EL PAÍS /AGENCIAS
BAGDAD, IRAQ.- Grupos insurgentes atacaron ayer un tren de carga en el oeste de Bagdad, al tiempo que dos bombas estallaban al norte de la capital y una campaña de atentados terroristas ocasionaba un nuevo éxodo de organizaciones internacionales de Iraq.
Dos bombas estallaron al norte de la capital cerca de una patrulla de la policía militar estadounidense, y dejaron dos soldados heridos, dijo un oficial norteamericano.
El mayor Scott Patten dijo que las bombas estaban ocultas junto a una carretera cerca de la base norteamericana del aeropuerto de al-Muthana. La carretera fue clausurada mientras se registraban las inmediaciones en busca de otras posibles bombas.
Poco antes, una explosión no explicada estremeció una serie de tiendas en la Ciudad Vieja y dejó dos muertos, dijo la policía. El estallido incrementó la tensión que se percibe en la capital iraquí.
La ONU decidió ayer retirar el resto de su personal internacional en Bagdad por temor a nuevos ataques, tras el atentado suicida cometido contra la Cruz Roja a principios de esta semana. Aunque no se trata de una evacuación oficial, Naciones Unidas cesa de hecho de trabajar en la capital iraquí y reduce al mínimo su presencia en el norte del país.
El secretario general, Kofi Annan tomó la decisión, que supone un serio revés a los esfuerzos de reconstrucción de Washington, pese a las protestas del jefe de la diplomacia estadounidense, Colin Powell. Este es el tercer repliegue de la ONU desde el atentado del 19 de agosto en el que murieron 22 funcionarios y el representante especial de Annan, Sergio Vieira de Mello. Unas quince personas permanecían todavía en la capital como presencia simbólica. Ahora en Bagdad sólo quedará personal local, que se encarga de distribuir las raciones del programa petróleo por alimento. Los diez funcionarios que trabajan en la ciudad de Irbil, al norte de Iraq, permanecerán por ahora en sus puestos. En Nueva York se quitó hierro al asunto. “Hemos pedido a nuestro personal en Bagdad que vuelva temporalmente para discutir el futuro de nuestras operaciones, sobre todo en el tema de seguridad”, dijo una de las portavoces de la ONU, Marie Okabe, que subrayó que no se trataba de una evacuación oficial. Esta nueva retirada complica seriamente los planes de Washington que había reservado un papel marginal a la ONU en la redacción de la constitución y la celebración de elecciones. De esta forma Annan, que, según la resolución aprobada hace dos semanas, puede reducir su personal si las condiciones de seguridad no mejoran, muestra su descontento al no haber recibido un mandato claro.