TORREÓN, COAH.- Algunos comentarios se dejaron sentir al darse la salida de Israel Alcántara con destino al beisbol de Corea; el cañonero dominicano se va sin entregar los resultados que de él se esperaban, de acuerdo a sus antecedentes y ahora hay quienes, sin conocer los lineamientos del beisbol organizado, afirman que la directiva de Vaqueros Laguna ha manejado la situación para dar una salida digna al “Monstruo”.
Israel Alcántara llegó a La Laguna como la contratación bomba del año, sus actuaciones en Ligas
Mayores y en el beisbol invernal de República Dominicana, hicieron pensar que el caribeño iba a acabar con la Liga Mexicana, pero a pesar de batear muy por arriba de .300 y conectar 14 cuadrangulares, Alcántara no resultó lo productivo que directiva y afición esperan de un refuerzo de esta categoría, aunque esos números, sí dan para que el beisbol de Corea haga la oferta, porque los orientales no quieren saber cuántos juegos decidió “Issy” con sus batazos.
Vienen entonces las especulaciones producto del desconocimiento de los reglamentos del beisbol, muy diferentes a los que operan al deporte de las patadas, en donde existe la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) como organismo rector de prácticamente todo el balompié que se juega en el mundo.
En principio de cuentas suena extraño dar las gracias a un bateador de más de .300 y 14 cuadrangulares, porque a ese mismo pelotero se le dio la confianza cuando sus números eran muy pobres, con promedio ofensivo apenas superior a los .200 y muy escaso, tanto en jonrones como en carreras producidas. Si en esas condiciones se le mantuvo en la organización, suena ilógico pensar que ahora se le quiera dar una salida digna del plantel. A partir de este momento, Vaqueros Laguna está en condiciones, si así lo quiere, de mantener los derechos de retorno de “Issy” Alcántara a la Liga Mexicana de Verano; las relaciones entre el dominicano y la directiva que encabeza José Antonio Mansur son buenas y no se descarta ver de nueva cuenta a este elemento con la franela naranja en el futuro.
Los extranjeros, agentes libres
Dentro de la reglamentación del beisbol profesional que rige en la Liga Mexicana de Verano, todo pelotero que actúa en este circuito es agente libre en Estados Unidos y Japón; es distinto el caso si se habla de Corea o Taiwán, esta última liga prácticamente en extinción.
Cuando un jugador extranjero llega a la Liga Mexicana, la organización contratante conoce el riesgo, porque si ese pelotero recibe una oferta, ya sea para ligas mayores, sucursales o Japón, el reglamento lo protege; mucho menos se puede hacer si se trata del beisbol coreano, el cual supera con mucho en sueldos, a la pelota profesional de México y de ahí la desbandada que se ha dado en los últimos años.
Lo más que pueden hacer las organizaciones de la Liga Mexicana de Verano, es conservar los derechos del pelotero importado, con la limitante de proteger a dos elementos por equipo; en el caso de Vaqueros Laguna se contaba con el puertorriqueño, Alex Díaz y el cubano español, Daniel Ríos. Díaz recibió una oferta de los Guerreros de Oaxaca y la organización lagunera dispuso de un plazo de 72 horas para decidir si contrataba al boricua o bien éste quedaba en condiciones de aprovechar la oferta oaxaqueña, lo que finalmente se dio, al no tener interés en utilizarlo el equipo propietario de sus derechos de retorno a este circuito.
Las ligas de Corea y Taiwán no forman parte del beisbol organizado, al que sí pertenece la pelota de
Japón, ante esta realidad, nada hay que impida a un jugador extranjero partir al Oriente en el momento que se recibe una jugosa oferta, como sucede hoy con Israel Alcántara o se dio semanas antes con el venezolano Robert Pérez, de los Diablos Rojos del México. Unión Laguna anteriormente fue víctima en los casos de Daniel Ríos y Warren Newson. En la Temporada 2002, los Acereros de Monclova sufrieron la baja de Rudy Pemberton y un año antes el lanzador boricua, Lino Rivera, del mismo equipo, decidió emprender la aventura por el Oriente.
