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La lucha por una oportunidad / Laguneros se preparan para ingresar al mercado laboral

Por Arturo González González

El Siglo de Torreón

TORREÓN, COAH.- Silvia, Jesús y Alma, son estudiantes del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) Campus Laguna y como tales, tienen expectativas.

A Silvia María le falta un año para terminar la prepa en el ITESM, pero todavía no sabe qué carrera estudiar. Sobre las oportunidades que le brinda el país y la región, comenta, “no hay muchas opciones, por eso es que muchos de los estudiantes se van a otros países a buscar mejores oportunidades porque la tasa de desempleados es cada vez más grande... más, porque salimos de carrera y no se puede obtener un trabajo rápido y muchos se desesperan”.

No obstante, cree que es importante seguir estudiando, “es clave para superarte”.

Y confiesa que no le gustaría quedarse en La Laguna, que prefiere irse a Monterrey a hacer sus estudios superiores.

No piensa lo mismo Jesús Ramírez, estudiante de Mercadotecnia del mismo Tecnológico, quien cree que La Laguna sí le brinda la posibilidad de satisfacer sus expectativas, ya que, “está creciendo mucho y yo veo que va a crecer más”. Él quiere graduarse, irse dos años al extranjero, perfeccionar su inglés y después regresar para crear su propia empresa, “ser alguien en la vida”, dice. De acuerdo a lo que Jesús opina, para sobresalir cuenta mucho la institución.

“Hay muchas ventajas al estar en esta universidad, ya que pues es conocida a nivel mundial, las instalaciones, todo lo que te ofrece el campus, es muy importante”, expresa. Pero, más adelante aclara que no lo es todo, “estés donde estés, el que quiere lo logra”.

Por su parte, Alma Edith Zapata, quien está en la carrera de Comercio Internacional, también se muestra confiada al hablar de sus anhelos: “al salir de aquí del Tec, tengo varias oportunidades, ya que hay convenios con varias empresas, con el extranjero...”. Y especifica lo que le gustaría hacer: “mi idea es estar en una empresa que necesite de mis servicios para exportar los productos mexicanos”.

Alma es de las que también cree que La Laguna es campo fértil para sembrar sus sueños.

“Con todo lo que estamos viviendo y el incremento de la industrialización aquí, yo digo que sí se va a dar una oportunidad, no muy grande ahorita, pero sí más adelante”. Y ante ese desarrollo, que se antoja un reto, plantea que es necesario cambiar la forma de pensar de los estudiantes conforme va creciendo la región, “no nos podemos quedar estancados”.

De acuerdo a las cifras del Instituto de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), 88 mil 400 jóvenes reciben educación de nivel superior en 211 instituciones tanto de Coahuila como de Durango. De ésos, alrededor de 29 mil lo hacen en las 20 que existen en la Comarca Lagunera. La gran mayoría de estos estudiantes tiene un objetivo común: al egresar, integrarse al aparato productivo nacional con un trabajo estable y bien remunerado.

Esperanza vs incertidumbre

Según Luis Alberto Vázquez, director de Asuntos Estudiantiles del ITESM Campus Laguna, el fenómeno de la llamada globalización, “está abriendo muchas perspectivas: las posibilidades de los estudiantes en el ámbito de prepararse son muy amplias”, pero, no descarta el hecho de que exista crisis económica, “y esto, sí afecta a los muchachos de alguna manera u otra y ellos se sienten presionados”.

En los últimos dos años, la situación del empleo en la Comarca Lagunera ha sido muy inestable con meses en los cuales los índices de desocupación se han disparado. Esto repercute en la confianza de los universitarios y en el cumplimiento satisfactorio de sus expectativas.

Para el director de Asuntos Estudiantiles del Tec de Monterrey, el hecho de que haya empresas que cierren fuentes de trabajo, que existan menos posibilidades de crecer laboralmente, “es muy serio”, sobre todo si se considera que “el número de egresados de las universidades de la Comarca Lagunera es muy superior a la demanda de las empresas”. Como prueba de ello, establece que “tres meses después hay muchos estudiantes que no han logrado acomodarse en un trabajo”.

Pero, a pesar de esta incertidumbre, Luis Alberto Vázquez señala que la esperanza subsiste, ya que “los muchachos siguen estudiando... nosotros tenemos un crecimiento del alumnado de un cinco por ciento semestral”.

Evidentemente, al haber menos empleos para cada vez más profesionistas, la pelea por un puesto se incrementa. Frente a esta situación, Vázquez considera que la mayoría de los estudiantes sí están preparados, pero, gracias a que “independientemente de la institución educativa, los muchachos están conscientes de esa competencia tan fuerte y son capaces de autoprepararse... y nosotros estamos muy preocupados por darles el mayor número de herramientas posibles”.

Y afirma que “estudiar sigue siendo una buena oportunidad para salir adelante...”.

Sin embargo, la vulnerabilidad que la economía de esta región y del país en general, ha mostrado en los últimos años, genera cierta incertidumbre en los jóvenes que ven en la carrera una esperanza de una vida mejor y de la autorrealización profesional. La tasa de desempleo abierto en el área conurbada de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo, era de 1.1 en abril del 2000, mientras que en el mismo mes pero del 2003 se registro un índice de 4.1.Y en lo que va de este año, la media es de 4.2.

