NUEVA YORK, EU.- El hecho de que los Cachorros de Chicago no hayan ganado desde 1908, con participación en una Serie Mundial desde 1945, es un hecho histórico. El que los Cachorros sólo cuenten con 13 apariciones en la postemporada, con dos Series Mundiales y no hayan ido al “Clásico de Otoño” desde 1945, se debe a un maleficio, una maldición impuesta en 1945 por el dueño de una taverna llamada “Billy Goat Tavern”.
El seis de octubre de 1945 los Cachorros lideraban la Serie Mundial 2-1 sobre Detroit. Como de costumbre, el dueño de la taverna Billy Goat Sianis, un emigrante griego, se presentó con su cabra “Murphy” al cuarto encuentro de la serie pero esta vez la gerencia de los Cachorros no lo dejó entrar, ya que según los dueños “la cabra apestaba”.
Sianis, furioso, se paró frente al Wrigley Field y gritó “Jamás se jugará otra Serie Mundial en el estadio Wrigley”. Detroit ganó tres de los próximos cuatro juegos y los Cachorros no han regresado al clásico en 95 años.
Después de la derrota de los Cachorros, Billy Goat Sianis envió un telegrama a P.K. Wrigley donde preguntaba, “¿ahora quién apesta?”
¿Qué pasó después?
En 1969 a dos semanas de finalizar la temporada y con 12 juegos de ventaja sobre los Mets, los pupilos de Leo Durocher terminan segundos a ocho juegos.
En 1984, luego de ganar los primeros dos encuentros del campeonato de la Liga Nacional en Chicago, pierden los próximos tres en San Diego.
En 1989, bajo el mando de Don Zimmer (coach del banco actual de los Yanquis) en el campeonato de la Liga Nacional pierden tres encuentros en San Francisco y caen en la serie 4-1. En esa ocasión Will Clark bateó para .650 (13 hits en 20 turnos). En 1998 pierden 3-0 la serie contra Atlanta.
Y más contundente aún es el factor ex cachorro: en 1981 los Yanquis contaban en su roster con seis ex Cubs (Bobby Murcer, Óscar Gamble, Jerry Mumphrey, Barry Foote, Rick Reushel y Dave La Roche) misteriosamente pierden la Serie Mundial contra los Dodgers luego de ganar los primeros dos encuentros.
La Maldición del Bambino
En este 2003 son 85 años de la última vez que los Medias Rojas de Boston ganaron una Serie Mundial (en 1918 vencieron a los Cachorros de Chicago en seis juegos). Babe Ruth fue lanzador en esa serie, ganó dos juegos sin derrotas, efectividad de 1.06 y en 17 innings le dieron 13 hits. Al bate, pegó dos imparables en cinco turnos.
En 1919 jugaría más tiempo como bateador, pegó 29 jonrones, récord de todos los tiempos en ese instante, y esa sería su última actuación con Boston, que lo vendió a los Yanquis en el invierno; Babe sentenció: “Nunca más las Medias Rojas, volverán a triunfar en una Serie Mundial”.
En 1920, Ruth se mudó a Nueva York y empezó a revolucionar el juego con 54 jonrones, algo insólito para el beisbol.
A partir de ahí empezó una de las más espectaculares carreras de pelotero alguno, sobre todo para él que había surgido de un hogar de niños huérfanos. Por el hecho de haber cambiado a Ruth, y todo su potencial jonronero, se dice que la “Maldición del Bambino” persigue a Boston... y nunca jamás han podido ganar un Clásico de Otoño, pese a que Medias Rojas ha estado a punto de triunfar y en una oportunidad a un solo out.