que no alcanzaron silla descansaban en un pie, luego en el otro. Los abanicos tricolores que repartió una organización de taxistas sirvieron para alivianar un poco el calor y detener por algunos segundos el sudor en los rostros. Pero ni el cansancio ni el bochorno les impidió seguir gritando sus porras.
Llegó el momento de escuchar hablar a Ángel Sergio Guerrero Mier. Mientras el Gobernador enumeraba las cualidades del Alcalde y su gestión municipal, las personas gritaban más fuerte, querían oírse.
Las pausas en el discurso del Gobernador confundieron a más de uno. Las instrucciones ya no eran tan precisas y si Guerrero Mier detenía un poco su hablar, los jóvenes y señoras creían que había terminado con su discurso y entonces los aplausos y las porras quedaron fuera de lugar.
El Gobernador seguía hablando y seguía haciendo pausas. En algunos silencios prologados muchos entendieron que el informe había llegado a su fin y se retiraron del lugar. Pero Ángel Sergio Guerrero Mier continuó con su discurso por algunos minutos más.
Para cuando el Gobernador terminó de felicitar al Alcalde, el Centro Cultural estaba semivacío. Algunos se quedaron a esperarlos afuera del recinto: querían verlos, acercarse a ellos y hacerles algunas peticiones, pero eso fue imposible.
La valla de policías impidió a las mujeres y niños acercarse al Alcalde y al Gobernador. Los más audaces lograron burlar a los cuerpos de seguridad pero sólo consiguieron algunas miradas de Guerrero Mier, habló poco durante el trayecto.
Al final –cuando el Gobernador se disponía a retirarse- lo abordó el líder del Comité de Defensa Ciudadana, Mario Delgado. Algo importante le dijo porque Guerrero Mier se arrepintió de subir a su camioneta y se dirigió con él a la Presidencia Municipal.
Hasta allá lo siguieron las señoras y los niños. El Gobernador cruzó el umbral de la Presidencia Municipal y cuando las señoras y niños se disponían a hacer lo mismo, la puerta fue cerrada bruscamente. Nadie pudo entrar ni siquiera las personas que estuvieron gritando por espacio de dos horas. Por eso el reclamo: ¿Para eso nos traían?