EDITORIAL Columnas Editorial Caricatura editorial

La insportable inutilidad del ser/Los días, los hombres, las ideas

Francisco José Amparána

No podía haber sido algo más inocente y cotidiano: en un receptáculo convexo de cerámica (vil tazón) deposité unos 156 gramos de chicharrón de cerdo, del que se consigue uno muy bueno (aunque carón) por acá. Para complementar la gula, me dispuse a salpicar aleatoriamente los trozos del porcino ambigú con salsa picante marca Búfalo. Pero al intentar vaciar el condimento, me encontré con que éste se negaba a salir de su continente. Realicé varias maniobras de las aconsejadas en estos casos (golpear la base con furia, agitar el envase desde la punta, hablarle bajito y cariñosamente a la abertura), con nulos resultados. Finalmente tuve que irme a lo salvaje: introducir un palillo de dientes (nuevo, no usado) en la boca del recipiente, barrer con los restos de salsa pastosa de otros días, y mediante un movimiento de émbolo, sacar algo de la rojiza sustancia más o menos líquida para finalmente aderezar la botana.

En ésas estaba cuando, como si el cerebro hubiera sufrido un shock, sufrí eso que los psicólogos llaman la sensación del Deja vú; esto es, la de estar seguro de haber vivido antes algo así. Aquel momento parecía la repetición exacta de otro, procedente del pasado.

Lo que me tranquilizó fue caer en la cuenta de que, más que haber sido testigo de algún fenómeno paranormal, en realidad estaba teniendo un recuerdo de mi remota infancia. Sí, claro: hace siete lustros, cuando tenía unos diez años, había realizado aquella misma maniobra. Hace 35 tuve que hacer de tripas corazón y batallar con frasco y palillo, gracias a la ineficiencia de quienes diseñaron una botella inadecuada para su contenido.

Lo interesante es que, un tercio de siglo después, la salsa Búfalo sigue siendo envasada en un recipiente que sólo sirve para torturar desesperados por entrarle a las papas antes del silbatazo inicial... de cualquier deporte. ¿Por qué nadie le ha puesto remedio a tan enfadosa situación? ¿Es que nadie en esa compañía se ha enterado de las molestias que le ocasiona al usuario?

Quizá no, aunque las molestias sean muy obvias; si uno se fija, el mismo error, la misma cosa inútil, pueden sobrevivir durante generaciones. Y a las pruebas me remito. ¿Cuántos de ustedes se han quedado, languideciendo en la mano, con la manivela de bajar el vidrio del lado del pasajero en un VW sedán, mejor conocido como Vocho? ¿Usted no? ¡No le creo! Desde que tengo uso de razón, los VW han tenido ese defecto: uno más que ha trascendido generaciones y sexenios. Mi teoría es que el encargado de ese detalle específico en la línea de montaje de la planta en Puebla es el sobrino tonto de algún líder sindical, y ahí ha estado desde hace décadas, poniendo mal la manija... pero nadie lo puede correr. Ni jubilar, porque en su casa haría más daño. Mejor dejar que continúe creando millones de pequeños contratiempos, los que en última instancia han de sufrir viles desconocidos.

La botella de la salsa Búfalo y la manija de la ventana del lado del pasajero en el Vocho son dos ejemplos de cosas perfectamente inútiles que sobreviven durante mucho tiempo. Lo interesante es que abundan ese tipo de objetos. Y no sólo objetos: ideas y acciones que no tiene la mínima utilidad siguen tan orondos, paseándose por este mundo de Dios, sin que nadie los moleste. Y de nuevo a las pruebas me remito. Aquí les va una lista, muy al desgaire, de cosas, acciones e ideas perfectamente inútiles; pero que, mucho me temo, van a ver el fin del mundo:

* La botella de salsa Búfalo

* La manivela de la ventanilla del lado del pasajero en el Vocho

El ejido

* El intentar convencer a priístas e izquierdosos que algo que, como el ejido, en ochenta años no ha funcionado, no va a funcionar nunca; y que la crisis del campo se deriva de la supervivencia del ejido, no del TLCAN.

* El embargo económico norteamericano contra Cuba, que ya tiene más de 40 años y para lo que ha servido.

* Los agujeros del queso suizo.

* A propósito: los Guardias Suizos del Papa.

* Ah, y el Ejército Suizo, que no ha peleado una guerra en 190 años.

* Ah, y el 90 por ciento de las chunches que traen las navajas del Ejército Suizo.

* Los dobles de Saddam Hussein.

* El 99 por ciento de los utensilios de cocina que se anuncian en la tele como grandes maravillas tecnológicas, y de las que envían un par si uno habla antes del Apocalipsis.

* Los tiempos compartidos en playas que no queremos volver a ver después de la decimosegunda visita.

* Las listas que uno tiene que firmar para entrar y salir de ciertos edificios.

* Las marinas boliviana y húngara (que sí, sí existen)

* Los programas radiofónicos de todos los presidentes (Bush, Fox y Hugo Chávez tienen cada uno el suyo, con ratings semejantes: o sea, nulos).

* Los uniformes escolares.

* El celibato sacerdotal obligatorio.

* Las tortugas enanas que venden como mascotas para niños.

* Los ganchos sobre las puertas traseras de los carros.

* Las “vaquitas” para comprar boletos del Sorteo del Tec

* La clase política mexicana

* Todo tipo de alimento dietético

* Las fiscalías especiales para investigar cualquier delito

* Las tarjetas de identificación que vienen en las carteras nuevas

* Las etiquetas de identificación que para el equipaje le dan a uno las líneas aéreas

* Las instrucciones que han de repetir las pobres azafatas quince veces diarias, sin que las pele ni su madre.

* Ocho de las nueve planchas que le regalan a los nuevos esposos

* El pelarse a rapa como medida preventiva contra la calvicie

* De hecho, cualquier remedio contra la calvicie

* El denunciar un delito en México

* Calentar tortillas en horno de microondas

* El método Billings de control natal

* Los debates televisados

* Sonreir al fotografiarse, bajo la premisa de que eso nos hace ver mejor

* Las tarjetas con el alfabeto para sordomudos

* La información que viene en la parte de atrás de los billetes de lotería

* El sistema de grupos en la Primera División de futbol

* Conservar el pedazo de boleto que nos devuelven a la entrada de cualquier parte.

* Los playoffs, del deporte que sea, en los que participe más del 40% del total de equipos que jugaron la temporada regular.

* Comprar el Playboy por la entrevista

* Marcar personal a Ronaldo

* Los calcetines térmicos

* Jugarle con cinco defensas a la Selección Mexicana

* Las previsiones en contra de la piratería al empezar los videos

* Enojarse porque EUA le ganó a Iraq

* Las corbatas

* Decirle “Vidita” a la cónyuge a las cuatro de la mañana

* Votar por el PSN

* Leer a estas alturas los libros de Mafalda

* Utilizar eufemismos al hablar

* En las mujeres, usar prótesis estéticas

* En los hombres, usar tupé

* Enojarse con el autor de esta columna por hacerlo perder el tiempo en un ocupadísimo domingo por la mañana.

Y bueno, ahí le dejamos. Usted sígale, amigo lector. Seguro puede completar la centena de cosas inútiles... y omnipresentes.

Correo: famparan@campus.lag.itesm.mx

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 28259

elsiglo.mx