“El poder corrompe siempre; el poder absoluto corrompe absolutamente”. Lord Acton
A final de cuentas todos los gobiernos terminan por actuar de la misma manera, sin importar el partido del que surjan. Si no me cree, pregúnteselo al presidente Vicente Fox. Su insistencia en mantener una impresionante campaña de propaganda en los medios de comunicación, supuestamente para promover la obra pública en vísperas de las elecciones del próximo seis de julio, está claramente destinada a influir en el ánimo de los electores saltándose las limitaciones a los gastos de campaña que establece la legislación electoral.
Tan evidente es la incorrección de lo que está haciendo el gobierno que el propio Fox, cuando era candidato a la Presidencia de la República en el 2000, le hizo un llamado al entonces presidente Ernesto Zedillo para que suspendiera una campaña de propaganda similar que éste mantenía en vísperas de las elecciones del dos de julio de ese año.
Los políticos, sin embargo, olvidan toda pretensión de equidad en el momento en el que llegan al gobierno. La desesperación por mantenerse en el poder es tan grande que están dispuestos a hacer lo que ellos mismos objetaban cuando peleaban desde la oposición. Las consideraciones éticas desaparecen en el momento mismo en el que se accede al poder.
Hay buenas razones para limitar la promoción de obra del gobierno durante una campaña electoral. Los legisladores fueron extraordinariamente cuidadosos cuando establecieron las reglas que definían el acceso a los medios de comunicación y el gasto de campaña. El propósito era permitir una razonable equidad en los instrumentos que realmente definen las elecciones en una sociedad moderna. El ex presidente Ernesto Zedillo estaba violando el espíritu de esa legislación cuando en junio del 2000 insistía en mantener una intensa campaña de medios informativos para promover la obra pública y así ayudar a su partido, el PRI. Pero no hay ninguna diferencia con la práctica en la que está cayendo el presidente Fox ahora para apoyar el PAN, aunque quizá el caso sea más grave por el hecho de que, cuando fue candidato de oposición, él mismo protestó contra esta injusta práctica.
El argumento de los funcionarios del gobierno en el sentido de que la presidencia debe mantener esta violación a las reglas de la equidad debido a que los gobernadores están cometiendo el mismo pecado en sus entidades federativas, sería equivalente a razonar que uno puede evadir impuestos porque otros también lo hacen o a que uno puede cometer robos u homicidios porque hay otros que llevan a cabo estos actos.
Si el problema para que el presidente Fox cumpla aquello mismo que él le demandó a su predecesor Zedillo es la violación del principio de equidad por los gobernadores, el gobierno podría obtener un acuerdo con todos ellos o con todos los partidos políticos que tengan gobiernos estatales para eliminar la práctica. No sería difícil porque, después de todo, ningún gobierno estatal tiene los enormes recursos financieros o el acceso a tiempos gratuitos en los medios electrónicos con los que cuenta la Presidencia de la República. Al PRI y al PRD les convendría aceptar un acuerdo para suspender toda la propaganda sobre obra gubernamental en tiempos electorales ya que eliminaría la obscena campaña que está llevando a cabo el Gobierno Federal.
Valdría la pena, me queda claro, que los legisladores taparan los huecos que la legislación electoral ha dejado en esta materia e impidieran definitivamente el uso de recursos o tiempos públicos en los medios de comunicación para propósitos electorales. Pero debido a que esto es imposible de momento, porque los legisladores, pese a seguir percibiendo un generoso sueldo mensual, ya están realmente de vacaciones, la única solución práctica sería la suspensión voluntaria e inmediata de la práctica de usar los recursos públicos para promover causas electorales. De hecho hay gobiernos, como el de Andrés Manuel López Obrador en el Distrito Federal, que han suspendido ya la difusión de obra pública hasta que terminen las elecciones. Quizá lo más significativo de esta práctica nociva de propaganda electoral que estamos viendo por parte del presidente Fox es la confirmación de la sentencia de Lord Acton: el poder corrompe siempre. Como prueba está el hecho de que el presidente Fox está incurriendo en muchas de las faltas que él mismo cuestionaba —y con razón— en sus predecesores.
Lo estamos pensando
Después de escribir este artículo el secretario de Gobernación, Santiago Creel, anunció que se estudiaría la posibilidad de suspender la campaña de propaganda del Gobierno Federal. Esperemos que en el momento en que usted lo lea se haya suspendido ya esta inaceptable práctica.
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