Reuters
HILLSBOROUGH, Irlanda del Norte.- Los líderes de Estados Unidos y Gran Bretaña respaldaron ayer un "papel esencial" para la ONU en Iraq cuando termine la guerra, pero sus planes podrían ser insactifactorios para los europeos.
El presidente George W. Bush y el primer ministro Tony Blair celebraron en Irlanda del Norte su tercera cumbre desde que lanzaron su guerra para derrocar al líder iraquí, Saddam Hussein, mientras fuerzas norteamericanas apretaban su puño sobre Bagdad.
Londres y Washington esperan que su visión común de tres fases para la posguerra en Iraq aplaque a las naciones contrarias a la guerra —como Francia, Alemania y Rusia—, así como la desconfianza de gran parte de la comunidad internacional sobre los motivos estadounidenses en Iraq.
"Hemos acordado, tal y como decimos en nuestro comunicado conjunto, que habrá un papel fundamental para las Naciones Unidas en la reconstrucción de Iraq", dijo Blair a los periodistas tras la cumbre en un castillo del siglo XVIII cerca de Belfast.
Bush usó las mismas palabras, para luego expresar su visión sobre las otras dos fases siguientes a que las fuerzas británicas y estadounidenses tomen control administrativo inmediatamente después de que termine la guerra.
"Actuaremos tan rápido como sea posible para colocar las responsabilidades gubernamentales bajo el control de una autoridad interina compuesta por iraquíes tanto de dentro como de fuera del país", dijo el mandatario estadounidense en conferencia de prensa en el Castillo de Hillsborough.
"La autoridad interina servirá hasta que el pueblo iraquí pueda elegir un gobierno permanente", agregó.
"La reconstrucción de Iraq requerirá del apoyo y la experiencia de la comunidad internacional. Estamos comprometidos a trabajar con las instituciones internacionales, entre estas las Naciones Unidas, que tendrán que desempeñar un papel esencial en esta tarea".
Pero cuando la prensa insistió en cuál sería el papel exacto de la ONU, Bush sólo mencionó el trabajo humanitario y "sugerir" personas para el gobierno interino.
El mandatario no dijo cuánto poder no tendría la ONU, una omisión que probablemente alarmará a algunos en el mundo europeo y árabe. Tampoco dio detalles de los planes de Washington de colocar a funcionarios estadounidenses a la par de iraquíes en el gobierno interino.
Blair pide evitar disputas
Blair instó al mundo a evitar "infinitas disputas diplomáticas" sobre el futuro de Iraq, como las que tuvieron lugar en la ONU en torno a la autorización del uso de la fuerza antes de que comenzara la guerra.
El líder británico, quien ha estado junto a Bush durante la crisis, dijo que el "nuevo Iraq" que emerja tras la guerra será gobernado por el pueblo iraquí, y no por Gran Bretaña, Estados Unidos o la ONU.
El canciller francés, Dominique de Villepin, cuyo gobierno fue el que más abiertamente se opuso a la guerra, insistió en que la reconstrucción de Iraq no sólo debía estar en manos de uno o dos países.
"Queremos que las Naciones Unidas desempeñe un rol central en la búsqueda de una solución a esta crisis, en la fase de pos guerra", dijo en París.
El canciller alemán, Gerhard Schroeder, en contra de la guerra pero dispuesto a mantener buenas relaciones con sus aliados estadounidenses y británicos, dijo en Berlín que la ONU debería desempeñar un papel decisivo por su experiencia en las misiones y "por razones de legitimidad" En una declaración conjunta, Bush y Blair prometieron buscar resoluciones del Consejo de Seguridad para afirmar la integridad territorial de Iraq, asegurar los envíos de ayuda y apoyar a una administración apropiada de posguerra en el país.