El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- El largo viaje terminó, por fin los espíritus llegaron a la tierra para convivir con sus familias... no hay nada qué temer, no le harán ningún daño; pero no se extrañe si en su hogar suceden cosas raras o si la comida que preparó para su altar perdió el sabor. Si eso llega a pasar, entonces no habrá duda que sus muertos ya están aquí.
El dos de noviembre es una fecha fundamental dentro de la cultura de México. Día en que hombres y mujeres, niños y adultos veneran a los seres que ya murieron, esos a quien visitó primero “la calaca” para llevarse sus almas a la “otra vida”.
Para los artistas de la familia de Tv Azteca, el tradicional festejo tiene distintos significados, pero aún así se sienten orgullosos de vivir en estas tierras y con la gente de este país.
Prohibido llorar
Para Laura Caro Beltrán, (ex alumna de la primera generación de La Academia), el dos de noviembre es para festejar. “No debemos estar tristes porque nuestros familiares ya no están con nosotros. En Tijuana, en el panteón en el que están sepultados mis abuelitos maternos y mi abuelo paterno hay música siempre; llevan tambora, mariachi, banda sinaloense. Cada año hay gente vendiendo comida como si fuera una kermés. El Día de Muertos debería ser una fiesta, así como la celebración de un aniversario más, pues aunque nuestros seres queridos ya no están físicamente, lo están en nuestros corazones”, dijo la mañana de ayer desde su hogar de la ciudad de México.
A pesar de vivir en la frontera, Laura explicó que la tradición del día de difuntos sigue vigente, pero también aceptó que las celebraciones del Halloween tienen mucha aceptación.
Con algo de melancolía, dijo que este será el segundo año consecutivo en el que no estará en su tierra en dos de noviembre, y aunque no podrá ir a lavar las lápidas de sus abuelos ni a ponerle sus flores como lo hacía año tras año, rezará en su memoria.
Le tiene sin cuidado
Bueno, no es que a Plutarco Haza no le interese morir ¡claro que le importa! Pero no le preocupa demasiado cuándo ni cómo será.
“No pienso mucho en el día de mi muerte, pero cuando suceda me gustaría que fuera dormido y después de los 70 años”.
El actor que actualmente le da vida a Andrés San Millán en la telenovela Mirada de Mujer el Regreso, aceptó que no festeja el día de muertos pero sí el de Halloween; asegurando que en su natal Sinaloa no es una tradición que se venere a los difuntos así como lo hacen en Veracruz o Michoacán.
“He visto los ritos que hacen en diferentes lugares del país por televisión... creo que las tradiciones las tienen que inculcar desde que eres niño así como la afición hacia algún deporte o equipo de futbol para que de grande esté arraigado en tu corazón”.
El esposo de Ludwika Paleta aseguró que él y su mujer tratarán de inculcarle a su pequeño Nicolás el gusto y respeto por la costumbre del dos de noviembre, “pero creo que tendrá que ser también en su escuela y con algunos amigos”.
La verdadera vida comienza al morir
El pequeño Víctor sintió la presencia de la muerte desde que tenía siete años. Su abuelo Luciano estaba enfermo, su cuarto parecía “un pequeño hospital” y él -como todos los valientes- tuvo que enseñarse a tomarle la presión, a inyectarlo y estar al pendiente del oxígeno.
¿Has visto de cerca a la muerte? “No, Dios no lo quiera ¡no me asustes! Pero tengo casos en mi familia por los que la he sentido cerca. Uno fue con mi abuelo y el segundo con una tía que tiene cáncer”.
Víctor, ex académico y protagonista de la telenovela Dos Chicos de Cuidado, no cree que cuando alguien va a morir llega la “huesuda” en persona para llevárselo, pero de lo que sí está seguro es que las personas saben cuando su momento está a punto de llegar. “Es como cuando sientes que te vas a enfermar de gripa; lo mismo siento con la muerte, creo que pasa igual”.
¿Qué crees que hay detrás de la muerte? “Creo que la mejor vida... siento que uno en la tierra viene a pagar muchas cosas, muchos karmas y al morir empieza la verdadera vida donde ya no tienes problemas físicos, ni mentales. Es otro rollo más espiritual”.
Simplemente la respeta
Dentro de la historia de OV7 hubo cuatro pérdidas que marcaron a los integrantes del grupo: la muerte de los padres de Érika, de la abuelita de Mariana, la del novio de Lidia (Enrique Aguilera) y el deceso del papá de Ari.
“En esos momentos estuvimos todos para apoyarnos y tendernos la mano... hasta ahora yo nunca he sentido cerca la muerte pero con el grupo estuvimos a punto de tener grandes accidentes. En alguna ocasión fue en avión y otras en carretera, pero gracias a Dios sólo fue el susto de casi chocar o caer en el barranco”.
Para Mariana Ochoa es un mito que en México las personas se ríen de la muerte. Por su parte, a ella no le causa risa, sino respeto porque sabe que en esta vida lo único que no tiene solución es precisamente eso, la muerte.
“Creo que en nuestra cultura no nos enseñan a afrontarla y es muy difícil cuando pierdes a un ser querido... los mexicanos decimos que nos reímos de la muerte y la vemos de una manera festiva pero ojalá que fuera igual que en el Oriente, pues allá piensan que cuando alguien muere se va a descansar y quienes están alrededor se ponen contentos. Creo que actualmente no es así, se perdió esa tradición y cultura”.