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La reunión de los ocho/Diálogo

Yamil Darwich

Nuevamente los representantes de los países más poderosos (económica y militarmente hablando) se reunieron para discutir temas de interés mundial. En medio de fuertes protestas, algunas de ellas reprimidas por la violencia de las autoridades, los dignatarios de Alemania, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón, Rusia y Estados Unidos intercambiaron puntos de vista, impresiones y propuestas, en Evian Francia, sede del evento.

Muchas conclusiones salieron de esa reunión que analizadas dejan la mala sensación de que el fin único fue discutir las maneras en que sus intereses sean atendidos, particularmente limar asperezas por la reciente discrepancia con motivo de la invasión de EUA e Inglaterra a Iraq, donde por más que buscan no encuentran las peligrosas armas que fueron a destruir.

Los asistentes declararon su interés por detener el armamentismo, enfatizando entre otras cosas que: “La proliferación de armas de destrucción en masa y sus medios de lanzarlas nos plantea a todos nosotros un peligro creciente. Junto a la propagación del terrorismo internacional, amenaza primordial a la seguridad internacional”.

“...Este reto mundial requiere una solución multifacética. Necesitamos abordarlo individual y colectivamente, colaborando entre nosotros y con otros asociados, inclusive mediante instituciones internacionales relevantes, en particular las del sistema de las Naciones Unidas”. Seguramente Usted ya recibió el mensaje del lenguaje oculto: se refieren a sus intereses, no a los de todos, menos de los pobres; a las armas que puedan poseer los países que no pertenecen a la cofradía, no a las de ellos, que están a buen resguardo listas para ser utilizadas contra sus opositores; especialmente le pido que relea el término usado para definir sus prioridades de atención y respeto: ¡inclusive!... y hasta entonces vamos nosotros.

Más adelante declaran: “Tenemos a nuestra disposición una gama de instrumentos para abordar esta amenaza: tratados internacionales; mecanismos de inspección tales como los del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas; iniciativas para eliminar los arsenales de ADM, tales como la Asociación Mundial del G-8; controles de exportación coordinados nacional e internacionalmente; cooperación internacional y esfuerzos diplomáticos; y, de ser necesarias, otras medidas de acuerdo con la ley internacional”. “Si bien todos estos instrumentos son necesarios, ninguno es suficiente por sí mismo. No todos los retos de la proliferación requieren los mismos remedios. Necesitamos desplegar en cada caso las herramientas que son más efectivas...”.

No sé para Usted, pero para mí es una advertencia y clara amenaza a sus opositores.

El terrorismo también fue tratado y generaron otro documento dedicado a “advertir” sobre las acciones que tomarán:

“El terrorismo sigue siendo una grave amenaza, como demostró la serie de atentados terroristas ocurridos el año pasado en Indonesia, Kenia, Marruecos, Pakistán, Filipinas, Rusia, Arabia Saudita, Túnez y Yemen, dijeron los líderes del G-8...”.

Indudablemente que más que amenaza es una grave enfermedad social de los tiempos actuales, que debe ser tratada como se atiende a una de las más nocivas del cuerpo humano: luchando contra las causas, no atendiendo los síntomas.

“Lo que queda de Al Qaeda está diseminado por todo el mundo y todavía mantiene una red mundial....”. “Para desmantelar la red y lograr la seguridad de la comunidad internacional, es importante impedir por todos medios que los terroristas encuentren refugio seguro en cualquier lugar. Para ese fin es esencial que el G-8 refuerce la voluntad internacional y emprenda actividades dirigidas a lograr la cooperación de otros países en la lucha antiterrorista y, al mismo tiempo, ayude a los países que no dispongan de capacidad suficiente para luchar contra el terrorismo”.

Desgraciadamente cuando se refieren a encontrar los medios para acabar con el terrorismo no se refieren al ataque de las causas de la enfermedad (pobreza e injusticia social) sino a otros medios (la fuerza de la violencia) efectivos temporalmente, pero no muy justos.

Hablan de tres aspectos a atender para acabar con terrorismo: “Impedir que los terroristas dispongan de los medios de cometer actos de terrorismo...; impedir que los terroristas disfruten de un refugio en el que estén a salvo... y tercero, poner fin a la vulnerabilidad al terrorismo”.

También mencionan crear y aplicar leyes y prácticas financieras para criminalizar el financiamiento del terrorismo y decomisar y congelar activos; leyes y prácticas aduaneras sobre el establecimiento de control de fronteras; leyes de inmigración; de extradición; asistencia a las fuerzas de policías nacionales para luchar contra el terrorismo, el tráfico de drogas y la delincuencia organizada, etc. De temas tales como ayudar a comer al hambriento, o curar al enfermo, o educar al ignorante; apoyos para activar economías de países pobres; racionalización y humanización del sistema económico internacional; y otros de verdadero fondo no declaran nada. ¿qué le parece?

Lo que sí hacen es dar una lista de actividades y responsabilidades de todos los países del mundo, que debemos acatar o de lo contrario entrarán en acción las “advertencias” del propio documento.

Para terminar, permítame recordarle algunas cifras: Aún cuando tenemos la novena economía del mundo en términos absolutos nuestro desarrollo humano se encuentra en el lugar 54 según el índice de las Naciones Unidas. Un poco más de la mitad de la población, alrededor de 54 millones de mexicanos, viven en situación de pobreza y al menos 30 millones en la miseria. El índice de pobreza subió en todos los grupos étnicos, mientras que el ingreso por vivienda disminuyó: Los afroamericanos registraron el índice más alto de pobreza (22.7 por ciento) y los latinos registraron un leve descenso de 21.5 por ciento a 21.4 por ciento.

Ahora sorpréndase: del total de 285 millones de estadounidenses, 32.9 millones (9.2 por ciento) viven en la pobreza, según las estadísticas de la Oficina del Censo de los EUA, además, uno de cada seis niños son pobres; lo que es peor: el nivel entre anglosajones pasó del 7.4 por ciento al 7.8 por ciento, mientras que sus ingresos bajaron; específicamente en EUA uno de cada cinco niños de California está por debajo del nivel de pobreza; dicho con un viejo refrán mexicano: “De que la perra es brava hasta a los de la casa muerde”.

¿Hasta cuándo entenderemos los humanos que es con justicia social, en un marco democrático verdadero, como podremos encontrar paz en el mundo? Ahora comprendo, aunque tampoco acepto su violencia, las manifestaciones de repudio que despiertan en cada ocasión que se reúnen los “ocho alegres compadres”. ydarwich@ual.mx

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