GÓMEZ PALACIO, DGO.- La muerte tuvo rostro de mujer. Cecilia Calzada Luna de 27 años, era la amante y ahora es la presunta homicida del italiano victimado la noche del sábado 17 de mayo, en su casa de la colonia El Refugio. “Lo maté porque quería violar a mi hija de nueve años”, declaró Cecilia, ante el Ministerio Público. La joven será consignada por el delito de homicidio simple doloso.
En menos de 32 horas, agentes del Grupo de Homicidios, comandados por José Luz Martínez Frausto, esclarecieron el asesinato de Mario Pitamorsi Catani de 78 años y ubicaron a la presunta responsable. La mujer fue localizada a 153 kilómetros de esta ciudad, en el poblado Estación Madero, municipio de Parras de la Fuente, Coahuila. En la finca encontraron dos maletas del occiso con ropa y herramienta.
La casa donde se encontraba Cecilia Calzada es propiedad de Magdaleno Montelongo Trejo de 28 años, jornalero que también fue pareja sentimental de la joven. Ambos procrearon un hijo de dos años. En el lugar también se encontraba la pequeña Érika Lizeth Calzada Luna de nueve años, quien todavía no declara ante el Ministerio Público.
Joaquín Saucedo Flores, subprocurador de Justicia, destacó la labor coordinada de la Policía Ministerial, el agente del Ministerio Público y el personal de Servicios Periciales. Su trabajo fue clave para el pronto esclarecimiento del homicidio.
Alega defensa, actuó con saña
Gilberto Estrada Quiñones, comandante de la Policía Ministerial, informó que dentro de las investigaciones cotejadas con la declaración de Cecilia Calzada, se analiza su versión de la defensa de su hija, pero también se considera el exceso que se registró con el resto de las lesiones que sufrió Mario Pitamorsi.
Según la presunta homicida, ella estaba barriendo el patio de la casa ubicada en la calle 13 número 255, de la colonia El Refugio. De pronto escuchó que su hija gritaba, corrió a la habitación y dice que observó al italiano con el pantalón desabrochado y a su hija sin su ropa interior.
Sin medir las consecuencias de sus actos, la joven madre tomó el picahielo y lo enterró en la parte izquierda del cuello de su amante. “Esa lesión era suficiente para dejarlo fuera de combate y huir para poner a salvo a su hija”, dijo el comandante.
Una llave de gran tamaño, tres tubos y unas pinzas para cortar cadenas, fueron las armas que utilizó Cecilia para rematar a su amasio, quien al ser lesionado en la cama, caminó dentro del cuarto y fue abatido a golpes con la herramienta.
Le siguen la huella
Sobre los indicios que permitieron la captura de la presunta homicida, Julio Alejandro Silva Jiménez, agente del Ministerio Público, informó que una fotografía de la mujer facilitó su ubicación y posterior detención.
“Con la fotografía, algunos vecinos señalaron que efectivamente la mujer salió de la casa del italiano la noche del sábado con dos maletas en la mano”, dijo el representante social.
En Gómez Palacio, Cecilia vivía en casa de su madre ubicada en la calle Siete sin número, de la colonia Nuevo Refugio. También se encontró un documento que indicaba la residencia de Estación Madero, lugar donde la joven vivía con Magdaleno Montelongo.
Por su parte, el jornalero dijo que sí conocía a Cecilia pero que hace una semana se separó definitivamente. “Cuando viene se porta bien, pero luego luego cambia, yo así no quiero vivir con ella y se lo dije”, señaló Montelongo Trejo.
En datos adicionales de su declaración, la joven dijo que desde los 15 años es adicta a la mariguana y que se dedicaba a la prostitución en algunos locales de la carretera a Parras de La Fuente, además que cuando el occiso viajaba a Roma, ella se quedaba a cuidar la casa.
Cecilia es delgada y mide casi 1.75 metros de altura, vestía una playera con dibujos de “cholitos” y pantalón de mezclilla. Al ser presentada a los medios de comunicación, entre los flashes de las diferentes cámaras se mantenía seria. A la obligada pregunta del por qué contestó: “Lo maté porque quería abusar de mi hija”.