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La Iglesia y la política/Las laguneras opinan...

Lucrecia Martínez

Ayer respondieron los Obispos: hablarán de elecciones. Dice el artículo que continuarán orientando políticamente a sus fieles sobre principios éticos de la Iglesia Católica. Es totalmente comprensible que la Iglesia luche por los valores cristianos que al fin son valores universales, el aborto es un tema en el que difícilmente nos podríamos poner de acuerdo ni ayer ni hoy ni mañana.

Pero ¿es correcto usar las homilías del domingo para hacer propaganda en contra de un o unos partidos por su plataforma electorera? ¿Saben estos Obispos que para que una ley sea aprobada necesita ser discutida por la Cámara de Diputados para después ser ratificada por la Cámara de Senadores y aún así la puede vetar el Presidente? Entonces para qué tanto cuento, esto le ha servido de propaganda gratis al partido en cuestión, una propaganda que ni pagada, hubiese logrado estar en todas las voces y en todos los medios de comunicación, es por demás no aprenden, ya se les olvidó la propaganda que le hicieron a la película del Padre Amaro, resultó tan eficiente, que hasta nominaciones al Óscar tuvo. El que se tomen los Obispos tan importantes la molestia de poner en un primer plano a un partidillo que ni pinta, ha de tener a Patricia Mercado feliz, la estatura de los personajes se mide por el tamaño de sus enemigos.

Ahora siento que para la Iglesia es tiempo de guardar la compostura, la semana pasada en la prensa se le dio mucha difusión al escándalo y al pleito que sostienen el Arzobispo de Guadalajara y el ex-secretario de Gobernación Carpizo, con las mutuas descalificaciones y las menciones de los negocios dudosos de los muy amigos del prelado, y no conforme con la serie de escándalos en los que se ve relacionado Sandoval, le agrega el clamor en contra del susodicho partido. Le puedo asegurar, amable lector, que la mayoría de las personas que en este caso asisten a misa, en su vida habían oido hablar de Patricia Mercado y de su partido, mucho menos de sus propuestas.

Vivimos la época de la verborrea y los protagonismos, todos acompañados de la más grande falta de congruencia, ¿no nos dio Cristo una sola nueva ley, que nos amáramos los unos a los otros? Amar a alguien es un acto muy íntimo, sólo yo sé en mi corazón a quién quiero y a quién no, pero no es posible que si se es representante en la tierra de Cristo, actúen como chismosas de vecindad, amargadas que odian a todo el mundo. La Iglesia en nuestro México está pasando por un terrible momento, ¿mire que vender los derechos de autor de la Virgen de Guadalupe en no sé cuántos millones? Y encima que esta firma publicitaria de Miami los demande, por incumplimiento. Y uno cree que ya lo vio todo.

Si queremos en realidad que se retomen los valores que parecen ya irremediablemente perdidos se tienen que buscar más bien las razones intrínsecas, el porqué, cuándo sucedió que no nos dimos cuenta. ¿Qué es lo que realmente importa en estos tiempos? La familia amenazada, los empresarios exhibidos, la política desprestigiada, los militares desprestigiados, los gobernantes ni se diga y desgraciadamente hasta la Iglesia. Ha dejado de importar el ser humano y el esfuerzo ha dejado de ser considerado un valor y difícilmente se premia como se premia el chantaje, el abuso, la impunidad debidamente negociada, el cinismo y la astucia, en fin los contravalores sí vienen acompañados de dinero, como dice el dicho “si te ha de llevar el diablo que sea en un buen caballo” .

Ahora vemos niñas-madames, que se prostituyen y prostituyen a sus amiguitas, fiestas de jóvenes de prepa que imitan a tabledancers para entretener a sus compañeros de escuela, universitarias, inclusive de universidades católicas, que también se prostituyen llevando una doble vida. Niños que consumen drogas y padres, muchos padres que también las consumen y las venden, lavan dinero y que además promueven estas conductas tan vergonzosas.

Por eso exactamente, las esferas de lo religioso y lo político deben permanecer separadas y si se quiere concientizar a los creyentes en la gravedad del aborto, las drogas y la enorme falta de moral y ética que estamos padeciendo, no creo que hablar en contra de tal o cual partido sea el método a seguir, para eso está Pro Vida, que es una asociación civil que puede opinar sobre lo que quiera, pero la labor de los representantes de Cristo es el apostolado en su comunidad predicando primero que nada con el ejemplo y la congruencia entre el decir y el hacer, no en los sermones decir una cosa y en lo privado y en corto hacer otra. ¿Qué ya tampoco es verdad que Dios todo lo ve? Vale la pena recordarles lo dicho por Cristo “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

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