Parece ser que en el drama tele novelero escenificado por el titular de la Comisión de Árbitros, Edgardo Codesal, y el silbante mundialista, Felipe Ramos Rizo, por enésima ocasión sale bien librado el hábil galeno; para ello, los árbitros incondicionales a su Presidente acudieron en tropel a las oficinas de la Federación Mexicana de Futbol para patentizar su apoyo al dirigente y amenazar veladamente a los jerarcas de nuestro balompié, con parar el campeonato.
Esto no debería parecer extraño por varias razones: No es la primera vez ni creo será la última en que el "Poder Negro" asuste a los federativos con algún tipo de huelga y estos, en su ignorancia reglamentaria, no entienden que por lo menos diez de ellos, los que tienen contrato como profesionales, son sus empleados y rehusarse a arbitrar les traería consecuencias no sólo deportivas sino laborales. Pero en fin, vivimos en México donde generalmente las actitudes deshonestas o francamente delictivas son apoyadas con manifestaciones y paros que avalan la sinrazón e incuban la impunidad.
Al más puro estilo de los ejidatarios de San Salvador Atenco, nuestros aguerridos silbantes, cambiando el machete por el pito, tienen secuestrado al futbol mexicano. Qué tanta cola tendrán que les pisen los máximos directivos del deporte más popular en México que permiten que un subordinado maneje la agrupación arbitral a su antojo concentrando tanto poder que le exime de rendir cuentas administrativas y financieras y por el contrario, le permite estar incluso encima de la ley.
El problema en mi opinión, radica en que con este espaldarazo los árbitros no sólo sostienen a Codesal sino que aceptan expresamente someterse a los modos y manejos del gran dictador. Nadie podrá quejarse el día de mañana cuando por discrepar con la dirigencia arbitral se les quiera cortar la cabeza; ninguno tendrá derecho a protestar si se le investigan cosas tan personales como una cuenta bancaria o se escuchan sus llamadas telefónicas; pobre de aquel que ose cuestionar legítimamente los negocios que al amparo del puesto hace su presidente. No señores, de hoy en adelante se buscan hombres que puedan perder hasta la dignidad con tal de silbar un partido de futbol. Si esa es la estatura moral del gremio créanme que estamos en aprietos.
Por otro lado es interesante puntualizar que Ramos Rizo no es una víctima en este caso como él mismo lo quiere parecer, pues seguro estoy que si Edgardo Codesal conservara el poder que le daba ser miembro de los comités arbitrales de FIFA y CONCACAF, y con ello pudiera apoyarlo para futuras designaciones internacionales incluido el Mundial de Alemania 2006, jamás se hubiera atrevido a enfrentarlo públicamente.
Felipe, al hablar de sus compañeros en forma peyorativa e insultante descendió al más bajo nivel que un ser humano puede llegar, faltando a los principios mínimos del compañerismo y la ética.
Los federativos decidieron que Codesal permanezca en su puesto y ojalá que sea la decisión adecuada; no aparece en el firmamento una persona que tenga los tamaños para sustituirlo pero eso no debe ser traba para que pueda manejar el arbitraje como si fuera su propiedad. Parece que por esta ocasión la libró.
Interesantes resultan en este caso las declaraciones del Secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda en el sentido de que la autoridad competente deberá investigar a fondo y los culpables si los hay, ser castigados en forma ejemplar.
Me parece que es lo más coherente que he oído en estas semanas donde el lodo parece querer cubrirlo todo. Una adecuada investigación judicial pondría de una vez por todas las cosas en su lugar, dejaría a salvo el buen nombre de los inocentes y exhibiría a los culpables a la vergüenza pública y a las sanciones que contempla la ley. A ver si ahí también la libra.