Hace tiempo, un amigo de la secundaria que se llama Pablo de la Tijera y que vive en Puebla de los Ángeles, Puebla, me envió por correo electrónico una serie de recomendaciones que recibió de especialistas, en relación a la industria del secuestro, la que se ha posicionado en nuestro país sin que encontremos formas eficientes de combatirla.
Son miles de millones las cantidades que se manejan en esa ilegal actividad, razones de “muchos pesos” que ayudan a que proliferen los delitos y no sean atacados en forma eficiente. Usted recordará las noticias en las que jefes policíacos, elementos del Ejército, políticos, funcionarios de niveles intermedios y hasta pastores de la iglesia, han sido denunciados por haber participado, supuestamente, en ese lucrativo crimen.
Actualmente nadie está exento del peligro del secuestro, ya sea sufrido en la propia persona o bien en los familiares y seres queridos. Igualmente puede ser privado de su libertad un simple ciudadano, que bajo amenazas diversas debe buscar y encontrar el dinero para tratar de liberarse; que un hombre rico y público, que en términos estratosféricos de dinero, deberá negociar la vida misma.
El secuestro, uno de los crímenes más infames que ha inventado el ser humano ya tiene su clasificación bien definida: el político, aquel que además de beneficio económico busca notoriedad y promoción; el planificado, que requiere tiempo, personal, equipo y bienes muebles e inmuebles a la disposición de “la operación”; el exprés, que sufren muchos ciudadanos que son detenidos durante horas y hasta por días con el propósito de “ordeñarles” tarjetas de crédito o dar oportunidad a los familiares de que reúnan cantidades relativamente pequeñas de dinero; hasta el virtual, ese que con simples amenazas a la integridad de las personas, o con la advertencia de que han detenido a un ser querido, logran escamotear dinero a los asustados parientes a cambio de la libertad aparentemente perdida de quienes, en esos momentos, están fuera de comunicación.
Siendo así, todos los que vivimos en esta sociedad mexicana con evidente carencia de autoridad y ejercicio efectivo de poder legal, sufrimos de un estado psicológico similar al de la paranoia o al menos, como dijeran los psiquiatras y psicólogos, de un estado de neurosis con sentimientos de persecución que nos hace infelices.
Los millonarios temen el secuestro y lo enfrentan con sus propios medios, utilizando vehículos tripulados por guardaespaldas (un peligro más para los ciudadanos comunes y corrientes) que recorren las ciudades acompañando a sus protegidos, o bien, cuidando celosamente las casas y oficinas mostrando actitudes amenazadoras a quienes circulan por el frente de las fincas. Los demás sufrimos la incertidumbre sobre el estado físico y de libertad que viven nuestros hijos que están de paseo, más si lo hacen por la noche. Aun los más pobres temen por sus familiares, por otras razones también no menos despreciables.
En ese ambiente de temor por la inseguridad recibí el mensaje de mi amigo, que ahora comparto con Usted resumiéndolo brevemente:
“Nunca hagas la misma ruta entre tu casa y tu trabajo, busca alternativas. Si te toca un semáforo en alto procura siempre ser el primero en el flujo. Si consideras que alguien te sigue procura utilizar avenidas y calles con tráfico continuo buscando alguna patrulla; no la llames, párate cerca de ella, si es posible sin interrumpir el tráfico y si te sientes amenazado acércate y pregunta alguna dirección, calle, ubicación, etc. Normalmente al retirarte, los policías te siguen observando para ver si seguiste sus instrucciones; esto es una medida de precaución”.
“Si tienes la facilidad, cuando salgas de tu trabajo y de tu casa avisa que lo estás haciendo, así estarán pendientes de tu arribo”.
“Cuando asistas a lugares públicos siempre ocupa un lugar con “visibilidad periférica”, con lo cual te darás cuenta quién entra y sale; no es para que los demás te vean, es para que tú observes lo que sucede. Fíjate en las otras personas: cómo visten y qué pueden traer oculto, esto te situará a la defensiva todo el tiempo”.
“Si utilizas un celular procura que siempre esté con carga plena, ten un cargador en tu casa, otro en la oficina y si es posible consigue uno para auto; revisa que tenga señal de recepción y asegura tener saldo para poder hacer una llamada de emergencia”.“Procura recordar cómo está vestida tu familia; es una forma de poder tener una descripción rápida en caso de una situación extrema”.
“Cuando viajes en servicios públicos toma en cuenta la ruta, número de unidad y si es posible el nombre del chofer; casi todos portan una identificación con nombre y fotografía. Si viajas en taxi, procura no ocupar una unidad donde van más personas que el chofer; ocupa el asiento delantero y si no es posible pásate al trasero pero activa los seguros de las puertas para mayor seguridad”
“Si caminas en la calle siempre debes hacerlo a contracorriente del flujo de los automóviles y si puedes cambia de acera cada dos o tres cuadras; nunca sigas un patrón en tu recorrido y transita a una velocidad constante”.
“Cuando estés en un lugar público, no presumas de que tienes 400 cabezas de ganado, que fuiste de compras a Estados Unidos, que tienes un coche para cada día de la semana; sé prudente en los comentarios que haces en cuanto a dinero y propiedades tanto tuyas como de familiares y amigos, nunca digas dónde estudian tus hijos”.
“Si llevas y vas por tus hijos a la escuela nunca salgas con el tiempo justo y espera a que entren aunque tengas mucha prisa para hacer otras cosas; cuando vayas por ellos no hagas que te estén esperando, si puedes avisa a las autoridades que vas a llegar tarde y que te esperen dentro de las instalaciones. Nunca autorices que terceros los lleven o recojan, no conoces sus costumbres y formas de reaccionar en caso de un suceso. Recomiéndale a tu esposa que debe ir pendiente de lo que pasa a su alrededor, después podrá pintarse, arreglarse el pelo o hablar por teléfono”.
Por último: “Procura no viajar solo; si te sientes amenazado u observado procura estar acompañado”.
¿Le parece exagerado? Lo dejo a su criterio, yo quise compartir con Usted (lo escrito entre comillas) algo que puede ser útil y tal vez hasta trascendente en su vida en estos días de detenciones y comunicados de secuestro; es el material que un grupo de profesionales de la seguridad hizo circular como recomendación solicitada por empresarios y funcionarios del centro de México.
ydarwich@ual.mx