Por otra parte, el 48.6 por ciento de la población desocupada en estas tres ciudades posee una educación de nivel medio superior o superior.

La falta de empleo es el temible fantasma que acompaña a los universitarios en sus aulas. A pesar de esto, siguen estudiando para recibirse.

Aunque Alicia Villanueva, encargada del Departamento de Vinculación de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAC) Coordinación Torreón, cree que los estudiantes están bien preparados y “están ellos dispuestos a colocarse”, reconoce que hay “saturación de empleos”.

Frente a esto, los criterios para decidir qué carrera escoger juegan un papel importante. Hay algunos que prefieren mantener sus ideales y seguir su vocación, otros, simplemente, se van por donde creen que van a encontrar más trabajo y dinero. Para Alicia Villanueva, también se pueden combinar ambos: “el muchacho va a estudiar lo que le gusta, pero, también va a ver qué es lo que buscan los empresarios”.

Y respecto a esto último, menciona que actualmente se está trabajando en la formación de un Consejo de Vinculación Universidad Empresa, con el cual se pretende conocer las necesidades de las empresas en cuanto a profesionistas y los perfiles que éstos deben cubrir para integrarse satisfactoriamente al aparato productivo.

Buscar perspectivas

“Para conseguir un buen empleo, tengo que salir bien preparada”, expresa Diana Cecilia, quien aunque todavía está en tronco común en la Facultad de Administración Fiscal y Financiera de la UAC, ya se decidió por especializarse en la primera. Confiesa que al terminar quiere poner su propia consultoría y trabajar en el gobierno a la vez, aunque, “sé que voy a batallar mucho, puesto que hay mucho desempleo y el apoyo que se les da a los estudiantes es poco”.

Considera que los estudiantes sí tienen las herramientas suficientes para enfrentarse a esta situación, aunque también cree que eso depende de que “uno lo quiera”.

Afirma que le gustaría que en las clases la orientaran más en relación a cómo poner una consultoría. “Muchas veces lo que se aprende en la escuela no es en lo que se trabaja”.

¿Hay perspectiva para ustedes o da lo mismo que no estudiar?

—No, sí hay perspectiva... si no tienes un título no cuenta, no ganas lo mismo, batallas más y no eres reconocido.

Para Guadalupe González, a quien le falta un semestre para recibirse como licenciada en sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, la capacidad de enfrentar y superar los desafíos que plantea la realidad laboral y económica, “depende de cada uno de nosotros”.

Y explica: “la escuela te presta unas bases como estudiante, pero ya te defines en el campo y tú mismo debes abrirte paso y si te cierras y no buscas alternativas fuera de la universidad para enriquecer tus conocimientos, no lo vas a lograr”.

Felipe Fuentes cursa la carrera de Administración Pública en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAC y al preguntarle sobre lo que quisiera hacer una vez egresado, responde muy seguro: “me gustaría estudiar una maestría en geopolítica en la Universidad Complutense de Madrid”.

Sobre las oportunidades que le ofrece la región, Felipe dice: “Torreón promete muchas cosas, está creciendo impresionantemente y va a seguir”. Pero piensa que los estudiantes no están preparados para el desafío que representa este desarrollo, ya que “el universitario todavía no adquiere el compromiso y la escuela tampoco pretende dárselo... creo que la mayoría estudia una carrera porque le han vendido la idea de que el que estudia vive mejor”.

Aun más, Felipe considera que la universidad no brinda las herramientas suficientes a los alumnos y lo resume en una frase: “al maestro no le interesa tener un buen estudiante, ni al estudiante le interesa serlo... hay un gran conformismo”.

¿Existe o no perspectiva para ustedes?

—Yo creo que el estudiante debe buscar esas perspectivas. El municipio está creciendo, hay inversiones, el problema es la pasividad del estudiante. Las oportunidades no se dan, se ganan, de eso estoy convencido.

Ya no es como antes...

El Día del Estudiante definitivamente ya no es como antes. Hace veinte o veinticinco años era común una serie de actividades que iban desde las tertulias y bailes hasta las tremendas borracheras y la toma de camiones.

Los tiempos cambian y ahora, hay algunos que no conocían la fecha. Tal es el caso de Silvia María, preparatoriana del ITESM; no lo festeja “porque en secundaria nunca nos dieron tiempo libre ni nada de eso... ni siquiera sabía qué día era”.

Para muchos es un día común. Jesús Ramírez, quien estudia Mercadotecnia en el Tec de Monterrey, dice, “la verdad, yo no soy de las personas que lo celebran, para mí es como cualquier otro día”. Lo mismo para Felipe Fuentes de Ciencias Políticas de la UAC: “para mí es una fecha común y corriente, no la festejo”.

Otros fueron perdiendo la costumbre, como Alma Edith, de Comercio Internacional del Tec, quien asegura, “lo dejé de celebrar desde que estaba en la prepa”.

Y aunque hay los que lo celebran, lo hacen de una forma mucho más tranquila que antes. Diana Cecilia, de la Facultad de Administración de la UAC, confiesa “sí lo festejo, con mis amigos. Un día divertido... más que todo lo utilizo para relajarme”.

Y a Guadalupe Fuentes, de Ciencias Políticas, también le late la fecha: “nos vamos de reventón aquí en la escuela”.

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