Torreón, Coah.- Un francotirador vuelve a aterrar al mundo. A unos meses después de que un individuo asesinara a más de diez personas en Washington, la película Enlace Mortal, que tiene una trama similar, aparece en las pantallas laguneras.
La cinta es dirigida por Joel Schumacher, el mismo que estuvo al frente de dos versiones de Batman con resultado bastante mediocres.
Pero esta ocasión es muy distinto. El cineasta neoyorquino ofrece una cinta en la que prevalece la tensión durante casi 60 minutos, haciendo estallar un hecho extraordinario en uno de los lugares más comunes no sólo de Estados Unidos, sino del mundo entero: una cabina telefónica.
Enlace Mortal tiene una gran cantidad de emplazamientos de cámaras, ya que todo sucede en una sola calle y en la misma cabina de teléfono.
Si bien Enlace Mortal es un thriller de acción, tiene ángulos psicológicos muy fuertes.
“Ciertamente trata sobre la paranoia de la privacidad”, dijo Schumacher, “antes sospechábamos que no teníamos privacidad, ahora sabemos que no la tenemos. Si posees una cuenta bancaria o un teléfono celular, o compras por Internet, hay mucha gente que tiene información valiosa sobre ti.
“Y la película trata sobre una persona extraña que tiene acceso a esta información y amenaza a otra con ella, además, con un rifle”.
También trata sobre el más grande de los miedos, la humillación pública. La persona en el teléfono obliga a Stu a revelarse emocionalmente desnudo frente al mundo.
“Creo que cualquiera haría cualquier cosa para evitar la humillación pública”, señaló el director, cuyo momento más terrible en ese sentido fue cuando tuvo que admitir que era adicto a las drogas y al alcohol.
Al caminar por las calles de Manhattan, Stu, un ambicioso, arrogante y manipulador representante artístico del Bronx, escucha que suena el teléfono en una cabina y decide atenderlo.
Para su sorpresa, del otro lado de la línea la voz de un extraño le revela información personal que lo pone nervioso: sabe sobre su esposa Kelly (Radha Mitchell), sobre su novia Pamela (Katie Holmes) y sobre toda la gente a la que diariamente somete a mentiras y engaños.
“Stu va en camino a convertirse en un gran imbécil cuando recibe la llamada”, señaló Farrell.
Pero la inquietante llamada se vuelve más peligrosa cuando el extraño del teléfono le dice a Stu que tiene un rifle apuntándole y que si corta, lo matará. A partir de ese momento, siempre prisionero dentro de la cabina telefónica, la llegada de la Policía (con Forest Whitaker como el capitán Ramey) y una serie de eventos tragicómicos pone cada vez más en riesgo la vida de Stu, a quien el francotirador quiere humillar y redimir en una nueva persona.
“El francotirador se ve a sí mismo como un ajustador de cuentas moral”, apuntó Schumacher, “siente que no hay justicia en el mundo y cree que él puede revertir la situación haciéndose cargo de algunas personas; disfruta un placer sádico en acabar con este tipo de gente.
“No se ve a sí mismo como un francotirador maniático, sino que estudia metódicamente a sus víctimas, los sigue por varias semanas, recoge toda la información posible, planea meticulosamente la trampa, les da una oportunidad de confesarse, de redimirse, y después decide cuál será la condena. Se ve como un dios, juez y jurado al mismo tiempo”.
El montaje de la cinta (la sucesión de las tomas) le da un ritmo vertiginoso a la película que se conjuga con la historia, que el director mantiene todo el tiempo al límite.
Las actuaciones están a cargo de Colin Farrell, Kiefer Sutherland, Forest Whitaker, Katie Holmes y Radha Mitchell, ésta última se encuentra actualmente en nuestro país filmando junto a Denzel Washington Hombre en Llamas.
De Farrell se puede decir que es el chico del momento en Hollywood, lo que le ha valido para estelarizar más de siete películas en menos de dos años, además de asegurarse el estelar en Alexander, la cinta épica que prepara Oliver Stone sobre Alejandro Magno.