En el futbol soccer la situación es distinta, al estar afiliadas a la FIFA las ligas más importantes del
mundo; aquí ningún jugador puede emigrar sin que el equipo propietario de su carta o sus derechos, dé luz verde para el movimiento; el último caso es el de Antonio De Nigris, que se fue al futbol español en pleno Torneo Clausura 2003, pero con el consentimiento del América.
Boi Rodríguez ha sido un pelotero muy productivo para Tecolotes de los Dos Laredos y Acereros del Norte en Liga Mexicana de Verano, de pronto el puertorriqueño recibió una oferta importante del beisbol oriental y nada hubo que le impidiera marcharse; hoy, en la temporada 2003, Rodríguez está de nueva cuenta en México, ahora con los Piratas de Campeche, porque ningún reglamento hay que impida a los extranjeros marcharse en el momento que lo decidan.
Otro que regresa del beisbol oriental y encuentra trabajo, es el panameño Sherman Obando, que dejó a los Guerreros de Oaxaca para ir en busca de los miles de dólares que se pagan en Corea o Taiwán.
Muy diferente es cuando la salida del pelotero se da a una liga que forma parte de beisbol organizado; el extranjero, como agente libre, va sin mayores problemas, ya sea a ligas mayores o a alguna sucursal, como fue el caso de Julio Franco, dominicano que de cara a la serie final del 2001, dejó a los Tigres Capitalinos para marcharse al equipo grande de los Bravos de Atlanta, con el consentimiento de la organización felina.
En peloteros nacionales sí hay restricciones y cuando alguno decide ir al Oriente, necesita el permiso de la Liga Mexicana, en caso de marcharse sin el consentimiento de este circuito, entonces estará a merced de los reglamentos de nuestro beisbol, como se encuentra ahora el lanzador zurdo, Narciso Elvira o estuvo en su momento Rafael Díaz, hoy de retorno con Saraperos de Saltillo.
Serios daños a la Liga Mexicana de Verano
No son dos ni tres o cuatro, los casos de extranjeros que han dejado la Liga Mexicana de Verano, para marcharse al beisbol de Oriente en busca de los jugosos sueldos que allá se pagan; en su momento el mismo lanzador zurdo, Efraín Valdez, no vino a Unión Laguna, para marcharse a Taiwán, cuando los Algodoneros obtuvieron sus derechos a cambio del venezolano Jesús González Loroño; no hay reglamento que impida a estos peloteros regresar y Valdez lo hizo; esta temporada inició con Vaqueros
Laguna y actualmente juega para los Olmecas de Tabasco.
Algunos aficionados muestran su descontento porque situaciones como las que se mencionan, perjudican seriamente a la Liga Mexicana de Verano y a las 16 organizaciones que la integran. Es cierto, como lo afirman varias personas, que en ese sentido el circuito veraniego está a merced de las decisiones e intereses de los importados, quienes muchas veces lo utilizan como un trampolín para dar el salto a sueldos importantes.
Ningún simple aficionado está obligado a conocer las situaciones de las que aquí se habla, pero sí lo están quienes se dedican al periodismo deportivo y más en la especialidad del beisbol; como comunicadores existe la necesidad de orientar al público, pero cuando se desconocen estos puntos finos, es muy delicado emitir conceptos, porque entonces se cae en la desinformación y se atenta contra el “Rey de los Deportes”.
Mucho le falta entonces a la Liga Mexicana de Verano, hoy “ahogada” por la escasez de peloteros nacionales de calidad y obligada, en el 2003, a aumentar a cinco el número de refuerzos extranjeros por equipo. La falta de material mexicano de calidad no es un problema exclusivo de Vaqueros Laguna, sino de todo el circuito; mientras no se ponga remedio a esa situación, algunos extranjeros harán lo que les venga en gana.